Convento de las Francesas

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RAÚL MILÁN VILLALÓN | FOTOGRAFÍA: RAÚL MILÁN

El Convento de las Francesas una joya arquitectónica destinada a la acogida de «señoras de distinción, hijas o hermanas de Grandes Títulos de España»

El convento fue fundado por las hermanas doña María de Zúñiga y doña María de Fonseca, quienes cedieron para su residencia sus casas situadas en la Calle del Campo en 1487.Inicialmente el edificio fue denominado como de Santa Cruz, comendadoras de la orden de Santiago.

Las propias nobles fueron las primeras en tomar hábito, creando así una institución de rigurosa clausura, destinada a la acogida de  «señoras de distinción, hijas o hermanas de Grandes Títulos de España».

La iglesia primigenia fue construida en el palacio de las dos hermanas, teniendo esculpido el escudo de los Zúñiga, rama de los Duques de Béjar, lo que posteriormente daría nombre a la calle próxima.

La edificación siguió sin modificaciones hasta el s.XVII, momento en el que se construye  la iglesia nueva por  intervención de doña María Ana Ladrón de Guevara, hija de los Condes de Oñate, quien tras enviudar de Pedro Pimentel, marqués de Viana, se recogió en este convento, en el que moriría en 1651 recibiendo sepultura en la iglesia vieja.

El convento funcionó como tal hasta la Desamortización, después fue cedido a la comunidad de las Dominicas Francesas. Estas lo han mantenido como colegio hasta bien entrado el s.XX ,  momento en que se trasladó a un edificio en la Huerta del Rey.

En cuanto al conjunto arquitectónico, este está compuesto por la portada a la calle Santiago, la sacristía, la iglesia, el coro, el claustro y la escalera de éste. El claustro está documentado a principios del s.XVI. En 1537 el arquitecto Fernando de Entrambasaguas, maestro de la obra, percibía diversas cantidades por los pilares y arcos del claustro. Se trata de un patio completo, de cuatro lados y tres pisos, los arcos son carpaneles y escarzanos. Los antepechos dibujan tracería calada gótica, obsoleta para el momento en que se realizan.

El prototipo que imita el patio es el del colegio Mayor de Santa Cruz. Una obra de notable perfección en cuanto a proporciones y detallada ejecución. El suelo del piso bajo está formado por una combinación de cantos y huesos de «taba», una modalidad castellana del siglo s.XVI Dispone de una espaciosa escalera con un pasamanos metálico y azulejería en el zócalo.

La portada a la calle de Santiago es adintelada, de piedra, en ella intervendría  arquitecto Francisco de Mora en el año 1593.

En cuanto a la fachada, esta es clasicista pero con molduraje barroco, tiene dos cuerpo, de ella destaca el nicho de la Inmaculada que data del año 1732, también encontramos otros nichos en los que se ubican las esculturas de la Inmaculada y de San Agustín.