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La UVa ha emprendido, durante el arranque de este curso, varias iniciativas para concienciar a la comunidad universitaria -tanto al alumnado como a profesores y personal técnico y de servicios- de la importancia de los medios de transporte sostenibles. En especial, de la importancia de la bicicleta como forma práctica y saludable de moverse por la ciudad.
A finales de septiembre, nuestra Universidad incluyó en su flota de vehículos una furgoneta y cuatro bicicletas eléctricas con la intención de promover una renovación progresiva: abandonar los motores de combustión y sustituirlos por alternativas eléctricas. El rector de la misma, Daniel Miguel San José, destacaba, entre las ventajas de los vehículos eléctricos, la ausencia de emisiones a la atmósfera o de ruido y el hecho de servir como ejemplo a otros ciudadanos, para que tomen nota y comiencen ellos también a cambiar sus patrones de desplazamiento.
Luis Valerio, responsable de Vehículo Eléctrico de Renault, resaltaba que este sector del transporte “no es una apuesta de futuro, sino de presente”.
Esta iniciativa forma parte del Plan de Movilidad Eléctrica de la Universidad, promovido por un hecho que habla por sí solo: la comunidad universitaria de Valladolid realiza una media de 51.000 viajes diarios, casi un 40% de ellos en coche particular. Los trabajadores y alumnos de la Universidad argumentan a favor de este medio de transporte la rapidez, la comodidad, la lejanía de sus domicilios y el no disponer de otro medio de transporte.
Eso ha hecho que la Universidad de Valladolid haya decidido apoyar el uso del vehículo eléctrico y de las bicicletas, para promover la sostenibilidad del medio urbano y la concienciación entre la comunidad de las ventajas en el uso de este tipo de transporte.
Para ello, junto a otras muchas iniciativas, la Universidad ha creado un sistema de préstamo de bicicletas para sus alumnos. Se trata de una iniciativa que persigue el objetivo de permitir el acceso a este tipo de transporte a aquellos alumnos que viven fuera de la ciudad o que no pueden disponer de él por otras razones.
De todos modos, no ha sido necesario este tipo de iniciativas para que una buena parte de las personas que forman la UVa hayan comenzado a pedalear. Carmen Duce, técnica de la Oficina de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la UVa, lleva 8 años utilizando la bicicleta para ir al trabajo. Una de las principales ventajas, a su parecer, es el hecho de poder dejarla en la misma puerta del centro y no perder tiempo buscando un aparcamiento. Resalta también las facilidades conquistadas por Ayuntamiento y Universidad para los ciclistas, aunque reconoce que habría que habilitar más espacios para el aparcamiento de bicicletas.
Nos comenta, también, que una gran parte del equipo administrativo y de los empleados de la Universidad utiliza este medio de transporte para ir al trabajo.
Emma Marzal, estudiante del Grado en Comercio y amante de la bicicleta -la utiliza durante unas 4 horas diarias en sus traslados hasta clase-, afirma sin dudar: “La bicicleta se ha convertido en mi fuente más sólida de energía y alegría. No puedo vivir sin la adrenalina de conducir y disfrutar de la velocidad, las curvas de la carretera y las exigencias de las cuestas”.
Para ella, los pros de su uso son muchos más que los contras: “Gozo de una salud de hierro gracias a la bici. El simple hecho de despertarte y coger la bici a las 8 y media o 9 de la mañana, con 8 grados en invierno, te despeja y te llena de vitalidad. Ser tú con tu cuerpo y tu mente la que hace ejercicio para cumplir las obligaciones diarias: ir a clase, ir a trabajar, ir a lo que sea; te da una sensación de poder y libertad que no he sentido con nada más. Nadie empuja la bici, lo hago yo. Y encima no gasto nada en transporte ni contamino las calles de mi ciudad, en las que pasean mi familia, amigos, niños y perros».
La flexibilidad y libertad que obtiene gracias al uso de bicicleta son algo en lo que se reafirma: “Puedo hacerme todo Valladolid en menos de 1 hora. No tengo el impedimento de que no haya horario de autobús o de arruinarme cogiendo un taxi. Soy libre y más flexible: no rechazo ningún plan por falta de medios».
[Si os habéis quedado con ganas de más o queréis conocer más gente e iniciativas relacionadas con el mundo de la bici en Valladolid, podéis visitar la página web de la Asamblea Ciclista de Valladolid y su cuenta en Twitter, así como la información del GUC (Grupo Universitario de Ciclismo de la Universidad de Valladolid) y su perfil en Facebook.]