LUIS GONZÁLEZ CARPIZO | Fotografía: Twitter |
Cuando escuchamos hablar de la okupación, inmediatamente nos viene a la cabeza todos los casos en los que personas sin hogar invaden casas de particulares. Pero el movimiento Okupa nace con otro propósito. Este origen del `movimiento Okupa´ se mantiene en algunos reductos, algo así como la aldea poblada por irreductibles galos en la que habitaban Asterix y Obelix. El Centro Social Okupado La Molinera es uno de estos proyectos que recoge ese espíritu original del movimiento.
La historia del edificio que alberga este centro social es muy curiosa. Se trata de un edificio con más de 160 años de historia. En 1991 logró el estatus de Bien de interés cultural por parte de la Junta de Castilla y León. En este histórico edificio se asentó la fábrica de harina La perla. Pero tuvo su cese de actividad en 2006.
A partir de ese momento el edificio quedó en manos de especuladores. Lo que era una fábrica acabó por convertirse en el primer hotel cinco estrellas de la ciudad. Esto acarreó de por sí una gran polémica, dado que para llevar a cabo dicha operación se modificó el Plan General de Ordenación Urbana. Dicha operación acabó con la imputación de decenas de personas implicadas en el proyecto.
No menos polémica fue la rehabilitación que fue necesaria en dicho edificio. Ya que esta fue pagada mediante el uso fraudulento de Fondos Europeos de Desarrollo Regional. El final de dicho proyecto no fue menos trágico y polémico. El propietario del hotel se marchó de la noche a la mañana y dejó a sus trabajadores la deuda de sus sueldos, finiquito, etc. Este hecho se denunció y a pesar de la victoria judicial de los trabajadores estos aún esperan cobrar lo que se les debe.
En los meses posteriores al cierre del hotel Marqués de Ensenada, dicho inmueble fue saqueado y pasó a convertirse en un lugar de tráfico y consumo de drogas. Tanto el inmueble como las instalaciones de luz y gas quedaron destrozadas. El 28 de abril de 2018 un incendio provocado sacudía el inmueble. Ante esto la decisión del consistorio vallisoletano fue la de blindar el edificio.
Ante todo esto, un grupo de vecinos tomaron la iniciativa. Los objetivos, en palabras de la misma organización, son: ‘recuperar y revalorizar socialmente el inmueble más allá de las lógicas del mercado, poniéndolo al servicio de la gente´.
Que este edificio deje de ser símbolo de entramados mafiosos, de chanchullos especulativos, de la vanidad y el lujo, para convertirse en un proyecto abierto a la cultura, a la solidaridad, al debate, al estudio y aprendizaje, al activismo, a la transformación social. En definitiva, que deje de ser un` esqueleto vacío´ en el paisaje de Valladolid para convertirse en un `organismo vivo´ gestionado por quienes no buscamos extraer de él un enriquecimiento monetario.’
El centro social no se constituye como una solución habitacional permanente, pero sí se permite que en este se pernocte y se haga vida a cambio que quien opte por esto lo haga en función de las necesidades del centro social.
Para la integración en el centro social es necesario el cumplimiento de una serie de normas entre las que se encuentran:
- Todo el poder para la asamblea.
- Aquí creemos en la autogestión.
- Espacio libre de actitudes machistas, homófobas o xenófobas.
- No se aceptará ningún comportamiento violento.
- Espacio libre de drogas.
- No molestes a las vecinas.
- No te lleves nada.
- Protege la cultura arquitectónica de tu ciudad.
- Respeto por bandera.
Pero si por algo se ha popularizado el centro social en estos últimos días es por su masiva aparición en los medios tras el desalojo de este. El lunes 21 de marzo de 2022 la policía procedió al desalojo del inmueble. Esto tras la compra por parte del ‘fondo buitre’ Kelona Invest. Tras el desalojo, el inmueble fue ocupado de nuevo por los miembros de La Molinera.
Estos convocaron manifestaciones de protesta, pero diferentes grupos de la izquierda vallisoletana la secundaron. Debido a la intervención policial llevada a cabo, estos han sido señalados por los miembros de La Molinera. Por su parte la policía local ha emitido un comunicado en el que aseguran que en el momento del desalojo el edificio se encontraba vacío. En palabras de la propia policía: ‘no se ha producido ningún desalojo forzoso, ya que no había nadie en el interior, ni la Policía Municipal se ha llevado material alguno’.