YOLANDA FERNÁNDEZ BLANCO | Fotografía: Freepik
Los periodistas buscan divulgar la verdad, es decir, información carente de manipulación y que refleje la realidad. Es inmoral distorsionar deliberadamente la información que la sociedad tiene derecho a conocer, como se recoge en el Código Europeo.
El periodista únicamente llega a saber una cara de la verdad, debido a las condiciones de su entorno, tanto laboral como personal. Además, cuando alcanza la veracidad, en muchas ocasiones no tiene permitida su transmisión, a consecuencia de un uso inmoral de los medios. Un periodista puede evitar divulgar información falsa y preservar su honestidad moral siendo transparente al contar la parte que conoce de los sucesos tras una labor de contraste de fuentes y verificación.
Hay que añadir que el periodista se encuentra protegido por la cláusula de conciencia, quien se puede negar a participar en la firma o elaboración de noticias que considera no veraces. No obstante, cuando ya se ha difundido una noticia falsa, lo ideal es mostrar la verdad y los fundamentos en los que se sustenta, absteniéndose de nombrar o rectificar la mentira, así se consigue mayor convicción.
Actualmente, una de las denuncias más frecuentes a las que se enfrentan los periodistas es por difundir información falsa. La difusión de este contenido ha aumentado con la aparición de nuevas tecnologías y con las redes sociales.
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