MARINA LAJO TRAPOTE  |  Fotografía: Marina Lajo  |

El convento de San Francisco fue fundado en el siglo XIII y estaba situado en los extramuros de la ciudad de Valladolid. Este edificio fue protegido y patrocinado por Violante, la esposa del rey Alfonso X el Sabio. Pero, en 1836, fue demolido y su solar fue puesto a la venta. En ese momento el edificio pasa a formar parte del patrimonio perdido de Valladolid.

Dibujo del convento de San Francisco en la calle de San Francisco salida calle Cebadería | Fotógrafa: Marina Lajo

En la iglesia de este convento franciscano fue enterrado Cristóbal Colón, quien murió en Valladolid en 1506, aunque se desconoce la ubicación exacta. También aquí se enterró al héroe irlandés Red Hugh O’Donnel. Era un lugar muy solicitado por los nobles y ciudadanos acaudalados para su sepultura como en el caso de Leonor ‘de los leones’.

Juan Apaito y Revilla recogió una leyenda sobre el convento de San Francisco, ya que en su época de resplandor murió un jurista de fama y reputación en la ciudad. Tanto que del funeral se encargó el fraile del convento, el más importante en la orden benedictina de su tiempo. Quizá lo destacado fue el público que había en la ceremonia, o sus aspiraciones de ofrecer un discurso digno de ser recordado. Sin embargo, el fraile sentía tal presión que la noche antes se encerró en la biblioteca para que en su texto se mostrara su saber y su retórica.

Según cuenta Juan Agapito y Revilla el fraile estaba de noche solo en la biblioteca:

Cuando las tinieblas estaban en su mayor dominio, cuando la oscuridad más tenebrosa reinaba en la antigua villa del conde Ansúrez… siente el pobre religioso un estrepitoso ruido de voces y notas desafinadas de vibrante trompeta, un clamoreo tan infernal, que sobrecogido de terrorífico espanto e incalculable miedo, creyendo que las furias se habían desatado y todas marchaban en busca de él, y notando que esta incesante gritería se aproximaba más y más a la puerta de la biblioteca, se guareció debajo de los estante.

Juan Agapito y Revilla. Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones (1914)

 

Desde su sitio, el fraile presenció la entrada de una terrible comitiva de seres vestidos de negro. Uno de ellos tomó asiento y ordenó que llevaran a su presencia el alma del jurista que iba a ser enterrado. Acto seguido el alama entró en la sala arrastrando unas gruesas y largas cadenas, envueltas en fuego y rodeada de muchos demonios.

En ese momento comenzó el macabro juicio. Uno de los enlutados leyó una larga lista de pecados, delitos, injusticias y maldades que el jurista había hecho a lo largo de su vida. El juez del juicio dictó sentencia: cárcel perpetua en el infierno en cuerpo y alma. Pero uno de los seres preguntó cómo se iban a llevar el cuerpo si no podían tocarlo. El demonio que presidía el tribunal miró hacia donde estaba el fraile y mandó que lo llevaran ante él. A continuación, le pidió que en el sermón contara todo lo que había escuchado sin omitir detalles.

A continuación los demonios se llevaron al fraile a la iglesia donde estaba el cuerpo del jurista y vistieron al religioso con su túnica llevándole también el cáliz hasta la sepultura. Acercó el cáliz a la boca del difunto y de ella salió la hostia de su comunión. Mientras el fraile se dirigía a su altar mayor, los demonios cogieron el cuerpo del jurista y se lo llevaron a los infiernos. Acto seguido comenzó una tormenta eléctrica que pocas veces se había visto tan fuerte en Valladolid.

Por demás está decir que el fraile cumplió como bueno, dando al pueblo desde el pulpito, al día siguiente de ocurrir tan raro acontecimiento, noticias circunstanciadas de lo que en mala hora había presenciado, ya para que sirviera de escarmiento público, ora para cumplir con el demonio que tan bien se había portado con él.

Juan Agapito y Revilla. Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones (1914)

Fue tan aceptada la leyenda en su momento, que el propio escritor cuenta que los frailes enseñaban a las visitas de la capilla el agujero de la bóveda por el que los demonios se llevaron el alma del jurista a los infiernos.

¿Será cierta la leyenda y por este motivo derribaron el convento de San Francisco?

Lugar en el que antiguamente estaba ubicado el convento de San Francisco, hoy, entre otras cosas, abarca el Teatro Zorrilla. Ubicación soportales Plaza Mayor | Fotógrafa: Marina Lajo

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