CLARA GARCÍA BERMEJO | Fotografías: Clara García
Si nos preguntan que se nos viene a la cabeza cuando escuchamos la palabra “islam”, seguramente muchos todavía respondan terrorismo, machismo o conflicto territorial. Y digo seguramente porque estas han sido las respuestas que ha obtenido Carlos Ortega Sánchez, experto en Mundo Islámico, durante su ponencia. Pero, ¿por qué relacionamos una palabra cuyo significado es “paz” con conceptos únicamente negativos y que nada tienen que ver con la religión?
Para poder responder a esta pregunta y entender la situación de racismo e islamofobia actual, tuvo lugar en el Salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras el taller “Los caminos del Islam: desmontando estereotipos”. El taller, que forma parte de las Jornadas de Periodismo Social, sufrió un cambio de fecha y fue impartido el martes a las 12:00 horas por el experto antes mencionado, Carlos Ortega Sánchez.
Los ataques terroristas llevados a cabo por el DAESH ocupan un lugar privilegiado en todos los medios de comunicación. Por ello, los periodistas deberíamos estar preparados para tratar un tema tan delicado. Es común ver o escuchar en las noticias las palabras islamistas, yihad, Estado Islámico, etc., pero la mayoría de veces son utilizadas de manera incorrecta. “Mi objetivo es daros una serie de apuntes sobre cómo se debe de hablar del Islam”, señalaba Carlos al comenzar el taller.
Los medios de comunicación han contribuido a que el terrorismo, la falta de democracia y la violencia contra las mujeres se atribuyan al Islam, con lo que se pone en peligro la interculturalidad. “La idea principal que la mayoría de la población europea recibe es que la violencia es endógena al Islam, de lo cual tienen culpa en gran parte los medios de comunicación”.

Por otra parte, es de gran importancia conocer el significado de ciertas palabras árabes que son utilizadas en un contexto erróneo por los periodistas. “Los islamistas no son los devotos del islam, sino las personas que hacen de la religión musulmana una ideología política.” De la misma manera que yihad (esfuerzo) o yihadí (el que se esfuerza) no son términos adecuados para hablar de terrorismo.
Que asociamos el Islam con el machismo no es nada nuevo. Aunque en el Corán, el libro sagrado de los musulmanes, se establece en numerosas ocasiones que los hombres y las mujeres son exactamente iguales. “El islam implica la absoluta igualdad, pero depende de las diferentes sociedades islámicas que esto sea así”, aclaraba Carlos. El ponente también hizo referencia a la poligamia, algo que contradice esta supuesta igualdad presente en el Corán, ya que permite a los musulmanes tener hasta cuatro mujeres, pero no viceversa.
La imagen de las mujeres musulmanas fue otro de los temas presentes en el taller. La desigualdad y la violencia machista presente en la mayoría de los países árabes no se debe atribuir a la religión, sino a otros factores culturales. Una chica musulmana presente en el taller hacía especial hincapié en que, por ejemplo, el hecho de que a las jóvenes se las obligue a casarse, se debe a que sus padres interpretan mal la religión, no a que el Islam inculque tales acciones.