BORJA DE DIEGO PUENTE | Fotografías: Borja de Diego
“Hace veinte años, en aquella primera conferencia en Londres, no me imaginaba que el congreso podría tener esta gran trayectoria”. Así explicaba la doctora Mariana Masera, en su intervención de este lunes en el VIII Congreso Internacional de Lyra Mínima Oral, la increíble trayectoria que este congreso sobre tradición y cultura popular ha recorrido en los últimos 20 años. Expertos de todos los ámbitos del estudio de los géneros populares, procedentes del mundo de la literatura, la antropología o la historia, se dieron cita esta semana en la Universidad de Valladolid y en Urueña para celebrar la nueva edición de este gran evento, considerado ya un punto de encuentro clave de relevancia internacional.
Mariana Masera es licenciada en Literaturas Hispánicas por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, doctora por la Universidad de Londres y desde 1996 es personal de la Universidad Nacional Autónoma de México. Entre sus publicaciones se pueden destacar Literatura y cultura populares de la Nueva España o Poéticas de la Oralidad. Al inicio de la presentación del congreso, desde la mesa de los ponentes se dio una calurosa bienvenida y se agradeció a la Universidad de Valladolid su colaboración y apoyo para el evento, a todos los asistentes allí reunidos su interés, y a los socios que han colaborado con ellos su gran trabajo y dedicación.
Tras la presentación, dio comienzo la primera conferencia del día a cargo del Catedrático de Antropología Social de la UNED, Honorio Velasco Maíllo, y según palabras de Luis Díaz Viana “uno de los especialistas en tradición oral en el campo de la antropología”. Velasco Maíllo aprovechó su intervención, en una sala repleta de curiosos, para reivindicar la importancia de los géneros breves, reconocidos ya como Patrimonio Inmaterial por parte de la UNESCO. «Aún no se le han prestado la suficiente atención que se merecen, pero es necesario hacerlo para asegurar su supervivencia y mantener su grado de vivacidad», explicó. El catedrático no dudó en bromear acerca del nombre del congreso. «Nada de Lyra Mínima. Esto es Lyra Maior». El público más entendido en la materia asintió con entusiasmo. El profesional también aportó datos que revalidan su juego de palabras. «El 57% de la población encuestada conoce refranes populares, sobre todo mujeres, y en mayor medida entre mayores de 65 que entre los menores de 15 años», apuntó. Pero la cultura popular no es algo del pasado. Es, de hecho, un patrimonio cultural necesario y que puede resultar interesante en todos los rangos de edad. Velasco Maíllo puso un ejemplo muy claro. «Las adivinanzas también son tradición, un gran juego poético. Son una prueba, además, de sociabilidad e integración, con ellas se puede aprender mucho».
Los asistentes al congreso no tuvieron demasiado tiempo de descanso. Después de la intervención del catedrático, empezó la siguiente tertulia, con los ponentes Germán Vega García-Luengos, Dámaso Javier Vicente Blanco y Enrique Cámara de Landa, procedentes de la Universidad de Valladolid. Se habló de diversos temas, destacando la asimilación de personajes y argumentos de materiales antiguos y de ambientes populares para integrarlos en romances que se fueron escribiendo en ámbito teatral durante los Siglos de oro, o la protección de la cultura tradicional popular para impedir su apropiación indebida por parte de grandes empresas y multinacionales a fin de su propio beneficio, analizándose algunos artículos al respecto de esto.
Al finalizar, se desplazó la acción al Instituto de Estudios Europeos, en el que se continuó con la siguiente de las reunión de temática popular, esta vez con los ponentes Pedro Javier Cruz Sánchez, Raquel Fuentes y Gema Gómez Rubio de la Asociación de Antropología de Castilla y León Michael Kenny, de la Universidad de Alcalá de Henares y de la Universidad de Castilla La Mancha, respectivamente. Esta mesa redonda tuvo como tema central a las novenas como género. En este caso, las conclusiones con el público fueron más difusas, debido a las dudas de los investigadores para definir a las novenas como un acto religioso o una simple costumbre popular.
Tras la comida programada en la jornada, se procedió al siguiente seminario, en el que se contó con los ponentes Ricarda Musser y Pascual Martínez Sopena, de la Universidad de Valladolid y del Instituto Iberoamericano de Berlín. Martínez Sopena analizó el romance “La Toma de Antequera”, narrando su historia y exponiendo algunas de las causas que propiciaron en la época su gran difusión, y Musser indagó sobre el modo en que se difundieron y comunicaron los hechos y papeles llevados a cabo por los distintos bandos de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) en las culturas y literaturas populares española y mexicana.
El congreso lamentó una ausencia de última hora. Se esperaba contar con la participación de María Cruz García de Enterría junto a Luis Díaz Viana, pero la primera no pudo acudir y ocupó su lugar en la mesa Mariana Masera. A ambos se les proporcionaron diversas cuestiones en relación a sus particulares estudios propios de las culturas populares y los géneros breves, siendo entre otras el origen de su vocación por esta investigación, o sus propias evoluciones y cambios en el objeto de estudio con el paso de los años. A todas estas preguntas contestaron aportando anécdotas propias de sus vivencias, haciendo aún más amena la velada.
Y por fin llegó el turno de la música. Clausurada la jornada del día de conferencias, se dirigió de nuevo todo el foco de acción a la Facultad de Derecho, pero esta vez al Paraninfo, para asistir al concierto gratuito de cantos populares del cantante vallisoletano Eliseo Parra, en el que interpretó variadas tonadillas tradicionales de distintas regiones, como fueron algunos cantos cántabros, o La Malcasada de Peña Parda, una composición de Miguel Hernández (Llegó con tres heridas), y como broche final una típica jota vallisoletana, acompañándole en todo momento el público con sus voces y finalmente con aplausos y elogios. La cultura está más viva que nunca.