MARINA LAJO TRAPOTE  |  Fotografía: Marina Lajo |

¿Por qué se considera deporte ciertas actividades y otras no? Puede ser la típica pregunta que conlleva a una discusión entre amigos, familiares o simples desconocidos. ¿Pero dónde está el límite? La RAE define deporte como una ‘actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entretenimiento y sujeción a normas’. Sin embargo, esta definición es muy amplia y no se sabe donde marcar el límite entre considerar una actividad deporte o no.

Un ejemplo, que a simple vista no se consideraría deporte, sería el ajedrez. Para sorpresa de muchos el ajedrez sí es un deporte. ¿Y por qué? La respuesta es simple, el ajedrez es un deporte porque a parte de destreza mental es necesaria cierta estrategia y táctica, de la misma manera que en otros como el fútbol y el rugby.

Los bolos, llamados también bowling, es un deporte de salón. El deporte de salón es una actividad física de competencia, que está sujeta a normas, y se realiza de forma habitual en instalaciones cerradas y cubiertas donde se celebran eventos deportivos.

Hay muchas actividades que poco a poco se van extendiendo y van configurándose como deportes. Donde dan ese salto suele ser en los Juegos Olímpicos. En los Juegos de Tokio 2020 han aparecido cinco nuevos. El baseball y softball, que reaparecen tras ser eliminados en 2008. El karate también aparecerá con dos nuevas modalidades. Además, lo harán a su vez el skateboarding, la escalada deportiva o sport climbing y el surfing.

El skateboarding tiene sus raíces en las contraculturas del deporte, enredadas con la música punk rock y la moda, que han hecho que muchos atletas lo practicasen. El motivo por el que se consolida como nueva disciplina deportiva es debido a que una gran cantidad de jóvenes lo practican y está muy extendido en la sociedad actual.

El sport climbing o escalada deportiva se consolida como deporte porque, al igual que el skateboarding, cada vez cuenta con más adeptos. Esta actividad ha crecido a nivel de practicantes y de público. Anteriormente, como su nombre indica, ya era considerado deporte, pero no de rango olímpico.

Guantes de boxeo. Marina Lajo

También existen deportes poco conocidos y con poco seguidores, que no por ese motivo dejan de considerarse deportes. Un ejemplo curioso sería el salto de trampolín. Este es un deporte olímpico a pesar de su poco público y repercusión en la sociedad. También se puede mencionar el lanzamiento de disco y lanzamiento de jabalina.

Hay juegos tradicionales en los que también es necesario el movimiento y esfuerzo físico, hay competitividad y están sujetos a unas normas. Algunos de estos juegos son el escondite, el pilla-pilla o la carrera de sacos, entre otros. Estos no están considerados deportes porque, aunque contengan una especie de ‘competición’, no dejan de estar dirigidos hacia el entretenimiento para que los niños jueguen y disfruten.

Un juego muy típico en la asignatura de educación física es el brillé o balón prisionero. Aunque sea una actividad deportiva en la que hay competición y una normativa, no se considera deporte. Esto se debe a que no está profesionalizado y solo se usa como actividad lúdica complementaria en educación física.

Se puede decir entonces que la diferencia entre juego o deporte es su profesionalización y el número de seguidores que tienen. Aunque, contrario al último apunte, haya deportes poco conocidos en la sociedad que se consolidan como tal en competiciones como Juegos Olímpicos. Es el caso de el skateboardin o el sport climbing.