Stephanie Torres: “México es un país muy machista: su política está hecha para hombres”

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SANDRA DONDA MERINO  |  Fotografía: Sandra Donda 

Stephanie Torres Gómez, doctorada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) en México, presentó el seminario “Violencia Política de Género en México” el jueves 11 de mayo a las 12:00 horas en la Sala de Juntas de la Facultad de Filosofía y Letras (Valladolid). Un encuentro en el que la investigadora profundizó en el término, los antecedentes y casos específicos de la violencia política de género en su país.

En primer lugar, Torres explicó el significado del término, que podría quedar definido cómo: acto que recae en las actividades de los partidos de elaborar listas de candidatos y en realizar acciones que se basan en privar de derechos a las mujeres. La desigualdad es una realidad a nivel mundial, pero repunta más en países como México. Intrínsecas en el término se encuentran sus tres variables: discriminación, desigualdad y agresión, tanto física como psicológica, que caracterizan a todas las actividades que menosprecian de una determinada manera a la mujer.

Remontándose a la historia de México, Torres narró los antecedentes históricos de le evolución de la mujer. En 1953, el presidente Adolfo Ruíz Cortines implementó el voto femenino, produciéndose en 1955 la primera vez de la mujer mexicana en las urnas. Destacó también a las pioneras legisladoras en México, las congresistas Remedios Albertina Ezeta, Margarita García Flores y María Guadalupe Urzua Flores. Mujeres que iniciaron una lucha por la igualdad que aún perdura en la actualidad. En el año 2000, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) planteó los “Objetivos del Milenio”, que supusieron avances en el país, aunque no los suficientes. Entre los años 2007 y 2008 México estableció que el Congreso debía estar formado por un 60% de hombres y un 40% de mujeres. No sería hasta 2014 cuando se estableció la igualdad de participación, mediante la cual el Congreso tenía que estar formado a partes iguales por hombres y mujeres. Sin embargo, estas cifras y medidas se reducen al ámbito institucional puesto que la realidad es muy distinta.

“El tratamiento periodístico allí coarta de manera muy determinante. (…) En España el tratamiento también discrimina y violenta pero no va más allá”


La ponente realizó un recuento de los casos más notables de violencia y agresión a políticas mexicanas. Uno de los más conocidos es el de “Las Juanitas”, una serie de mujeres utilizadas por los partidos políticos para cubrir las cuotas de género establecidas y a las que una vez en el poder se las obligaba a renunciar del cargo, para que el suplente asumiera el poder, un hombre. Otro, quizás de los más cruentos, el de la alcaldesa de Temixco Gisela Mota, asesinada en su domicilio apenas 24 horas después de haber asumido el cargo. Fueron nombradas también las historias de Elvira Carrillo Puerto, Jessica Salazar o Aidé Nava González, también víctimas de la violencia política de género. Aunque estos son únicamente algunos casos de los muchos que suceden a diario en el país. “Existe mucho contraste entre la ley y la verdad. La ley no está acoplada a la realidad social, no hay concordancia”, declaraba Torres. El estado de México finge y en muchos casos ignora estos ataques a pesar de las leyes de igualdad que están instauradas. “México es un país muy machista: su política está hecha para hombres”.

A raíz de explicar su tema de tesis, de cómo los medios de comunicación representan estos casos, la ponente respondió a varias cuestiones. La más significativa abordó una comparativa del tratamiento del tema en la prensa mexicana y en la española. Torres aseguró que es cierto que la desigualdad está presente en ambos países, pero no en la misma escala. “El tratamiento periodístico allí coarta de manera muy determinante”, fruto del diferente contexto social, de violencia criminal. “En España el tratamiento también discrimina y violenta pero no va más allá”, concluía.

La ponente consiguió condensar, en apenas una hora de intervención, una explicación del término y la historia del concepto de violencia política de género a la vez que mostró, por medio de los ejemplos, la cruenta realidad que se sufre en el país centroamericano y que el Estado oculta.