La memoria de los medios durante el Franquismo

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CRISTINA MARTÍN SÁNCHEZ  |  Fotografía: Cristina Martín  |

Propaganda, NO-DO, Diario 16, Triunfo, Ama Rosa, Taxi Key, seriales, retransmisiones de partidos, imágenes en blanco y negro. Estos son algunos de los recuerdos que vienen a la memoria cuando se habla de medios de comunicación durante la dictadura. Unos vestigios que han quedado atados en la mente de quien vivió las apariciones, cierres y transformaciones de los diferentes medios españoles. Atado y bien atado: los medios de comunicación durante la dictadura, se presentó como título de la mesa redonda en la segunda jornada del I Congreso Internacional: Territorios de la memoria. El Franquismo a debate, llevado a cabo en el Salón Lope de Rueda de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid.

“20 años no son nada, pero 40 sí”. Recordando el papel de la prensa en los últimos años del franquismo». Así comenzó su intervención Carlos Barrera, profesor de la Universidad de Navarra. Quien realizó un recorrido sobre los medios impresos de la época durante los últimos coletazos de esta, desde 1960 hasta 1975, porque tal y como resaltó el ponente, “hablar de lo anterior es hablar de una prensa atada”.

“Franco no creía en la prensa, pero la consideraba un mal menor”, afirmó el profesor. Coincidiendo los años 60, con la última etapa de la dictadura de Franco, se llevó a cabo una apertura económica. En un contexto en el que el país comenzó a levantar cabeza y a notar una serie de cambios. Entre ellos, el nombramiento en 1969 a Juan Carlos de Borbón como sucesor del general o la creación de la figura de presidente de Gobierno. El marco legal resultó ser también un reflejo de esas transformaciones. La Ley de Prensa e imprenta de 1966, conocida como Ley Fraga, marcó y cambió los límites de la libertad de expresión durante esta etapa y fue fundamental para el desarrollo del periodismo.

Fue precisamente la Ley de Prensa e Imprenta de 1966 el punto de partida de Carlos Barrera para hablar del periodismo en papel. Con ella se eliminó la censura previa, pero en su lugar, se llevó a cabo la autocensura por parte de los periódicos. Durante ese periodo fueron constantes las limitaciones, sanciones y multas, aunque también hubo consecuencias positivas. “Los lectores empiezan a leer noticias que antes no podían encontrar”, señaló Barrera. La nueva orden permitió que diferentes opiniones políticas no favorables al régimen pudieran tener eco.

Carlos Barrera, José Vidal, Salvador Gómez y Julio Montero. / Fotografía: Cristina Martín
Carlos Barrera, José Vidal Pelaz, Salvador Gómez y Julio Montero. / Fotografía: Cristina Martín

La voz del profesor de la Universidad de Valladolid Salvador Gómez fue la que puso palabras a otro medio, el radiofónico. “A la radio del franquismo le podía faltar voz, pero era muy creativa”, destacó al inicio de la intervención. Radio Nacional y la SER fueron las protagonistas de su ponencia. Una pública y la otra privada.

Como regalo de la Alemania Nazi a Franco, nació durante la Guerra Civil Española, en 1937, Radio Nacional. Durante el periodo de la Guerra Civil, el medio se vio como un arma para ganar batallas, y tenía una función principal, la de hacer propaganda. “Radio Nacional nació en un contexto de guerra y eso le acompaña siempre, le hace buscar un camino para salir del laberinto”, dijo Salvador Gómez.

En el modelo público, el controlado por el estado, estaba Radio Nacional, pero en el modelo privado resaltaba la SER, que destacó por su innovación, por el entretenimiento. “La SER por sus propias exigencias apostó por el entretenimiento, creando así una radio moderna”, explicó Gómez.

Tras la radio, coincidiendo con la historia de los medios, se llegó a la televisión. Julio Montero, profesor de la Universidad Internacional de La Rioja fue el encargado de exponer dicho medio. “La televisión en España fue probablemente el medio más criticado de todos durante el Franquismo”, resaltó Montero al inicio de su participación. El profesor fue el encargado de romper algunos clichés sobre la televisión de la época, destacando que el audiovisual fue “el único medio de comunicación que pensó en cómo ser agradable a su público”. Profundizando también en los contenidos, “la televisión franquista era una televisión volcada en el entretenimiento”, explicó ayudado de un estudio realizado. El ponente resaltó además la cercanía de este medio con la sociedad española, “más cercana a ella, que al gobierno franquista”.

La imprenta cambió la historia, y la transformación es algo que ha ido sucediendo con cada cambio vivido en prensa, radio o televisión. Pero hay que entender ese giro según el cambio social, económico, legal, cultural y demográfico. Poder, historia , política y periodismo van unidos. Y con el franquismo sucedió lo mismo.