Aprender de cine, viendo cine

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El Aula de Cine de la UVa vuelve con el ciclo Cine al Cuadrado, una exquisita muestra para conocer los entresijos y las capacidades del mundo de detrás la pantalla.

JAVIER ROMUALDO |  Fotografías: UVa  |

“¡No necesitábamos diálogos, teníamos rostros!”. Con esa lapidaria frase Billy Wilder, director eternamente admirado en la industria del cine, mostraba las consecuencias devastadoras que la aparición del sonido tuvo para el Hollywood de principios del siglo XX. A partir de ahí, la del cine, se mostró como una industria obligada a reinventarse de forma constante. Y, entre esas reinvenciones, siempre hubo algún director que utilizó lo que mejor sabía hacer, cine, para hablar de lo que más les gustaba hacer, cine. Nació así un subgénero que se ha dado en llamar “cine dentro del cine”.

Precisamente esta es la premisa bajo la que la Universidad de Valladolid seleccionó las películas que conforman la programación de su Aula de Cine. El ciclo Cine al Cuadrado acercará hasta el 31 de mayo a los participantes una muestra de películas que hablan de cómo se hacen las películas, pero también de la historia del séptimo arte y de su capacidad para acercar culturas y mostrar otras realidades.

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Proyecciones

Las proyecciones tienen lugar todos los martes entre las 18:45 y las 20:45 horas en el Salón de Actos del Campus de Palencia. Acompañadas de coloquios, mesas redondas y actividades para aprender sobre el fenómeno cultural más popular y variado.

SUNSET-BOULEVARD.

Programación

Aunque es difícil obviar la influencia de Estados Unidos como principal creador de productos culturales y de entretenimiento, el cartel de este ciclo está caracterizado por su variedad: capaz de incluir la mención obligatoria del genial Billy Wilder, que analiza la decadencia de una estrella de Hollywood en El Crepúsculo de los Dioses, y combinarla con filmes que hablan de transformación social a partir del cine o de historias personales.

Porque hablar de cine es hacerlo de muchas facetas más. En La Noche Americana se valorará la capacidad y valentía de muchos cineastas cuando ponen en marcha un proyecto. El Estado de las Cosas es otra película incluida en el ciclo capaz de transmitir el coraje y la perseverancia que cualquier trabajo que merece la pena necesita.

Y como la intención es aprender de cine, fuera de la industria convencional también se crean grandes historias. Vivir Rodando es una aclamada película del circuito independiente capaz de reavivar las inquietudes, la lucha frente a la adversidad y la capacidad de mantener la integridad y confianza en uno mismo cuando las cosas no salen como se espera.

Las últimas dos cintas aportan el contenido cultural y social que tantos directores y artistas son capaces de narrar y mostrar en pantalla. El Ambulante nos acerca la historia de un equipo que recorre miles kilómetros viajando de pueblo en pueblo para crear una película interpretada por los vecinos de cada localidad. Eso es hacer cine también, lejos de estudios, de estrellas en auge o decadentes y de presiones publicitarias.

Justamente la última proyección de este reconocido ciclo que la UVa ofrece está totalmente alejada de cualquier estudio: Taxi Teherán es una película en la que su director es un conductor de taxi que entrevista y graba a sus propios pasajeros. Una forma absolutamente certera para mostrar el espíritu de la sociedad iraní y de los tiempos actuales.

Cine por y para el arte, cine como instrumento de denuncia social, como forma de acercar culturas, de hacernos soñar o de remover nuestras conciencias… Una disciplina que a muchos atrae y sobre la que aprender en el Aula de Cine que propone la Universidad de Valladolid.

82.-Taxi-Teherán-cartel.

Asur Fuente: «Poder programar un ciclo de cine es una oportunidad para contagiar tu pasión a otros»

Asur Fuente Barrera es el profesor que dirige y coordina esta actividad.

¿Saber de cine es saber de cultura en mayor amplitud? Viendo cine se puede aprender de prácticamente todo…

El cine, como arte, es en sí mismo cultura. Un arte bastante particular: el cine es pintura, fotografía, literatura, teatro, música… pero, al mismo tiempo, algo más que todo eso, ya que, como aprendimos de la Psicología de la Gestalt, «el todo es más que la suma de las partes». Y, por otra parte, el cine no deja de ser un artefacto cultural que nos permite, además, acercarnos a otras culturas, a otras formas de entender el mundo. Así que, como dice un personaje de la película Grand Canyon que proyectamos el año pasado, «no has visto suficientes películas. Todos los enigmas de la vida se contestan en ellas».

¿Qué supone para Usted coordinar este ciclo?

Poder programar un ciclo de cine para los que somos amantes del séptimo arte es una oportunidad para contagiar tu pasión a otros. Y en este caso, no se trata solo de estimular a los estudiantes para que se interesen por el cine como espectadores, sino también como potenciales autores.

¿Qué aprenderán o se llevarán en su mente aquellos que acuden a las proyecciones y actividades?

El objetivo del ciclo es aprender de cine viendo cine sobre cine (de ahí su nombre: Cine al cuadrado). Pero, además, como complemento a las proyecciones y de la mano de diferentes cineastas (directores, guionistas, actores…), se impartirán charlas-coloquio y talleres sobre los diversos oficios del cine. Este año ya tenemos confirmada la presencia, el 3 de mayo en el Salón de Actos del Campus de Palencia, de Lola Salvador Maldonado, guionista, productora y muchas cosas más. Entre otros reconocimientos, ha recibido el Goya, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y el Premio Nacional de Cinematografía. Un auténtico lujo.

¿Reciben la respuesta que se merecen estas actividades por parte de la Comunidad Universitaria o falta algo más?

A decir verdad, hay necesidad de dinamizar un poco más la Comunidad Universitaria. Y para ello, se necesita la implicación de todos sus miembros. De nada sirve apuntar siempre a la desmotivación de los alumnos, como si fuera intrínseca y endémica, y no a la corresponsabilidad de todos los que formamos parte de la Comunidad Universitaria. En este sentido, estamos organizando un concurso de humorología que lleva por título Monólogos, diálogos y triálogos y en el que podrán participar, en igualdad de condiciones, profesores, estudiantes, conserjes… Esperemos que la gente se anime.

La selección del ciclo recorre multitud de formas de hacer cine: circuitos independientes, producciones ambulantes, mitos de la cultura popular… ¿Alguna más que le hubiese gustado incluir?

Pues sí. Seleccionar siempre implica hacer un ejercicio de descarte y quizá haya sido lo más doloroso de programar el ciclo. Dejar fuera a autores como Fellini, Tim Burton o Woody Allen no es fácil. Pero para abarcar diferentes puntos geográficos y momentos temporales y lograr así una perspectiva amplia, aunque obligadamente reducida, de lo que ha dado de sí el “cine dentro del cine” en 120 años, no tuve más remedio que hacerlo. Desde aquí les pido perdón.

El “cine sobre cine” ha dado películas muy interesantes como The Artist o la última de los hermanos Coen. ¿Se reserva alguna para una próxima edición?

Este ciclo podría tener segunda parte: hay muchas balas y muy interesantes en la recámara.

¿Algún argumento más para convencer a cualquiera de que acuda al Aula de Cine?

A esto es mejor que conteste Billy Wilder, el autor que inaugura el ciclo: «Si el cine consigue que un individuo olvide por dos segundos que ha estacionado mal el auto, no ha pagado la factura del gas o ha tenido una discusión con su jefe, entonces el cine ha alcanzado su objetivo». Aunque sólo fuera por eso, ya merece la pena acercarse.