ANA GIL ARIAS | Fotografía: Pixabay
TFG. Unas siglas temidas a la vez que deseadas para todos los alumnos de último curso. Unas siglas que, sin ningún contexto, no tienen ningún tipo de significado pero que, en el ámbito universitario, suponen el principio del final de una etapa, al menos en lo referente al grado que se estudia. Pero, ¿cómo es para los estudiantes realizar un TFG?
El Trabajo de Fin de Grado es un proyecto de investigación autónomo con una tesina final de los grados universitarios realizada por los alumnos. Tiene entre 6 y 30 créditos y es obligatorio para poder adquirir la titulación de la carrera. Además, este trabajo se realiza con la supervisión de un tutor elegido por el alumno. También se debe presentar, una vez terminado, ante un tribunal que lo calificará y valorará.
Hacer un TFG puede parecer lo más aburrido del mundo, más aún si añadimos la presión de que una persona te lo va a evaluar. Pero no siempre es así. Es el caso de Jaime Fernández, un alumno de Periodismo que va a entregar su proyecto en diciembre. El estudiante afirma que `se le está haciendo llevadero y nada pesado, porque para el TFG es muy importante elegir el tema, de algo que te guste y que te motive´.
Jaime ha optado por hacer un análisis sobre los perfiles de Instagram de los informativos de las principales cadenas de televisión. También destaca que, al principio `tenía mucha dificultad al ser tan extenso y serio, pero que, a medida que lo iba haciendo y planteando una buena metodología, va saliendo solo´.
Algunos de los principales temas que se incluyen en estos proyectos son los siguientes: el suicidio, el conflicto palestino-israelí, la evolución del sonido en el cine norteamericano y la industria de Hollywood… La gran mayoría hacen referencia a la evolución de sucesos que comenzaron en el pasado pero que, a día de hoy, siguen siendo importantes.
Otros, en cambio, plantean una reflexión más allá del ámbito académico. Es el caso del suicido o el papel de la mujer dentro del mundo del hip-hop en España. Esta investigación la llevó a cabo el alumno Diego Castro el pasado año. Para él, toda la parte práctica relacionada con la creación de contenidos le resultó llevadera, e incluso creó un podcast hablando del tema.
Según Diego, `como última experiencia de la carrera, está bien. Al fin y al cabo, es un proyecto en el que puedes elegir un tema. A pesar de que hay altibajos, una vez finalizado lo miras con perspectiva y te sientes orgulloso, porque es algo que has hecho tú, que has elegido tú y puedes mejorar y aprender de ello´. También añade que `posteriormente, puedes continuar con el proyecto, aunque ya nadie te la valore, puesto que ya no estás en la carrera`.
`Lo más complicado es el principio y el final. El resto, una vez que te has organizado, va solo´. Así pues, la reflexión de Diego coincide con la de Jaime.
El Trabajo de Fin de Grado tiene dos finalidades. En primer lugar, está pensado como una forma de terminar la carrera de una manera más profesional. Tiene que requerir un trabajo para potenciar la capacidad creativa del alumno. Así pues, se le impulsa a que busque nuevas formas de trabajo y de probarse a sí mismo. En consecuencia, puede demostrar lo que puede llegar a conseguir con esfuerzo y aplicar todos los conocimientos que tiene, tanto los periodísticos que haya ido adquiriendo a lo largo de la carrera, como los que ha adquirido a medida que iba creciendo, madurando y aprendiendo.
Por otro lado, la finalidad más importante es preparar al alumno para el mundo laboral. La mayoría de los estudiantes que se matriculan en la carrera de Periodismo esperan dedicarse a ello profesionalmente. A pesar de que solamente un pequeño porcentaje quiere dedicarse a la redacción escrita de noticias, pues la televisión y la radio suelen resultar más demandadas, es en la redacción donde hay más trabajo. Ya no solo en un periódico, sino también en una revista, un folleto, el formato digital de cualquier medio…
Los redactores siempre son necesarios y tienen el trabajo más complicado, que es escribir correctamente. Y es por este motivo, aprender a escribir, por lo que se obliga a realizar este tipo de trabajos. En los últimos tiempos se han podido añadir, además, algunos elementos complementarios de carácter actual, como el podcast que mencionaba Diego, vídeos y demás elementos audiovisuales.
En definitiva, un buen trabajo final, por muy aburrido, complicado o extraño que pueda parecer al principio, por muy perdido que se sienta un estudiante, por muchos nervios o ansiedad que padezca, debe estar bien hecho. Esto es así puesto que es un entrenamiento para lo que vendrá en un futuro, porque un periodista que sabe cómo redactar, cómo elaborar un podcast o realizar un vídeo, tendrá más prestigio, más relevancia y más posibilidades de dedicarse a la profesión de sus sueños que un periodista que se limita a asistir a clase.