Pancarta con el rostro de Teresa Rodríguez en la manifestación del 8M 2025 en Valladolid.
Familiares de Teresa Rodríguez sostienen la pancarta con la imagen de la joven y su lema 'Endelea' en la manifestación del 8M 2025 de Valladolid. (Foto de Lorena Arias)
Lorena Arias Duque | Bruselas

La Justicia belga ha condenado a 30 años de prisión a César Arribas Calvo, asesino confeso de la enfermera vallisoletana Teresa Rodríguez, tras la finalización del proceso judicial que ha tenido lugar en el Palacio de Justicia de Bruselas entre los días 9 y 17 de octubre. La cita se ha producido tres años después del evento que acabó con la vida de la joven egresada de la Universidad de Valladolid, que en la madrugada del 27 de octubre de 2022 fue apuñalada más de 150 veces por su expareja en la capital belga, donde se encontraba trabajando y realizando una especialización.

El jurado popular, conformado por doce personas elegidas aleatoriamente, ha encontrado culpable de homicidio voluntario y con premeditación al ex-guardia civil en prácticas, César Arribas, quien confesó ser autor del crimen desde el primer momento. En un principio, la Fiscalía había solicitado para el acusado la pena de cadena perpetua, pero, en última instancia, la condena impuesta ha sido de 30 años, la pena máxima que contempla la Justicia belga si se considera que existen atenuantes. Estos serían los citados en el alegato de la defensa, que ha matizado que se trata de «un evento único», sin precedentes, fruto de «una serie de circunstancias particulares» que convergieron y, por lo tanto, no es probable que haya reincidencia. Asimismo, el jurado han tenido en cuenta el buen comportamiento del acusado durante los tres años de prisión preventiva que ya ha cumplido.

La sentencia tiene otras implicaciones, como el veto perpetuo de la función pública para Arribas Calvo, que lo inhabilita de por vida para optar a trabajos en la administración, concurrir en elecciones y solicitar ayudas. Sin embargo, estas restricciones solo son aplicables en Bélgica y no en caso de que regresara a España.

Voluntad y premeditación

Tras la ruptura de su relación sentimental con la joven enfermera, en septiembre de 2022, César Arribas compró un billete de avión para viajar a Bruselas al mes siguiente e intentar «reconquistarla», como él mismo aseguró durante el juicio. Una vez allí, insistió en alojarse durante algunos días en el piso que su expareja compartía con otra joven, hasta que la propia Teresa le pidió que se fuera. «Vi mi vida tan perdida que asocié el fin de mi existencia al de Teresa», confesó Arribas.

En la madrugada del 27 de octubre de 2022, el entonces guardia civil en prácticas – que fue expulsado del cuerpo tras el crimen – regresó al apartamento de la enfermera, teniendo constancia de que su compañera de piso no se encontraba allí, y le pidió que lo dejara pasar con la excusa de recuperar unos objetos que había olvidado. Una vez dentro, mientras la joven se encontraba en su habitación, Arribas se armó con dos cuchillos y se dirigió hasta ella, apagó la luz «para no ver lo que iba a hacer» y asestó a Teresa las 153 puñaladas que acabaron con su vida.

Acto seguido, se precipitó desde la quinta planta del edificio con la intención de quitarse la vida, según la versión que él mismo ofreció ante la Corte Penal. Allí fue encontrado por las autoridades belgas y trasladado al hospital, desde donde ingresó en prisión preventiva. La investigación del crimen descubrió búsquedas en el teléfono móvil del procesado sobre «fractura de cuello, la vena aorta y cómo matar a alguien», las cuales se habían realizado antes del asesinato de la joven. Asimismo, se encontró una carta que Arribas escribió a su familia y a la de Teresa pidiendo «perdón por lo que iba a pasar».