SANDRA GUIJARRO GALÁN y MIGUEL ANGUITA PEREIRA | Fotografías: Ángela Cabestrero
Manolo Centeno cuenta sin tapujos su recorrido hasta pisar por primera vez un plató de televisión. Y es que, como él dice, su profesión viene de vocación. No, no es periodista de carrera o comúnmente conocido como ‘periodista titulado’. Actualmente, dirige y presenta La Jornada, programa que resume la actividad deportiva del fin de semana vallisoletano en La 8 de Valladolid, los lunes a las 22:10 horas, junto a Marina Marcos.
En el mismo lugar al que llegó hace dieciséis años, Manuel Centeno recuerda sus primeros pasos como periodista. De la mesa de mezclas a presentador de televisión. Estudió Formación Profesional para técnico de radio y televisión en Zamora, ciudad de procedencia. Empezó haciendo prácticas cuando apenas tenía diecinueve años en un grupo de teatro. Él se encargaba del sonido. Fue el principio de su trayectoria como periodista.
Su momento llegó cuando acudió a una emisora en busca de una voz en off para una de las actuaciones teatrales. La ausencia del técnico de sonido de la propia emisora hizo que Manuel se encargara de grabar la voz, que poseía el mismo director. Y uno por otro. El director ofreció la voz y Manuel mostró sus habilidades como técnico. El puesto parecía estar cubierto. “Empecé con las horas que nadie hacía. En deportes, ayudaba al colaborador, que era periodista y se acababa de sacar la oposición. Le ayudaba como técnico, pero un día él faltó y, de golpe y porrazo, me tocó a mí. Recuerdo las palabras del director: ‘Deja los cables que lo tuyo es el micrófono’. Y de ahí pase a la Ser, donde estuve un año; posteriormente en la televisión de Zamora, cinco años; y, en el 2000, me vine a Valladolid y aquí sigo, con los deportes como periodista”, explica el presentador.
Siempre es conveniente estudiar lo que nos apasiona, a pesar de donde acabemos en un futuro. Manuel lo confirma. El día a día consiste en vivir, en vivir con intensidad lo que haces y la manera en la que lo haces. Se trata de no conformarse. “Me gusta lo que hago. Considero que, si de verdad te gusta ser periodista, necesitas ser una persona inquieta, con los cinco sentidos abiertos continuamente a todo”, algo que aprendió en sus inicios como periodista de alguien que recuerda con ilusión. “Era un periodista de verdad, de los de antes, de esos que te daban clase en cada charla, en cada café, en cada cerveza. Él me dijo que un periodista nunca puede ser especialista en algo. Una cosa es que luego te especialices, pero un periodista tiene que ser, por definición, una persona inquieta, tiene que empaparse de todo”, añade.
«Considero que, si de verdad te gusta ser periodista, necesitas ser una persona inquieta, con los cinco sentidos abiertos continuamente a todo”.
Su labor como periodista deportivo no condiciona a sus intereses. Manuel Centeno considera que tan importante como la académica es la formación complementaria, los conocimientos que vas adquiriendo. “Durante once años fui voluntario de protección civil e hice muchos cursos de formación: municipal, auxiliar de bombero… es decir, tengo una formación que me ha ayudado en este mundo”, explica.
Respecto a la imagen en televisión, es muy importante, pero no más que tener la capacidad suficiente para saber por dónde salir ante cualquier dificultad. Saber presentarse ante una cámara es una gran característica de un periodista y estar preparado ante cualquier circunstancia, también. “En las facultades y muchas veces en los medios de comunicación, te enseñan a ser un busto, te ponen delante de la cámara, tienes una imagen perfecta. Hay compañeras que eran y son muy buenas delante de la cámara, que tienen que pelear, buscar las noticias y preparárselo. Ellas, afortunadamente, como aquí somos pocos, tienen que escribirse sus propios textos y, aunque se atasque el ‘cue’, saben cómo continuar. Hay quienes no tienen esa capacidad”.
El 11-S, día del atentado contra las Torres Gemelas, es un tema muy cuestionado por los periodistas, un tema muy comentado también a nivel informativo por cómo se trató de elaborar la información. Manuel lo recuerda como un día normal de trabajo: “Llegué a casa, salí de aquí sin saber nada. Pongo la tele y lo veo en el telediario, ¿qué es esto? Todo el mundo coincide con que Ana Blanco, en Televisión Española, presenta los informativos especialmente bien, cuando lee. Ese día yo la vi perdida. En cambio, en Antena 3 vi a Matías Prats. Me pareció un escándalo, me pareció una lección de periodismo. El tipo improvisando, sin tener datos, manteniendo la calma en medio de toda la confusión, hablando de lo que podía, de lo poco que sabía… me pareció espectacular”.
En cuanto a la preparación de La Jornada, el contenido se estructura en bloques de tiempo. El objetivo del programa es informar sobre los acontecimientos deportivos del fin de semana. Se observa el contenido y, posteriormente, se prepara el programa. No hay un guion permanente; simplemente se informa, se distribuye el tiempo. “Si veis nuestro programa, podéis observar que cada vez abrimos más el abanico a otros deportes y quitamos un poquito al fútbol, que tampoco pasa nada”, apunta Centeno. Y es que, a nivel personal, detesta lo que hoy en día se observa en el fútbol, pero es consciente del papel fundamental que presenta, ya que es lo que demanda la mayoría.
- ¿Cómo ve la situación actual de los medios de comunicación? ¿Qué opina sobre los conceptos de ‘libertad de expresión’ y ‘crisis del periodismo’?
