BEATRIZ CASTAÑEDA ALLER | Fotografía: Beatriz Castañeda
Banderas rasgadas con franjas negras, blancas y verdes ondeaban al cálido sol del desierto del campamento de refugiados de Dahla, en la Sala de la Hermandad Saharaui-Argelina, donde se discutía sobre la forma de lograr que esa bandera de la media luna roja represente a un pueblo libre. Allí se desarrollaba de los días 12 al 14 de abril la Conferencia Internacional de Estudiantes y Jóvenes en Solidaridad con el Pueblo Saharaui organizada por la UESARIO (Unión de Estudiantes de Saguia el Hamra y Río de Oro), un espacio en el que estudiantes de más de 20 nacionalidades compartieron un debate acerca de una salida pacífica al conflicto saharaui. Tres jornadas formativas sobre la expoliación de recursos y la violación de los Derechos Humanos en el Sáhara poblaron unas jornadas que finalizaron con una visita reivindicativa al muro de la vergüenza.
Los más de 100 asistentes abrieron las jornadas con el himno nacional saharaui en sus labios y los mártires saharauis en la cabeza, hacia los que después dedicarían un minuto de silencio. Tampoco quisieron olvidar a los saharauis desplazados a las conferencias desde territorios ocupados, quienes, según el gobernador de Salek Baba Hasenna, “han salido con las caras cubiertas desafiando y burlando a las tropas marroquíes para dejar huella en estas conferencias”. El propio secretario general de la UESARIO definió el evento como “un espacio para expresar la solidaridad con la lucha saharaui y para crear una plataforma juvenil comprometida con la causa”.
Hasta allí se desplazó Andrés Dueñas, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Valladolid, quien protagonizó la primera de las conferencias. En ella habló de la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea por el cual el acuerdo de pesca con Marruecos no puede aplicarse al territorio ocupado militarmente. Según el profesor, de ser así, “se estaría apoyando la vulneración del derecho de autodeterminación”.
Actualmente existen algunos proyectos que regulan expoliaciones de recursos del Sáhara de este tipo, como la asociación Western Sahara Resources Watch (Observatorio de los Recursos del Sáhara) a la que pertenecía el siguiente ponente, Erik Wagen. Esta controla los barcos que se acercan a aguas saharauis para señalar a los responsables y cómplices del robo de sus materias primas. Sin embargo, fue Jalihenna Mohamen Mustafa, el tercer ponente, quien recordó que no es otro sino el pueblo saharaui el que debe luchar para que esta situación cambie. “Tenemos las herramientas para hacerlo, solo tenemos que aprender cómo lograrlo”, anunció.
La primera jornada finalizó con una manifestación en las dunas, que haría eco de la violación de derechos hacia los saharauis en la que se profundizaría el día sucesivo. En esta segunda jornada se hablaría sobre dos organizaciones que denuncian los crímenes olvidados hacia el Sáhara: la ONG AFAPRADESA y la Campaña para Eliminar el muro. Abdeslam Omar, representante de la primera, expuso la actividad de la organización en la búsqueda entre las fosas de los más de 4.500 desaparecidos durante la guerra y aún no reconocidos por Marruecos. Se dirigió al Secretario de las Naciones Unidas, Antonio Gutierres, para denunciar que “tendrá sobre su conciencia los años de cárcel y de tortura infringidos a los activistas saharauis en contra de los derechos humanos”. Mahfud Mohn-Lamin habló de la campaña internacional contra el muro de la vergüenza, construcción que cuesta 2 millones de dólares diarios al país marroquí y que impide la resolución del conflicto.
Por el contrario, la Unión Africana es una de las organizaciones internacionales que han tratado de resolverlo. Waddi Salek, miembro de este órgano, aseguró que “Marruecos tiene interés en que la ONU sea responsable en este asunto sin que intervenga la Unión Africana, pero al mismo tiempo obstaculiza todo lo que puede que se avance en los acuerdos”. Aun así, el pueblo saharaui sigue luchando por buscar una salida pacífica al conflicto. Así lo expresó Abida Mohamed, miembro de la NOVA (Grupo de Acción no Violenta), quien habló del esencial papel de la mujer en la construcción de los campamentos. “La revolución era construir al ser humano antes que a la patria”, aseguró.
El arte y la cultura saharaui fueron el eje del cierre a estas jornadas. Los asistentes compartieron talleres, conciertos musicales y recitales de poesía de artistas autóctonos. Así, empapados de la determinación y la pureza saharauis, caminaron de su brazo ante el muro de la vergüenza para culminar este tercer día de actividades. Allí hablaron a los soldados marroquíes, que los miraban desde el otro lado con los fusiles inertes sobre la arena, al grito de “Marruecos culpable, España responsable”. Las manifestaciones terminaron al clavar ante sus ojos la bandera de la media luna roja en territorios liberados. Una bandera que, según la tradición saharaui, aún espera ondear del otro lado: con la franja verde en lo alto simbolizando la libertad de su pueblo.