MARINA LAJO TRAPOTE  |  Fotografía: Marina Lajo  |

Ya son meses lo que ha durado la pandemia. Meses llenos de angustia y estrés por no ver la luz en esta oscuridad generada por el virus. Sin embargo, poco a poco vamos viendo la salida. La solución a esta pandemia está cada vez más cerca. Hemos vivido tiempos difíciles durante 2020, donde hemos aprendido que la solidaridad es algo fundamental en la sociedad y que el cariño de los demás es importante para seguir adelante. Sin embargo, todo el mundo mira al 2021 con esperanza.

Durante el confinamiento hemos aplaudido a los verdaderos héroes de la sociedad, los médicos. También hemos escuchado a vecinos interpretar canciones o lo hemos hecho nosotros mismos. Nos hemos acostumbrado a vivir con la mascarilla y a expresarnos a través de ella. En definitiva, a buscar mil maneras con las que poder normalizar la situación y poder disfrutar de la vida. Si algo bueno hay que sacar de esto, es que hemos sido conscientes, por fin, de lo importante que es vivir día a día y valorar todos los detalles.

Sin embargo, creo que no exagero al decir que no serán muchos los que se apenen por ver al 2020 llegar a su fin. El 2021 se ve como una luz de esperanza, sobre todo tras la llegada de la vacuna. Esto supone que los deseos de año nuevo hayan cambiado respecto a los de pasados años. Algunos de los alumnos de la Universidad de Valladolid ya han pedido los suyos:

La esperanza es lo último que se pierde. Así que en este 2021, pese a que no sepamos lo que nos espera, debemos seguir siendo todos igual de fuertes y valientes que en este 2020. Seguir luchando por nuestros deseos y sueños se convierte casi en una obligación moral.

¡FELIZ NAVIDAD Y AÑO 2021!