- Va todo unido. En este sentido soy bastante crítico, considero que hace mucho tiempo los medios de comunicación dejaron de existir, ahora son empresas de comunicación. Donde antes primaba el servicio público, la información veraz y el compromiso, ahora prima la cuenta corriente de las empresas. Por tanto, la libertad de expresión está ahora mismo coartada claramente por el poder económico. Ser periodista hoy en día es duro porque exige un compromiso personal importante. Nosotros, por ejemplo, lo estamos viviendo ahora con el tema de los derechos en el fútbol. La Liga nos pasa un resumen gratuito de 90 segundos de cada partido (hablo de Segunda División). Te lo ofrece gratuitamente ateniéndose al derecho a la información, pero no te deja emitirlo 24 horas después de que haya concluido el partido. Pero… ¿qué es esto? Una información no caduca, no hay periodo de validez y a partir de ese periodo se acaba. Espero que esto cambie algún día y que de verdad las empresas reaccionen.
«Ser periodista hoy en día es duro porque exige un compromiso personal importante».
.
- Hablemos de ‘objetividad’…
- La objetividad no existe, existe el ser honrado. A nivel local es más difícil tener esa objetividad ya que tienes contacto directo con las personas que te rodean, yo digo que es más difícil ser periodista a nivel local que a nivel nacional porque muchas veces un periodista habla de oídas. Tú aquí das un palo a alguien, sales a tomar un vino y te le encuentras, se lo vas a tener que explicar. Eso requiere compromiso, valentía. No me gusta tener amigos con las personas con las que trato, después sí. Con los jugadores intento mantener la distancia porque, si me hago colega de ellos, cuando les tenga que juzgar en un partido, me va a costar más. Tengo buena amistad con muchas personas, pero siempre se ha fraguado después del trabajo.
Manuel Centeno se muestra alegre y cercano y se atreve a contar una pequeña anécdota que corrobora que quien no arriesga, no gana: “Cuando empezaba no existían las grabadoras digitales como ahora, tenías que estar siempre muy atento a las pilas. Estando en Zamora, me llamaron de la radio para ir a trasmitir la vuelta ciclista Castilla y León, ese año venia Induráin y yo tenía que entrevistarle, quería hacerlo. Ganó la contrarreloj por aquí, por Parquesol. Me dieron una grabadora y le hice una pequeña entrevista, de unos 3-4 minutos. Cuando vuelvo a la radio, voy a sacar la cinta y me doy cuenta de que la grabadora estaba con el pause puesta y no grabé nada. Me acordaba de lo que había dicho pero no me conformé. Llamé al hotel, pregunté por Induráin y le dije lo que me había pasado. El chico me dijo que bajaba y al final le grabé casi cuarto de hora de entrevista, en el hotel, con una cerveza”, cuenta, esbozando una sonrisa. “Fue muy majo, pero yo no me conformé. Era ‘novatillo’ y lo conseguí. No iba a quedarme de brazos cruzados. Le busqué, lo solucioné y tuve suerte. Si me hubiese quedado lamentándolo, no hubiera conseguido nada”, añade.
- Durante la entrevista nos ha ido ofreciendo una serie de consejos… Aun así, ¿algo que añadir y que vaya dirigido a todo aquel que aspire a ser periodista deportivo?
- La información deportiva está muy denostada y, en el fondo, por culpa nuestra, de la profesión. Desgraciadamente, a nivel nacional, entre los periodistas se ha colado mucho bufón y eso nos está dando muy mala fama. Yo les pediría que, por favor, no se fijaran en ellos. En ninguno de ellos. Por más nombre que tengan y por más famoso que puedan llegar ser. Que se fijen en los periodistas de verdad, quizás tengan menos fama, aparezcan menos. Da gusto leer, por ejemplo, a Santi Segurola, y como él hay otros muchos. Además, y sobre todo, aprender y formarse, no cerrarse a nada, buscar, ser inquieto, ser curioso, preguntar… Nadie nace enseñado, nadie nace aprendido. Yo he preguntado mil veces y lo seguiré haciendo. Preguntaré siempre que no sepa algo y no me da ninguna vergüenza. Para saber hay que preguntar. Y un periodista tiene que ser inquieto y curioso, y que no se ponga la camiseta de ningún equipo.
«Nadie nace enseñado, nadie nace aprendido. Para saber, hay que preguntar y un periodista tiene que ser inquieto y curioso».
va un poco más allá: “Al final hay que hacer un poco de todo, aprender de todo y no conformarse. Yo creo que es la clave, seguir siempre buscando. Que vas a hacer informativos, bien, pero si un día te piden el entrenamiento del Valladolid… te pierdes porque no conoces a ninguno. Sin embargo, si yo voy algún día a las Cortes y tengo que hacer algo sobre el Consejo de Gobierno y no sé cómo se llama el consejero portavoz, me dirías que soy un ‘zote’. ¿Por qué yo tengo que saber cómo se llama el consejero, en este caso la consejera, y tú no tienes que saber cómo se llama el entrenador del Valladolid de Balonmano? Por eso digo que hay que estar abierto a todo.
La moraleja es clara: aprovechad cada momento y nunca os conforméis. Y, si queréis ser periodistas, “haced muchas prácticas delante del espejo hasta que os canséis de veros. No sólo de locución, con el lapicero puesto en la boca para vocalizar, también para veros. Para que aprendáis a expresaros, a moveros con naturalidad delante de la cámara”, aconseja Manuel Centeno.