LAURA GAY VARA, ROCIO ASENSIO CÁNEBA Y CLARA NUÑO GÓMEZ
Fotografías: Henar Pascual y Laura Gay
Durante los días 21, 22 y 23 de octubre, tuvieron lugar las jornadas Patrimonio Cultural y Desarrollo Territorial: Aspectos Metodológicos y Orientaciones Estratégicas -de las que ya hablamos en InformaUVa– en el Salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid.
Día 21 de octubre. Primera sesión. 10: 30 horas. Hace calor, el Salón de Grados está ocupado, mayoritariamente, por estudiantes de Geografía y algún que otro profesor de la universidad. Tras la pertinente introducción de la Decana, Milagros Alario Trigueros, y del director del departamento de geografía, Fernando Manero Miguel, comienza la primera ponencia: ‘Patrimonio Cultural y Territorio: Fundamentos conceptuales y económicos’, que llega de la mano de Joaquín Díaz González, director del Museo Etnográfico de Urueña.
Es un hombre grande, de aspecto afable, se le presiente culto. Con un carraspeo y una sonrisa comienza su acto. Afirma que “el patrimonio es el soporte sobre el que se sustenta la fortaleza de la cultura de un territorio” y que tan sólo mediante la crítica es posible aportar algo pertinente en una cuestión como es la patrimonial: “Mezcla de distancia y proximidad, de profanación y respeto”.
Habla de la tradición oral, de los cuentos, de Jacob Grimm, gran narrador. Afirma que la riqueza patrimonial y la consideración que esta despierte en la sociedad deben estar profundamente ligadas al individuo. “Raro es el sistema educativo que no ha usado la poesía o refranes de la tierra para ilustrar a los alumnos”, exclama con una risotada.
Asimismo, reivindica el papel de la mujer en la transmisión de expresiones populares y el criterio para usarlas, que tilda de antiquísimo. Sostiene que la sociedad patriarcal ha dejado siempre que sean las mujeres quienes transmitan la cultura a los niños. La cultura general es, por tanto, llevada a cabo por las abuelas, generalmente en la cocina. Destaca como ejemplo conocido el de la madre de Machado, que recopiló poemas y cultura popular. Esto se formaría en las mentes de los dos hermanos, dotándoles de mayor sensibilidad, algo que quedó plasmado en sus obras.
Con ello, insiste en que la oralidad es, por encima de todo, un sistema de comunicación cuya principal función es la transmisión de conocimientos. Crea un repertorio vital que causa un impacto estético y emocional, condicionando, en ocasiones, nuestro propio pensamiento.
Una hora más tarde, sube al estrado el siguiente ponente, José María Feria Toribio, que aborda el “Patrimonio Territorial y desarrollo sostenible”. Afirma que hay varias dimensiones del desarrollo territorial: “La garantía, para los habitantes integrantes de un territorio, de igualdad de oportunidades en lo que se refiere al uso de bienes y servicios; la cuidadosa valoración tanto de los recursos naturales y culturales como de la posibilidad de ser utilizados, mantenidos y regenerados, preservándolos en la mayor medida para su presencia y disfrute en el futuro”.
También hace constar que hoy en día hay una nueva aproximación al patrimonio, desligada de la anterior visión del mismo -fundamentalmente centrada en los valores estéticos, la singularidad o la excepcionalidad de las obras de la cultura o la naturaleza-, para abarcar una concepción más amplia en la que confluyen razones de carácter ético. A ello se debe un paulatino reencuentro de lo cultural y lo natural, que durante mucho tiempo han discurrido por sendas paralelas, separando ambos tipos de patrimonio.
La tercera y última ponencia matutina llega a cargo de Javier Quintana López y lo hace bajo el título ‘Anclados en la tierra: el patrimonio cultural como factor económico en el territorio, una visión desde el sector profesional’. Es un hombre sereno, algo más joven que los anteriores ponentes. Comienza afirmando que el patrimonio histórico reconoce dos tipos de valores: cultural y económico. El primero es cualitativo e intangible (memoria histórica de la sociedad) y el segundo, cuantitativo y tangible. Siendo, esto último, difícilmente mesurable al tratarse de bienes a los que, en general, el mercado no puede poner precio.
Afirma que la existencia de este sector no parece un hecho evidente para nuestra sociedad, ya que no es posible cuantificar el volumen de la inmersión en patrimonio cultural. El único dato seguro procede de la administración económica: “Actualmente, invierte directamente en el Patrimonio Cultural un 0’1% del presupuesto. Desde la situación antes de la crisis (2007), el descenso ha sido del 75%».
Finaliza haciendo un llamamiento para prestar atención a esta situación, que califica de insostenible. Además, según afirma, se trata de un sector que genera una importante cantidad de puestos de trabajo.
Ese mismo miércoles, pero ya por la tarde, tienen lugar otras tres conferencias. La primera es expuesta por el geógrafo e historiador José María Cantarero Quesada, que ha trabajado en la elaboración de documentos y en marketing turístico para la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía.
En su charla, cuenta su experiencia personal en la escuela taller de Baños de la Encina. Esta localidad jienense se encuentra en plena Sierra Morena, zona de diversidad paisajística y geológica y de gran riqueza hidráulica. En los setenta, este pueblo sufrió fuertes cambios que le hicieron perder parte de su patrimonio, por lo que, ya en 1991, se creó la primera escuela taller dedicada al turismo. En dos años, restauraron la parroquia de San Mateo y recuperaron las antiguas carnicerías.
En la segunda edición del taller, se realizaron visitas turísticas y se crearon senderos temáticos. En 1995, se llevaron a cabo las I Jornadas Geógrafo-Históricas de Sierra Morena, que mostraron el impacto que los visitantes tenían en la economía del pueblo.
