ALBA MARTÍNEZ DEL CASTILLO | Fotografía: Carlos de Diego |
Pablo Rincón, estudiante de Marketing e Investigación de Mercados en la UVa, es también portero en el equipo de balonmano de la propia Universidad de Valladolid. En esta entrevista nos cuenta cómo se organiza, desde cuándo juega a este deporte, sus referentes y muchas cosas más.
P: ¿Desde qué edad juegas al balonmano?
R: Llevo jugando desde los 8 años.
¿En qué equipo juegas actualmente?
Ahora mismo juego en el equipo de la UVa (Universidad de Valladolid).
¿Has jugado en algún otro equipo antes?
Sí, he jugado tanto en el equipo de La Salle como en el HandVall.
¿Por qué te empezaste a interesar por el balonmano?
Cuando estaba en el colegio, en La Salle, un amigo y yo queríamos empezar a hacer algún deporte. En el primero que pensamos fue en el fútbol, pero no había en el colegio. También descartamos el baloncesto porque no nos gustaba, y al final decidimos que queríamos probar el balonmano.
¿Tienes algún referente dentro de este deporte?
En principio diría que no, pero el primero que se me viene a la mente es Gonzalo Pérez de Vargas. Si tengo que decir uno sería él.
¿Siempre has tenido claro que querías jugar de portero o has probado alguna posición más?
No lo tenía claro porque al principio jugaba como central. Un día el portero se lesionó y decidimos que me pusiese yo en su posición, y hasta el día de hoy, que me he acabado quedando ahí.
¿Has pensado alguna vez en dejarlo?
Sí, de hecho lo dejé durante 2º de bachillerato para dedicarme totalmente a estudiar. Pensaba retomarlo en primero de carrera, pero llegó el COVID y tampoco pude hacerlo. Al final me di cuenta de que lo echaba de menos, y por eso decidí volver a jugar.
Cuéntanos un poco sobre cómo te organizas para compaginar la carrera con los entrenamientos y los partidos.
La verdad es que sí que me da tiempo a estudiar por las tardes, porque los entrenamientos los tengo bastante tarde y me da tiempo a hacerlo las horas antes de ir. En cuanto a los partidos puede ser un poco más complicado organizarse, sobre todo cuando nos toca hacer viajes largos, pero al final siempre se saca tiempo para estudiar.
¿Alguna vez has sufrido alguna lesión de gravedad jugando?
No, nunca.
Por último, ¿qué anécdota es la primera que se te viene a la mente cuando piensas en tus años jugando al balonmano?
Pues la más graciosa es una vez en La Salle, que estábamos jugando un partido y un compañero se enfadó. Tiró el balón fuerte contra una puerta y se acabó cargando un cristal. Nos reímos bastante la verdad.