Lorena Arias Duque

Decenas de movilizaciones a favor de Palestina se han sucedido en distintas ciudades del mundo a lo largo de la primera quincena de octubre, precisamente, en torno al aniversario de los ataques terroristas de Hamás que tuvieron lugar en Israel el 7 de octubre de 2023. Las imágenes y consignas se han repetido en todas partes : «Free Palestine» es el lema universal que aboga por la libertad del pueblo palestino y al que acompañan contundentes inculpaciones como «Netanyahu, criminal» o «Europa, cómplice». Otras pancartas, con el rostro del primer ministro israelí, rezan «Wanted» («Se busca»). Muchas reclaman directamente el «fin del genocidio» con impresiones dactilares en pintura roja que imitan las manos manchadas de sangre.
Desde que, hace dos años, el Ejército israelí desatara una serie de incontables ataques en la franja de Gaza, el fin de lo que los manifestantes y algunos organismos europeos ya han calificado de «genocidio» nunca se ha percibido tan cerca como hasta el pasado viernes 10 de octubre, cuando las partes implicadas han firmado el acuerdo de alto el fuego. Una paz temporal, aunque para muchos segura, que, sin embargo, recientemente han puesto en duda los propios signatarios mediante acusaciones mutuas de incumplir lo pactado.
Protestas desde Valladolid hasta Suecia
Pese a dicho acuerdo, las movilizaciones no han cesado en Europa y algunas se han dado, incluso, de manera simultánea. En Valladolid, unas 3.000 personas tomaron parte en la manifestación del 4 de octubre, convocada por la Plataforma Solidaria con Palestina de Valladolid, en línea con una iniciativa desarrollada a nivel estatal para reclamar el embargo de armas y la imposición de sanciones al Estado de Israel. Posteriormente, el día 8, medio centenar de estudiantes de la UVa se encerró durante varios días en un aula de la facultad de Derecho para perpetuar estas reivindicaciones. El día 15, volvieron a la calle, desde Fuente Dorada, en forma de una huelga general convocada por la citada plataforma propalestina, que tenía la intención de «pararlo todo» porque, como aseguraron sus portavoces, Israel está respaldado internacionalmente «por bancos, gobiernos, universidades y medios».
De manera casi simultánea, el día de la primera manifestación, se desplegó una marcha en la ciudad belga de Lieja, bajo el lema de «STOP GÉNOCIDE: Viva la resistencia de los pueblos contra el sionismo y el imperialismo». Una travesía de más de tres horas que partió del Centro de Recursos y de Creatividad de la Provincia de Lieja hasta una de las plazas más céntricas de la ciudad, Saint-Lambert, y que movilizó a unas 2.5000 personas.

También el sábado, se produjo en Londres una importante concentración que se saldó con la detención de casi 500 personas, a las que se sumaron días después otras 14, en la manifestación del 11 de octubre en el área de Embankment, junto al río Támesis. Los arrestos, que en su mayoría están relacionados con el apoyo al grupo Palestine Action, ilegalizado en el país británico, han sido objeto de numerosas críticas a través de redes sociales por la condición de los sujetos detenidos, entre los que se encontraban personas invidentes y también de avanzada edad, como ha constatado el canal de noticias TRT World a través de una publicación en X.
Contra la prohibición de manifestarse
Algunos kilómetros más hacia el noreste, en Países Bajos, unas 250.000 personas se manifestaron el domingo 5 de octubre, para exigir al Gobierno holandés nuevas medidas de presión contra el Estado de Israel. Dos días después, se halló la fachada del Palacio Real de Ámsterdam, situado en la Plaza Dam, cubierta de pintura roja y la frase «Fuck Israel», por obra confesa del grupo activista ‘Palestine Action NL’. Los responsables alegaron que se trataba de una respuesta a la supuesta decisión de la alcaldesa de prohibir una conmemoración nacional por Palestina en la Plaza Dam, mientras que sí había autorizado un acto a favor de Israel en el mismo lugar, lo que el Ayuntamiento negó y aseguró que se trataba de una «alternativa» propuesta para que no coincidieran las dos manifestaciones en el mismo lugar.
Otro foco de protestas fue Berlín, la capital alemana, donde las autoridades sí confirmaron la prohibición de una manifestación propalestina el día 7 de octubre en Alexanderplatz, alegando que se trataba de un «llamamiento a una movilización que aprueba el ataque de Hamás» y, por lo tanto, se temía «que no fuera pacífica». No obstante, cientos de personas ignoraron la prohibición y salieron a la calle dispuestas a protestar.
Otras movilizaciones
También en ciudades de Grecia, Rumanía, Suiza, Francia y Suecia se desarrollaron acciones en la misma línea. En el país helénico ya ha tenido lugar, entre este año y el anterior, más de una movilización de obreros portuarios para bloquear el envío de cargamentos con armas hacia Israel. Por otro lado, en el otro polo del continente, numerosas organizaciones suecas y árabes han salido a las calles de la ciudad de Malmö en los últimos días para seguir esparciendo la reivindicación a favor de la causa palestina, a pesar del acuerdo de alto el fuego, que todavía no confirma el final de la guerra.










