LAURA CENALMOR SÁNCHEZ | Fotografía: Laura Cenalmor
Al decir la palabra ‘periodismo’, a uno se le viene a la cabeza un grupo de profesionales haciendo todo lo posible para que los ciudadanos tengan acceso a una información veraz y contrastada. Pero a causa de los avances tecnológicos de los que la sociedad es testigo desde hace años, ha surgido una nueva manera de informar. Se trata del periodismo participativo.
El periodismo participativo es el acto en el que los ciudadanos forman parte de la comunicación. Crean, analizan y distribuyen noticias con el objetivo de ofrecer información independiente. Este término tiene su origen en el uso generalizado de blogs con los que la población expone su opinión acerca de diversos asuntos, ya sean sociales, políticos o deportivos. Un buen ejemplo de este tipo de prensa es la famosa Wikipedia. Ahí cualquiera puede escribir sobre cualquier asunto y ejercer el papel de ‘periodista’.
Para la mayor parte de los profesionales, la gran amenaza es la tecnología. Es una medida rápida y sencilla y con la que cualquier persona puede jugar a ser comunicador. En cambio, los periodistas de la actualidad han de centrarse en las ventajas que les ofrece Internet. Entre ellas se encuentran la rapidez, el fácil acceso a la información y la extensión de temas a tratar. Es una forma de hacer que la profesión continúe con su proceso de evolución.
Existen diferencias entre esta clase de periodismo y el profesional. No todo lo que las personas comparten a través de Internet es noticia ni información relevante. En cambio, en el periodismo profesional el trabajador se compromete a cumplir un código ético y es consciente de que no todo es digno de ser publicado. También se encuentra con la veracidad. En blogs y redes sociales no todo está contrastado y es posible que se de pie a las fake news. Sin embargo, este tipo de bulos no tiene lugar en una redacción profesional.
El auténtico periodismo teme estar en peligro de extinción tras la aparición de esta nueva forma de informar. Hay que luchar contra la extinción de la verdadera información. Para conseguir este objetivo, sería recomendable que las empresas periodísticas se centrasen en las ventajas que poseen frente al periodismo participativo. Habría que utilizar este hecho como una herramienta para reclutar lectores. No todas las personas están dotadas de los estudios adecuados para saber cómo y sobre qué se debe informar. En cambio, un periodista sí. Si este concepto se globaliza, los ciudadanos se preocuparán de obtener la información a través de fuentes verificadas.