María Ángeles Diez: “La biblioteca también es una salida profesional y oferta prácticas”

MÍRIAM FERNÁNDEZ GIL  |  Fotografía: Míriam Fernández  |

La Biblioteca de Filosofía y letras es un laberinto que recoge cientos de libros, un auténtico tesoro en papel. Su directora, María Ángeles Diez es la encargada de custodiar tanto los recursos electrónicos como en papel, y mostró a los alumnos todo lo que ofrece este espacio de la Universidad de Valladolid.

Entre los recursos electrónicos, se encuentra una base de datos que permite recuperar la información a texto completo y revistas electrónicas. Hace unos años, la UVa hizo una importante apuesta en relación a estas publicaciones, ya que permiten ser consultadas por varios usuarios a la vez y es un formato más económico. María Ángeles Diez explicó a los alumnos que la biblioteca cuenta con más de 300.000 libros y que después de la Biblioteca del campus Miguel Delibes, es la más grande. Se considera una biblioteca especializada, porque ofrece toda la bibliografía que utilizan los profesores a la hora de impartir sus clases.

Por otro lado, les ha sido otorgado un sello de reconocimiento por el modelo de gestión que utilizan. El modelo es el FQM para centros públicos y privados. En Castilla y León es la única biblioteca que tiene un sello de este tipo, y a nivel nacional sólo disponen de él 24 bibliotecas. Existen unas encuestas de opinión que les ayudan a mejorar y también los grupos focales, que son grupos de opinión. Hay uno de profesores, otro de alumnos de grado y otros de máster a los que se les elabora un cuestionario y a partir de este, se obtiene un informe que les ayuda a tomar cartas a la hora de los cambios.

“Vamos a hacer una oferta de duplicados. Los informáticos elaboran ficheros de revisión y se ofertan a los alumnos, se hacen listados de libros y se ofertan también a todas las bibliotecas de Valladolid, al profesorado y alumnado durante tres meses. También se ofertan a ONG, al Instituto Cervantes o a bibliotecas públicas”, expuso la directora.

La biblioteca cuenta con un sistema de gestión automatizado que administra el préstamo, las publicaciones periódicas y los números atrasados que hay que reclamar. Cuando no estaba automatizado, se llevaba a cabo en formato papel, el cual a día de hoy tiene un gran valor informativo. También dispone de un sistema de préstamo interbibliotecario: “Nos podéis solicitar libros de bibliotecas nacionales o internacionales con un coste de ocho euros”, matizó Diez. El préstamo intercampus es gratuito y se puede consultar durante un mes.

“Somos la biblioteca con más préstamo interbibliotecario, prestamos bastante, o bien originales o reproducciones. También hay que tener en cuenta si un libro posee valor añadido, es decir, dedicatorias, si es una edición numerada, si el libro está descatalogado, entre otras cosas, y depende de ello si se puede prestar o no”, destacó la directora. Hay que añadir que también disponen de fondos personales que no se pueden duplicar, como por ejemplo el de Demetrio Ramos.

La directora advirtió a los alumnos que en caso de incendio, se pone en marcha la extinción automática con gas, que cuentan con detectores y que automáticamente se cierran las puertas y suenan las alarmas.

Existen los fondos antiguos e históricos, que se exponen en unas vitrinas y que disponen de cristal anti robo y anti rotura. Este fondo posee unas condiciones especiales: no sale de la biblioteca y se registran los datos de todo aquel que los consulta, como por ejemplo los del Fondo Viñas, libros anteriores a 1835.

En la biblioteca también se realizan labores de restauración, ya que el pergamino se seca. Organizan exposiciones físicas y virtuales, actividades sociales, cursos presenciales y dos programas para gente invidente. “La biblioteca también es una salida profesional e incluso podéis realizar las prácticas aquí”, expuso Diez.

Las revistas están organizadas en orden alfabético, y en toda la instalación se controla la temperatura y humedad para la correcta conservación de todos los ejemplares. Con los números sueltos de las revistas, esperan a disponer de cinco para ofertarlas y si no las logran, las dan a otras bibliotecas.

“Tenemos un lector de microfichas de acetato que es un regalo de la Biblioteca histórica” puntualizó la directora. Al acabar la visita, María Ángeles Diez animó a los alumnos de Periodismo a que realizasen una encuesta y con ello aportar un granito de arena en la mejora de este tesoro del que todos los alumnos pueden disfrutar.