‘Memoria y Utopía’. La realidad del digital

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Los ponentes en la mesa redonda en el Salón de los Espejos del Teatro Calderón. De izquierda a derecha: Rui Machado, Valeria Campores, Esteve Riambau, Céline Ruivo y Frèderic Maire
DANIEL MON ROMERO  |  Fotografías: DANIEL MON ROMERO

El Salón de los Espejos del Teatro Calderón acogió la mañana del martes ‘Los archivos cinematográficos frente al dilema digital’, que forma parte de la mesa redonda ‘Memoria y Utopía’, uno de los muchos ciclos de charlas de la SEMINCI.

Tras una breve introducción por parte del moderador, el director de la Filmoteca de Catalunya Esteve Riambau, se procedió a la introducción de los participantes en la mesa: Fréderic Maire, director del festival de Locarno y de la Cinemateca Suiza (Cinematheque Suisse), Céline Ruivo, de la Comision Técnica de la FIAF (Federación Internacional de Archivos Cinematográficos), Valeria Campores, directora de la Filmoteca Española y Rui Machado, director de la Cinemateca Portuguesa.

LAS FILMOTECAS, ESAS GRANDES DESCONOCIDAS

El portugués fue el primero en tomar el turno de palabra, comenzando su ponencia con una frase: ‘Los archivos se salvaguardan en el patrimonio si hay algo que salvaguardar, por eso es importante buscar’, aludiendo a los archivos en cinta. A pesar de la crítica sutil al digital, admitió algunas ventajas de este sistema ya que, en sus propias palabras, es más democrático al poder trabajar con menos medios.

Posteriormente dio varios consejos: tener contactos, animar a las personas anónimas a depositar voluntariamente archivos cinematográficos para su posterior conservación y ‘valorar el conocimiento que se consigue tras años conociendo materiales, catalogando e indexando’. ‘También es importante conservar material en Portugal y preservar películas y el material químico que lo permite, así como digitalizar para tener más difusión’, también declaró. Cerró su primer turno de palabra con una frase que resumía su discurso: ‘Nuestro papel como filmoteca es mantener la posibilidad de preservar’.

Rui Machado, director de la Cinemateca Portuguesa, exponiendo su ‘teoría del iceberg’. Foto: Daniel Mon

La directora de la Filmoteca Española comenzó su ponencia mencionando que ‘son el futuro del presente’, quienes tienen la responsabilidad de mantener el archivo con la nuevas tecnologías Mencionó que la digitalización era costosa, sobre todo la conservación de material digital, dependiente de distintos químicos y un algo consumo de energía. En sus propias palabras: ‘es un desafío de futuro transformar el miedo y la angustia en conocimiento; existe una responsabilidad de conocer cómo especializarse en tecnologías desarrolladas por la industria. Estamos en el mundo de la imagen y el sonido‘.

Posteriormente tomó la tomó la palabra el director de la Cinemathique Suisse, quien también comenzó con una frase: ‘Como España y Portugal, tenemos el deber de mantener el cine digital, debemos construir edificios para integrar el digital, tanto para conservar archivo como hacer digitalizaciones simples, es decir, corregir problemas de imagen y sonido’.

Aprovechó también para hacer una llamamiento a los gobiernos, quienes, bajo sus palabras, deberían de invertir en nuevos materiales, como la fibra óptica y en nuevo equipamiento.

‘Hay cintas de vieja generación que se pueden leer, pero: ¿Vamos a ser capaces de leer y mantener el digital actual dentro de 20 años? No lo tengo claro’. También indagó en la dificultad para convencer a productores y laboratorios sobre la influencia del mundo digital y la necesidad de preservar el material.

Mencionó a su vez una de las ventajas del analógico: ‘el negativo permite saber si existe un error en la grabación, mientras que en el mundo digital no hay tanto convencimiento. Si no se arregla, el digital podría desaparecer de los archivos en un futuro como ocurrió con el cine mudo’.

Resume sus ideas comentando que si los archivos digitales se guardaran en un disco duro podría haber riesgo de que esos archivos se perdieran para siempre en caso de que se averíe debido al excesivo consumo de energía, de ahí que requieran nuevas instalaciones para la preservación de material digital.

‘Tenemos el deber de salvaguardar los archivos y seguir con proyectos para que los archivos lleguen a filmotecas’, concluyó.

LAS INVERSIONES ECONÓMICAS, LAS LLAVES PARA LA PROSPERIDAD

Tras los turnos individuales, los ponentes comienzan un coloquio acerca del futuro de las filmotecas y los archivos cinematográficos.

El director de la Filmoteca Catalana volvió a tomar la palabra y mencionó la obligatoriedad del depósito de obras cinematográficas en España. Aprovechó también para poner un ejemplo de desventajas del analógico frente al digital. ‘Los rollos lanzados al público sufren una pérdida de calidad al no tener los original, que se envían a depósito, mientras que todas las copias digitales tienen la misma calidad’, declaró. Mencionó también después la cantidad de documentos que tiene el archivo cinematográfico de Cataluña: 200.000 rollos y 40.000 títulos.

El señor Maire le respondió definiendo la digitalización como ‘algo imparable’ que requiere proyectos para hacerla realidad, lamentando también la carencia de fondos comunitarios por la neutralidad política de su país.

Posteriormente tomó la palabra la directora de la Filmoteca Española, quien mencionó al gran ejemplo español en digitalización: el NO-DO, proyecto realizado gracias a las ayudas de la Unión Europea.

Volvería a intervenir el suizo para solicitar material de calidad. ‘Mejor bobinas que cintas de vídeo y DVD’, expresó. Ejemplificó el éxito del cine en bobina con otra frase: ‘siguen presentes, el 70% de las películas presentadas a los últimos Óscar estaban grabadas en cinta analógica’. Terminó su ponencia con una reflexión: ‘Hay que trabajar con lo que se tiene en el presente, es decir, en digital’.

Céline Ruvio aprovechó a su vez para mostrar su posición acerca de la gran inversión económica que requieren las filmotecas, aludiendo al coste de la preservación y la restauración de material, la necesidad de mantener el material fotoquímico, la memoria en bobinas, así como la necesidad de colaborar en el proceso de restauración, digitalización y preservación de las cintas.

Finalizó la fase de coloquio el portugués Rui Machado, quien hizo una última reflexión: ‘tenemos la suerte de poder seguir conservando y preservando el archivo’.

La mesa terminó con una breve fase de preguntas en las que las respuestas fueron una vez más, la existente responsabilidad de los fondos documentales, en especial la FIAF, de salvaguardar todo el archivo posible y la carencia de ayudas para crear proyectos.