MARTA LERA IGLESIAS  |  Fotografía: Pixabay  |

En los últimos años la forma de dar y recibir información se ha transformado. Esto ha conllevado diferentes cambios en el medio y en la sociedad. ¿Pero, cuál es el precio de esa información? Si alguien quiere leer el periódico no le resultaría raro pagar 1,5 euros por él. Sin embargo, si un diario digital pide acceder a sus contenidos a cambio de una pequeña cuota, la respuesta de gran parte de la población es muy diferente.

¿Por qué voy a pagar por un contenido que puedo obtener gratis? ¿Qué me puede aportar este medio que no pueda hacerlo otro?, se preguntarán. Es aquí donde se encuentra la trama del asunto. Durante los últimos años la población se ha acostumbrado al escaso valor que se le ha dado a la información.

Cada vez son más los periódicos que han querido abarcar este asunto y crear los comúnmente conocidos como ‘muros de pago‘. Este método consiste en la necesidad de una suscripción por parte del lector con una pequeña cuota para poder acceder a sus contenidos.

¿Sin embargo, cuántas personas están dispuestas a pagarlo? Los datos demuestran que en comparación con los periódicos de papel, las ganancias que obtienen los digitales por esta vía son mucho menores. Además, estos periódicos tienen que realizar una gran cantidad de innovaciones que no ofrezcan de forma gratuita otros medios, lo cual lleva un gran trabajo. Un esfuerzo que los usuarios no suele ver. El lector está tan acostumbrado a recibir este tipo de contenido gratis que no valora el trabajo que hay detrás de él.

Algunos nativos digitales han apostado por crear contenidos novedosos para atraer la afluencia del público y conseguir de este modo un número mayor de suscriptores. Uno de ellos es El Español. Asimismo, dicho diario funciona a través de una variante del muro de pago denominada ‘muro poroso‘. Este consiste en mostrar un número específico de noticias durante un tiempo determinado hasta llegar a un límite, a partir del cual empiezan a ser de pago.

Grandes periódicos como El País, El Confidencial o El Mundo se han decantado por empezar a cerrar parte de sus contenidos para intentar de esta forma captar suscriptores. Otros, como son El Norte de Castilla, perteneciente al Grupo Vocento, prevén su instalación para el próximo año 2020.

Es difícil encontrar una respuesta a este problema. Una bastante digna podría ser concienciar a la población sobre el trabajo que hay detrás. Hacer que los lectores se den cuenta de que detrás de cualquier información hay un periodista que debe cobrar por lo que hace. Otra medida podría ser la privatización de todos los medios, aunque sea algo bastante inviable.