NOHAYLA TAHIRI EL HAMMOUTI | Fotografía: Mayela de Castro |
La prensa tiene que cobrar un rol sensitivo a la hora de hablar de ciertos temas. Uno de ellos es la violencia de género. Este asunto requiere una gran delicadeza ya que, si no se toman las precauciones necesarias, se puede poner en peligro la privacidad de las víctimas. Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como ‘todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada’. Esta violencia es una violación de los derechos humanos, un delito y un atentado contra la libertad y la dignidad de las personas.
Hubo un tiempo en el que los medios cuidaban el tratamiento de este tipo de temas, pero, con el paso de los años, empezaron a recibir el mismo trato que cualquier otro tipo de asunto. Existen iniciativas que ayudan y ofrecen pautas a los periodistas sobre cómo informar adecuadamente sobre la violencia de género. Algunos ejemplos son El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) o el Centro para el Liderazgo Mundial de las Mujeres (CWGL), de la Universidad de Rutgers.
Muchos periodistas consideraron hace años que era necesario reflexionar antes de sentarse a escribir sobre este tipo de agresiones. Por ello, en 2007, el Gobierno y los medios de comunicación tuvieron un encuentro en el que acordaron seguir ciertas pautas para lograr evitar el amarillismo y el morbo en asuntos como la violencia de género. A pesar de que los medios de comunicación impusieron unos códigos de autorregulación, no han servido de mucho. Por desgracia, aún se tiene a la mujer en el punto de mira. Mientras se encubre al autor de los hechos, se victimiza doblemente a la mujer a la que asesinaron.
Los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta a la hora de escribir sobre este asunto, son algunos como cuidar el uso de la terminología, evitar el efecto narcotizante o no especular con supuestos motivos. Hay que especificar las condenas e identificar tanto a las víctimas como a sus agresores. Para salvar más vidas y lograr que de una vez por todas esta lacra termine, es recomendable añadir en estos artículos el número de teléfono que auxilia a las víctimas de violencia de género, 016.
Una cosa primordial es que la información que se difunde no sufra condicionamiento alguno por parte de los intereses del medio de comunicación para el que se publique. Todos los medios deben respetar la igualdad y evitar la discriminación, por eso hay que prescindir de la difusión de contenidos discriminatorios. Es importante tener en cuenta que un asesinato machista no debe redactarse de la misma manera que una noticia de sucesos cualquiera. Hay que respetar siempre la dignidad y la libertad de las víctimas.