¡Olé! Zinemaldía

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SSIFF
David Abril | Fotografía: SSIFF

Tardes de Soledad‘, película española dirigida por Albert Serra, gana la Concha de Oro en la 72 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, (SSIFF).

‘Tardes de Soledad’, película española dirigida por Albert Serra, gana la Cocha de Oro en la
72 edición del Festival internacional de Cine de San Sebastián, (SSIFF).
Los segundos de silencio, 4 o 5, dieron paso a la sonora ovación nada más terminar el pase de la película en la sala 1 del Kursaal, auditorio de más de 1.200 butacas y centro neurálgico del festival. Era su estreno mundial, y el ‘run run’ del público y de la prensa que allí nos encontrábamos presagiaba, después del impacto que había supuesto la visión de esta obra, controversia y polémica. Así ha sido. Y ahora que se ha alzado con el máximo galardón, más, puesto que la noticia del premio viajará a todos los rincones del planeta cinematográfico.

La película documental relata durante 125 minutos el mundo de la tauromaquia como nunca se había hecho antes. Según Serra, “hasta ahora, la tecnología no permitía tener ese punto de vista, ni acercarnos hasta los límites que lo hemos hecho”. Al poder grabar con multitud de cámaras y micrófonos todo ese material, se generan en el espectador unas sensaciones que permiten vivir y sufrir cada fotograma ‘in situ’, el resultado técnico es apabullante. El retrato físico, mental y espiritual del torero y de la agonía y muerte del animal son transmitidos al espectador con una eficacia que asusta. Es cine inédito, todo lo que muestra es real, pero es una realidad que quiere ser ficción, lo que se enseña es formalmente tan espectacular que parece pura invención.
El montaje es otro de los valores que hace de la cinta algo único, una faena magistral. Es
preciso, quirúrgico, pero al tiempo imprevisible como lo que puede suceder en una plaza de
Foto: Prensa SSIFF toros. El diestro Andrés Roca Rey, uno de los toreros más valorados en la actualidad, es su protagonista y del que hablaba así el propio Director: “Cuando repasábamos el material nos dimos cuenta que Andrés nos estaba dando lo que el documental necesitaba, una introspección mística y una mirada de profundidad abisal”.
Todos los elementos técnicos y artísticos, —mención aparte tiene el imponente sonido— están aquí al servicio del cine, nada más, liturgia cinematográfica, como en la liturgia taurina reflejada en la película. Aunque no debería haber más consideraciones que las que valoren la obra audiovisual en sí misma, las habrá. Un film en definitiva brutal, hermoso, trágico, angustiado, doliente y que solo tiene un lugar posible de contemplación, una sala de proyección a oscuras compartida con espectadores que busquen lo mismo, una pieza casi sagrada que se transformará con seguridad en objeto de culto.

El jurado internacional, presidido por la directora Jaione Camborda, que obtuvo la Concha de Oro el año pasado por O corno, junto a la escritora argentina Leila Guerriero, el actor y director estadounidense Fran Kranz, el guionista y productor griego Christos Nikou, el cineasta austríaco Ulrich Seidl y la productora francesa Carole Scotta, no lo tenían nada fácil, la sección oficial ha ofrecido muy buen cine, pero han resuelto un palmarés atrevido y osado al que objetivamente no se deberían de poner pegas. Además de la ya reseñada Concha de Oro hay que destacar otra maravillosa película del genial director francés François Ozon, Quand vient l’automne (Cuando cae el otoño), que ha obtenido los Premios del Jurado al mejor guion y a la mejor interpretación de reparto para Pierre Lottin. La Concha de Plata a la mejor interpretación protagonista ha sido para Patricia López Arnaiz, por su papel en Los destellos, tercera película de Pilar Palomero. En cuanto a la dirección, los premiados ex aequo con la Concha de Plata han sido los noveles Laura Carreira (Portugal) por On Falling y el vallisoletano Pedro Martín Calero, por la densa y terrorífica, El llanto. Destacar finalmente el Premio Especial del Jurado que ha ido a parar a The Last Showgirl (EEUU), dirigida por Gia Coppola y protagonizada formidablemente por Pamela Anderson.

José Luis Rebordinos, director del SSIFF, y su equipo han sido muy sagaces y valientes. La
sección oficial de esta 72 edición ha ofrecido una selección de películas muy diversa y de una altísima calidad, con alguna excepción. Se han atrevido con el género de terror, con el
documental, o con primeras obras de directores noveles y han recalado en cinematografías de múltiples países. Sumando a esto a la afinada organización y las constantes visitas y
presentaciones de un buen puñado de estrellas del celuloide como Johnny Deep, Almodóvar, Tilda Swinton o Mónica Belucci entre otros, el balance no puede ser más positivo. El SSIFF sin duda, crece, y ocupa por ley, edad y prestigio la tercera posición entre los más importantes del mundo.

San Sebastián y su público viven con intensidad el séptimo arte y esto se refleja en los más de 160.000 espectadores que han pasado por las salas durante esta 72 edición. El ambiente durante los 9 días que se vive por las calles de esta hermosa ciudad, que es un verdadero decorado cinematográfico en sí misma, es un fiel reflejo del amor que sus gentes entregan al cine.