AINHOA DE LA HUERGA CELESTINO | Fotografía: Ainhoa de la Huerga |
La noche brilla con neones azules, blancos, rojos y dorados. En esta época tan familiar, la decoración navideña aporta un rayo de esperanza en tiempos de pandemia. La COVID-19 ha obstaculizado muchos de los festejos del verano y la Semana Santa. Sin embargo, parece que esta Navidad, así como Año Nuevo, podrá celebrarse, aún con ciertas limitaciones.

Pese a las medidas contra el coronavirus, las calles están repletas de gente que ultima las compras de Papá Noel o prepara ya los regalos del día de Reyes. Otros disfrutan de la compañía de sus amigos y seres queridos, mientras contemplan las luces y colores que llenan las plazas. Los niños son los principales protagonistas de la tarde, disfrutando de un paseo en el tren de Navidad o un viaje en carrusel.


No solo las luces adornan los lugares más emblemáticos de la capital vallisoletana, también las calles y comercios de la ciudad. Desde guirnaldas de luces, pasando por bolas de Navidad, copos de nieve o estrellas de Belén.


Otro de los espectáculos más brillantes en Valladolid es la galería de neones que cubre la calle Santiago. Esta iluminación navideña se asemeja a los colores de un arcoíris y se eleva por encima de los edificios. Además de esta galería multicolor, se encuentran en ella varios cerezos de luz.



La guinda de esta iluminación es el árbol de la Plaza Mayor, así como la bola de Navidad que está situada al final de la Calle Santiago. Ambos permiten la entrada y el disfrute del espectáculo que supone encontrarse bajo la luz de cientos de bombillas de plata y oro.


‘Aunque se pierdan otras cosas a lo largo de los años, mantengamos la Navidad como algo brillante’.
-Grace Noll Crowell, poeta

