NEREA FADÓN BÁRBULO | Fotografía: Nerea Fadón |
El Curso de Feminismo impartido en la Facultad de Filosofía y Letras ha finalizado el martes 19 de diciembre con la ponencia de la socióloga Soledad Murillo de La Vega: ‘El gasto social y costes de la desigualdad’.
La igualdad puede mirarse desde muchos puntos de vista, aunque para Murillo «el indicador más importante es el salario y no existe vigilancia sobre ellos». La brecha salarial está relacionada directamente con el puesto que desempeñan hombres y mujeres (en contadas ocasiones son las mujeres las que se encuentran en posiciones directivas) y la socióloga critica duramente a las personas que afirman que las mujeres no quieren optar a un puesto de responsabilidad y lo achaca a que ellas «no disponen de tiempo porque están atendiendo las tareas domésticas que se le imponen con su rol de género». Además, acusa que debido a la crisis en Europa «se redujo el presupuesto al Estado Bienestar y esto afectó a las políticas sobre la mujer».
Respecto a las medidas que se toman desde las administraciones españolas, la socióloga se lamenta de que solo nueve comunidades autónomas poseen servicios especializados en abusos sexuales. También critica el sistema judicial, haciendo referencia al caso de ‘La Manada’ en el que el juez interrogaba a la víctima con preguntas que la culpabilizaban y denuncia que no se castiguen este tipo de conductas. Murillo da ejemplos de jueces cesados, como el juez Garzón y afirma que algunos jueces han realizado acciones aún más graves en casos de violencia de género y no se han depurado responsabilidades.
En el ámbito privado la desigualdad también tiene un papel predominante. Aquí juegan un papel fundamental los roles que se asignan a cada género y la profesora invita a romperlos y «adaptarlos a la personalidad de cada uno». Desgraciadamente, acabar con ellos es difícil. Para Murillo «no se puede salir del rol sola, hay que hacerlo unidas». Dentro de estos roles, las mujeres han adquirido una posición continua de disponibilidad para los hombres en la que raras veces se suele dar la reciprocidad.
Otro de los temas principales que entra dentro de la desigualdad es la colonización del cuerpo de la mujer. Esta expropiación corporal incluye temas como la prostitución o la compra de fetos, esto último suavizado a menudo con metáforas como vientres de alquiler o gestación subrogada, que para lo socióloga «no tienen ningún sentido». Soledad Murillo defiende «la importancia de la soberanía corporal» y de ser poseedoras de nuestros cuerpos y elegir «con quién queremos estar, cuándo y cómo». Esta afirmación hace una clara referencia, como bien indica la profesora, a los adjetivos peyorativos que una mujer recibe cuando disfruta libremente de su sexualidad, algo que no sufre un hombre.
Soledad Murillo de la Vega es doctora en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid y profesora de la Universidad de Salamanca y fue concejala del Ayuntamiento de Salamanca.