JAVIER GARCÍA GARCÍA | FOTOGRAFÍA: Pixabay |
La irrupción de la inteligencia artificial (IA) y de la tecnología automatizada está ayudando a transformar la manera en la que se percibe y se trata la información. La investigación por el periodismo automatizado tiene su origen en los años 70. El prestigioso periodista Philip Meyer es uno de sus mayores investigaciones, fundamentalmente acerca de su calidad y precisión en el periodismo. Gracias a sus indagaciones llegó a descubrir el tratamiento de datos para generar informaciones.
Cabe destacar que la mayoría de empresas de comunicación están empezando a incluir este tipo de herramienta para ayudar a los profesionales en las redacciones. El trabajo de investigación y de calidad recae sobre el periodista, mientras que los trabajos más duros y rutinarios los realizan las máquinas. Al mismo tiempo, ofrecen al redactor una serie de recursos para elaborar informaciones complejas.
Sin embargo, el uso de esta herramienta también genera una serie de riesgos o inconvenientes para la profesión. En primer lugar, la IA está creada por el ser humano y por lo tanto es susceptible a cometer fallos. Depende de datos que pueden estar limitados o ser erróneos e incompletos que sesgaría la información elaborada. En segundo lugar, un robot puede publicar sin consentimiento una noticia no contrastada y difamatoria, llegando incluso a no cumplir con los códigos éticos del medio para el que esté trabajando.
Por otro lado, al liberar al periodista de una gran carga de trabajo, genera que exista el miedo a que la IA llegue a sustituirle por completo. Además, hay que añadir que los lectores no pueden llegar a distinguir que noticia elaborada por un periodista o por una máquina, según un estudio publicado por el periódico Journalism Practice.
Los periodistas pueden llegar a desconfiar de utilizar la automatización en cualquier aspecto de la redacción, puesto que se puede convertir en un enemigo que conduzca al desempleo. Aquí radica el aspecto negativo más destacado, que las máquinas realicen las tareas destinadas a los profesionales y se produzcan un abandono masivo en las redacciones.
A pesar de ello, una investigación llevada a cabo por la Universidad de Oxford revela que el periodismo es la profesión donde es menos probable la utilización de IA. Esto debido a que la labor de los periodistas juega un papel fundamental a la hora de crear contenidos.
La clave del periodismo es la credibilidad y la calidad en la investigación, además de la objetividad en las informaciones publicadas. A pesar de que la utilización de robots genera también aspectos positivos, hay que recalcar que las desventajas son más peligrosas. Por ello, es necesario destacar la necesidad de que existan profesionales que muestren una ambición por la profesión, que tomen decisiones y que sean valorados como se merecen sin la necesidad de utilizar las herramientas de Inteligencia Artificial.