SANDRA SORIA ALONSO  |  Fotografía: Sandra Soria  |

La curiosidad se percibe en el sonido de las cámaras y el ambiente se torna cálido con la visita de Alejandro Martínez Vélez. La experiencia y el afán del fotoperiodismo de este amante profesional se remonta a sus comienzos en 2012, posteriores a sus estudios de Ciencias Políticas en Madrid. En ese momento coincidió con una etapa inquieta en las calles de la capital española. La gente salía de sus casas y se formaban grandes manifestaciones que captaban la atención de todo el público. Como forma de reivindicaciones por los derechos y a raíz del 15-M. Tomó su cámara compacta y se dispuso a contar la realidad a través del visor.

‘La droga del periodismo’. Con esas palabras traslada su primera toma de contacto con los estudiantes del Grado de Periodismo en la Facultad de Filosofía y Letras. Martínez se enganchó a la profesión hasta documentarse de los desahucios que tenían lugar en Madrid a diario. Llegó a contabilizar incluso cuatro en una sola jornada, según narra.

Esta escuela compleja e inclemente con los desfavorecidos le formó para alcanzar sus primeros trabajos como fotoperiodista. En 2015, la gente huyó de Siria e Irak con la intención de refugiarse en países aliados que dieran cobijo a su familia. Justo en marzo de 2016, el fotoperiodista exploró la llegada de estos flujos migratorios con la intención de fotografiar el escenario de la isla de Lesbos, en Grecia. Cámara en mano decidió retratar un sinfín de fotografías que cuentan la verdadera historia de los refugiados. La de su lucha en el campo de refugiados como el de Moria, dónde trabajó como fotoperiodista.

Con una fuerte dosis de realidad y la humildad por delante, el invitado continúa sus memorias por diferentes tierras del panorama meridional en suelo europeo. Cuenta que en España existen dificultades para capturar imágenes en la vía pública, problema que allí no existe. A través de su enfoque, explica la importancia de la coherencia como clave en el ejercicio periodístico.

Martínez Vélez: ‘Muchos medios mienten y manipulan’

Durante la conferencia, las imágenes sumergían a los asistentes en una burbuja cada vez más perturbadora. Los retratos contaban la historia particular de cada persona, unidas todas por un bien común, pero con testimonios dispares.

A la pregunta de uno de los estudiantes, Martínez admite que carece de límites a la hora de fotografiar. Aunque pronto añade, pensativo, que en algunas ocasiones se ha autocensurado porque ‘enmarronaba’ mucho al protagonista de su fotografía.

En los últimos minutos del encuentro, reconoce que las implicaciones emocionales abundan hasta emborronar la objetividad de la elección de las imágenes. Por eso recomienda ‘pedir consejo a otros compañeros que sean imparciales’. En última instancia, y antes de recibir un enérgico aplauso, Martínez Vélez sugiere la figura de Susana Vera. Un referente que no es extraño, es la primera fotógrafa española en ganar un Pulitzer.