ALVARO PEREZ FERNANDEZ | Fotografía: Pixabay |
La caricatura surgió en Bolonia a finales del siglo XVI, en una escuela de arte italiana fundada por la familia Carracci. Los estudiantes de esta academia realizaban retratos humorísticos de los visitantes. Su novedosa apariencia llamó la atención de Bernini, quién comenzó a compartirlos. Con el paso de los años, la figura de Giandomenico también se abrió paso en este género.
Poco a poco, las caricaturas comenzaron a tener una mayor presencia en los estudios académicos y periodísticos. A partir de los últimos veinte años, se convirtieron en uno de los elementos más poderosos, hasta llegar al punto de necesitarlas para informar. Y es que, una simple imagen puede expresar demasiadas cosas. Los periódicos, páginas web y revistas suelen incluirlas, ya que, para los lectores, esta mezcla entre actualidad, sarcasmo y humor hace que estas piezas resulten atractivas.
Sin lugar a dudas, el artista colombiano Álvaro de Jesús Tangarife Ortiz es uno de los mayores referentes dentro de este género. El ganador del Premio Nacional de Periodismo Digital causó un fuerte impacto gracias a su obra ‘CaricaTANGAS’. En ella, el autor plasmó su reivindicación contra la comercialización legal de aletas de tiburón de Colombia. La dura representación de un mutilado que intenta comer quedó marcada por la apariencia de un dorsal en la sopa. Con esta imagen, deja entrever como afectaría al humano la igualdad de condiciones. Asimismo, para añadir una mayor concienciación pule la escena con unas palabras: ‘pongámonos en sus aletas…’
La caricatura forma parte del género de opinión. Además, suelen ser un foco de polémica, sobre todo en el periodismo político. Esto sucede debido a las represalias que puede llegar a causar en relación hacia el personaje público o partido político al que vaya dirigida.
La publicación del Jyllands-Posten, un periódico conservador danés, es un claro ejemplo de ello. Esta polémica comenzó en el año 2005, con la publicación de doce caricaturas de carácter satírico sobre el fundador del islam. Para rematar, iban acompañadas, junto a un artículo sobre autocensura y libertad de expresión. Por su parte, los países islámicos lo consideraron una provocación. Como consecuencia, los caricaturistas de dicho periódico se han visto obligados a esconderse debido a las amenazas de muerte recibidas y han tenido que reforzar sus medidas de seguridad.