LUCÍA MERCHÁN ÁLVAREZ | Fotografía: Pixabay |
El futuro de los medios de comunicación cada vez es más inestable. La situación de crisis provocada por la pandemia golpea también a los sectores de información locales y regionales. Y es que, pese a tener unos lectores más fidelizados que los periódicos generalistas, estos medios se encuentran en una difícil lucha para conseguir suscriptores de pago.
Las circunstancias son muy complicadas y, aunque el gobierno ofrece ayudas para permitir hacer frente a las penurias, éstas no son suficientes. Es por ello, que el American Press Institute ha publicado siete preguntas que los medios locales pueden hacerse para afrontar la realidad con mayores garantías.
Estas cuestiones han sido realizadas por Jane Elizabeth, ex jefa de varias redacciones conocidas como: The Washington Post y Pittsburgh Post-Gazette. La periodista estadounidense relata que la idea surgió en plena pandemia, tras sufrir la quiebra corporativa de la empresa donde trabajaba.
Para ella, el primer asunto en aclarar consiste saber cómo mantener las audiencias logradas en 2020. Se trata de buscar las razones por las que las personas leen, se suscriben y pagan y aplicar ese conocimiento a las coberturas futuras. Sin perder de vista, la apreciación de la evolución que las razones de los lectores suelen experimentar.
La siguiente interrogante responde a cómo atacar y combatir la información errónea más prevalente de la comunidad a la que se dirige. Está conformada por tres consejos; el primero consiste en averiguar de dónde obtienen los residentes locales dichos datos. El siguiente, se centra en encontrar un líder comunitario influyente, que genere credibilidad. Y en el último, recalca la importancia de conocer a los lectores y examinar los esfuerzos de participación que realizan los periodistas del medio.
La tercera cuestión va dirigida hacia cómo abordar temas como la salud, la educación y el gobierno estatal con poco personal. Aquí, sugiere que se utilicen los datos de los lectores y las aportaciones de la comunidad para remodelar los ritmos y las prioridades de cobertura. Además, recomienda que después se haga una evaluación honesta de las deficiencias de conocimiento de su personal en estos temas. Y por último, que se aumente la cobertura de temas relevantes mediante asociaciones construidas con organizaciones de periodismo calidad.
El punto sucesor pretende enfocar cuál será la respuesta rápida a los problemas de diversidad, equidad e inclusión dentro de la propia redacción y comunidad. Cabe destacar, la importancia de evaluar el compromiso de crear una redacción diversa, equitativa e inclusiva. Asimismo, defiende la ausencia de problemas al usar ‘argumentos comerciales’, siempre que sean en una redacción centrada en la diversidad. Además, ésta tiene que aceptar una responsabilidad con su audiencia y empleados.
La quinta pregunta se centra en desarrollar la capacidad para producir un importante periodismo de investigación local. Esta experiencia se garantiza si el periodista lo realiza como parte regular de su trabajo. En la respuesta, aconseja cómo ganarse una buena reputación a través de la elección meticulosa de objetivos y la colaboración con asociaciones sólidas.
Las dos últimas cuestiones que plantea la periodista van dirigidas hacia el trato del personal. El punto seis va encaminado hacia la idea de cómo aumentar la plantilla y los recursos. Para ello, sugiere la eficiencia creativa al solicitar a becarios y reporteros financiados por la comunidad. Por otro lado, el apartado siete aborda el cuidado de la salud mental de los empleados. Aquí, aconseja que cada miembro tenga a alguien con quien hablar sobre el estrés. Además, de descubrir las necesidades de cada uno para sentirse más seguros y saludables en el trabajo.