MARÍA ROMERO JIMÉNEZ | Fotografía: Sandra Soria |
La estudiante de Enfermería, Elena Cañizares, ha sido Tendring Topic en las redes sociales y noticia en los medios de comunicación durante la última semana. Y es que la joven ha removido la conciencia social del país al publicar un hilo en Twitter sobre su situación en un piso de estudiantes tras contraer el COVID-19. Sus compañeras piso la presionaron para irse de la casa que compartían tras dar positivo en una prueba PCR.
Hecho que hace reflexionar. Es más, una persona positiva en COVID-19 está exenta de cancelar un contrato de arrendamiento. Además, ésta no puede ser presionada para abandonar el inmueble. Donde, en caso de agresión o amenaza podría denunciar por discriminación.
Mucha gente se siente identificada con el caso de Elena Cañizares. Para ellos, lo más sensato sería realizar la cuarentena completa en el piso donde se hospeda. Y como recomendación, al terminarla, cambiar de lugar de residencia por motivos de convivencia. Otra opción podría ser la expulsión de las demás inquilinas de la vivienda por parte del propietario, para ayudar así a la persona infectada.
Si personas se encuentran fuera de su domicilio habitual, ‘deben llamar al servicio de atención primaria para que les realicen las preguntas epidemiológicas correspondientes. Así el rastreador puede valorar si regresan al piso de estudiantes para hacer la cuarentena allí o, si por el contrario, deben confinarse donde se encuentran en ese momento’, explica el epidemiólogo Miquel Porta. En una situación así, lo mejor es realizar un confinamiento preventivo en sus respectivas habitaciones. Asimismo, se tendría en cuenta evitar en la medida de lo posible compartir espacios y utensilios.
Por otro lado, el abogado Borja Adsuara defiende que publicar a través de Twitter conversaciones y audios privados de su conversación no es delito. ‘Delito sería si tú interceptas ilegalmente esas comunicaciones y luego las revelas. Pero no cuando tú formas parte de esa conversación y has tenido acceso legal a ella’, argumenta.
Adsuara explica también que exponer una conversación no demuestra que tú estés perjudicando a la otra persona, simplemente sirve como prueba. ‘Otra cosa sería la injuria, mentir sobre lo que ha dicho alguien y así perjudicar su imagen o su honor’, añade. Este tipo de juicios se tramitan por la vía civil. Pero, como concluye el abogado, ‘hay multitud de sentencias que demuestran que casos así son muy interpretables. Depende de cada juez decidir quién tiene razón en cada situación’.