ALBA DACUÑA GONZÁLEZ | Fotografía: ejovenva |
El Auditorio del Espacio Joven de Valladolid fue escenario de un acto formado por artistas que quisieron apoyar una fecha tan importante como es el 25 de noviembre: el Día Internacional Contra la Violencia de Género. Bajo el título de «Voces que suman: versos y sonidos contra la violencia», se dio inicio a un recital tanto poético como musical, organizado por la Asociación Cultural La Deslenguada.
Minutos antes de que el evento comenzara a las 18h, se respiraba un ambiente cercano y agradable en la pequeña pero llena sala. Algunas de las presentes preparaban un cartel para la manifestación de después y otros espectadores charlaban, mientras los artistas repasaban sus letras o sus versos.
Comienza recitando Ana Álvarez, acompañada de María Sotelo en la guitarra. En la pantalla situada a sus espaldas se reproducía un cortometraje en homenaje a la causa, que daba más fuerza e intensidad a la actuación. Por el escenario a continuación pasaron un recitador lírico y la poesía de Vero Alaguero y Lidia. Juntas nos recordaban la importancia de salir a la calle en este día y de dar un altavoz a todas aquellas mujeres silenciadas.
A las 19h se subían Julia Escribano y Sandra García, del grupo Indë, para cantar algunos temas versionados, así como propios, relacionados con la lucha del feminismo. «La música también sirve para dar voz a este tema», afirmaban. Se dio paso a continuación al monólogo representado contra la violencia de género de Béatrice Fulconis, que narraba la historia en primera persona de una mujer que sufre en sus propias carnes la violencia machista: penetrante, magnético y tan emocionante que llegó a provocar lágrimas entre el público.
María Ampudia y Sandra García, Oliver, así como Mark y Alba, también formaron parte del cartel con su música y poesía. Incluso se abrió una sesión de micro abierto al final para en conjunto hacer honor al nombre del evento: todas las voces sumaron con el fin de dar más visibilidad a las injusticias y crueldades a las que las mujeres se ven obligadas a vivir día a día. Pero tal y como se afirmó en alguna ocasión durante la velada, «ojalá que el año que viene no tengamos que seguir luchando por esto».