Una primavera invernal: ‘abril, abrilero, cada día dos aguaceros’

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MARÍA SEVILLA LÓPEZ  |  Fotografía: María Sevilla |

En el refranero popular los meses primaverales son los más comentados por su inestabilidad climática, en la que no conviene confiar. En muchas ocasiones, estas expresiones tratan de avisar de lo traicioneros que pueden ser esos rayos de sol en los últimos días del invierno.

Aunque esto no siempre ocurre, el mes de abril se caracteriza por las lluvias y el frio, que traen de nuevo al invierno. Este febrero hizo confiar con mañanas calientes y de sol radiante, pero la entrada de la primavera ha devuelto al invierno. Como indica el refrán ‘cuando el invierno primavea, la primavera invernea’, el frío aún sigue presente en esta estación.

El mes de abril esta repleto de refranes alertadores acerca del tiempo inestable y lluvioso que lo representa. Ya se sabe que ‘marzo ventoso y abril lluvioso hacen a mayo florido y hermoso’, así que para disfrutar de un mayo de colores es necesario un abril bajo agua. ‘El invierno no ha pasado hasta que abril no haya acabado’ sentencia otro de los refranes, para que nadie se haga demasiadas ilusiones durante este mes. De igual manera, ‘frío de abril, peor que el eneril’ asegura que el frio de abril será mucho más difícil de llevar después de los últimos días cálidos del invierno.

Sin embargo, el refranero de este mes no solo se basa en los cambios meteorológicos, sino también en los días largos, la aparición de insectos o la migración de aves. A lo largo de la historia, estas expresiones han sido utilizadas para determinar el paso de las estaciones a través de la naturaleza. En ocasiones se utilizan recursos climáticos, como el refrán que dice ‘en abril aguas mil’, en otras se utilizan animales, ‘cuando el cuco canta, la primavera avanza’, e incluso plantas ‘el romero, verde o malva, en la primavera estalla’.

 A pesar de que ‘abril, abrilero, siempre traicionero’, aún quedan esperanzas de vivir un comienzo de la primavera con buenos amigos y el mejor abril entre miles. Para ello, lo mejor será hacer caso omiso al refrán ‘buenos amigos y buenos abriles, uno entre miles’.