Actualmente, se está trabajando de la mano de la Junta de Arqueología de Granada en los yacimientos para evitar su desgaste. Se han restaurado los viejos molinos, se han creado nuevas alcubillas y se ha abierto el Museo del Territorio ‘Torreón del Recuerdo’, que muestra los monumentos de la localidad en maquetas a escala 2:1. Además, gracias al Programa Raíces, todo lo logrado es difundido en congresos.
En el turno de preguntas, se cuestiona la financiación de estos proyectos. A lo que José María responde que el desarrollo de la localidad se ha conseguido gracias a la ayuda de las consejerías de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio y Deporte y Turismo y a la Red de Patrimonio.
También se habló del éxito a nivel regional y comarcal de estos avances conquistados en Baños de la Encina, pues se han abierto nuevos establecimientos hosteleros y tiendas de recuerdos, además de empresas de turismo activo.
La segunda conferencia de la tarde trata la importancia de la educación en relación con el patrimonio. Lo hace de la mano de Olaia Fontal Merillas, de la Universidad de Valladolid.
En este sentido, la Ley, desde 1972, recoge lo recoge con el fin de que los niños conozcan sus pueblos y, desde 2003, contempla, además, la importancia de la sensibilización. Para fortalecer la normativa, Fontal esgrime diferentes argumentos. Uno de ellos es que el patrimonio debe ser contenido didáctico, pues los museos se presentan como un ámbito no formal de la educación. También arguye que la educación patrimonial no es (solo) difusión ni (solo) comunicación, es decir, que el patrimonio es la relación entre bienes y personas, que sin personas no hay vínculos y que esos vínculos son trabajados a través de la educación. Una anécdota distiende el discurso: quien valora el arte, lo entiende y lo transmite, pero para saber valorarlo hay que aprenderlo.
Otro de sus argumentos presenta la educación patrimonial como una disciplina imprescindible en la gestión de patrimonio, algo de lo que es ejemplo España por su corpus teórico. A este respecto, encontramos tres instrumentos estatales con impacto internacional, pero, para ella, los más destacables son el Observatorio de Educación Patrimonial y el Plan Nacional de Educación y Patrimonio.
Una afirmación que no deja indiferente al público, pues sale a colación en el turno de preguntas. Es entonces cuando Fontal explica que estos planes pueden ayudar financiando nuevos proyectos y que le 83% de los centros no cumple con la ley.
Para finalizar su conferencia, Olaia expone un vídeo del trabajo que ha llevado a cabo Pablo de Castro y, prácticamente sin descanso, llega la última conferencia de la tarde que trata los instrumentos de gestión y explotación de la cultura territorial. En ella participan Basilio Calderón Calderón y José Luis García Cuesta, de la Universidad de Valladolid.
Una visita a la localidad Urueña compone la mañana de la segunda jornada. En este municipio vallisoletano, se ha erigido la Villa del Libro, «un proyecto cultural dedicado a la música y el libro que busca la dinamización económica, cultural y turística a partir de la recuperación de los espacios públicos como lugares de compraventa de libros y la celebración de eventos culturales ligados a la literatura», según explica el díptico del curso. Las fotografías que ilustran esta crónica fueron realizadas en ese momento.
En la sesión número tres del programa llega con la tarde del 22 de octubre, momento en que se afronta ‘El patrimonio cultural urbano: del descubrimiento a las estrategias de valorización’. La conferencia se centra en las ciudades, con ejemplos extensibles a todos los municipios españoles. Alfonso Álvarez Mora, arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, en la que es profesor actualmente, es el encargado de sacarla adelante. Lo hace centrándose en las prácticas de conservación patrimonial como elementos inductores de la degradación, el abandono y la ruina. Idea que explica con ejemplos de varios lugares de Madrid y de uno de Valladolid en los que el Patrimonio Cultural había sido destruido con la finalidad de convertirlos en espacios de renta.
Sergio Tomé Fernández –geógrafo y profesor en la Universidad de Oviedo-, por su parte, plantea un debate sobre los centros históricos de las ciudades medias, centrándose en la capital asturiana, donde reside en la actualidad. Mediante imágenes, muestra a los alumnos cómo se ha remodelado su casco histórico con fines de renta o turísticos. Además, destaca que las obras se han llevado a cabo con materiales baja calidad y sin pensar en un futuro. Un problema que parece preocupar a los alumnos es la destrucción de los espacios libres que había en las casas, ya que las ciudades han aumentado su temperatura en pocos años.
Por último, Fernando Manero Miguel, geógrafo y profesor en la UVa, pone el broche de oro al jueves hablando de la dimensión estratégica del patrimonio cultural en las ideas políticas de la ciudad desde una perspectiva comparada.
El viernes por la mañana se clausura el curso con la cuarta y quinta sesión. El patrimonio industrial -y en un escenario muy cercano- abre las sesiones con la aportación de Paz Benito del Pozo, que imparte la conferencia ‘La puesta en valor del patrimonio industrial de León: experiencias de contraste’. María Carmen Cañizares Ruiz gira el foco hacia el Parque Minero de Almadén, ubicado en la provincia de Ciudad Real.
El cierre de las jornadas atiende al patrimonio cultural y el desarrollo rural. Un panel de expertos, ya al mediodía, reflexiona sobre un tema que aglutina lo expuesto en días anteriores: ‘El patrimonio territorial en el marco del desarrollo local: actores y estrategias innovadoras’. El debate, moderado por Ignacio Molina de la Torre y Henar Pascual Ruiz-Valdepeñas, deja paso al discurso de clausura de Fernando Manero Miguel.