NOELIA LÓPEZ GÓMEZ | Fotografía: Pixabay |
No son pocas las personas que tienen la mala suerte de que alguno de sus órganos deje de funcionar. Un día cualquier van al médico y les anuncian que si en un plazo de unos meses no cambian su corazón, fallecerán. Se trata de una noticia trágica, tanto para el que se le ha dado el ultimátum como para las personas que le acompañan en la tragedia. Sin embargo, algunos de los pacientes sí que consiguen salvarse gracias a terceras personas que ceden un trocito de ellos para poder salvar una vida.
Hoy, 30 de marzo, es el día en el que se agradece a todos esos donantes que deciden ayudar al necesitado. Siempre se hace el último miércoles de este mes. Sin estas personas no se podría llevar a cabo el complejo proceso que supone realizar un trasplante, desde que el donante se presenta voluntario hasta que el paciente con el nuevo órgano sale del hospital sin problemas.
Parece que dentro de un mundo donde la conducta egoísta prima diariamente, también existe algo de luz y altruismo. La solidaridad es la que toma el timón en esta decisión de participar en hacer que alguien desconocido viva en la otra parte del mundo o cerca de nosotros. A veces se hacen donaciones por el simple hecho de quitar la incertidumbre a aquellas personas que se encuentran en la lista de espera nacional sin saber si alguien podrá salvarles. Pero en otras ocasiones estas donaciones van dirigidas específicamente a alguien conocido.
Además, España lidera la trasplantación de órganos mundial. Lleva 29 años siendo el país con más población predispuesta a donar órganos del mundo. Es cierto que durante la pandemia la cifra de donantes decreció, pero en 2021 ha vuelto a recuperar porcentajes. El primer trasplante exitoso español tuvo lugar en Barcelona, en 1965. Se utilizó un riñón obtenido de una persona fallecida. Es muy difícil que en España alguien necesitado de un órgano no pueda conseguirlo, algo que desgraciadamente sí ocurre en otros países.
Trasplantar órganos es algo que ya habían contemplado nuestros ancestros hace siglos. Ellos creían en el hecho de poder sustituir partes enfermas de una persona por otras que funcionaran para que no tuviese necesariamente que fallecer. Pero no fue hasta mediados del siglo pasado que se consiguieron éxitos en este tipo de intervenciones médicas, y así ha ido evolucionando a lo largo de nuestros días.
A la hora de donar se puede optar por los tejidos o los órganos, y bien puede hacerse mientras se viva o después de fallecer. Sin embargo, en vida no se pueden donar todos, solo los que nos permiten seguir con buena salud después, como un riñón. También hay que presentar ciertos requisitos, como tener un buen estado de salud sin enfermedades que puedan dañar los órganos y ser mayor de edad.
Las donaciones de órganos no son el único acto altruista que se puede realizar. Hay algunos que son menos costosos para el donante, como la donación de sangre. Este acto solidario también tiene un día de dedicación, el 14 de junio. Es importante concienciar de lo necesaria que es la sangre para muchas personas y lo poco que cuesta ceder un poco de ella.
Según Cruz Roja, solo el 5% de los posibles donantes cede sangre cada año y con solo 450 mililitros de sangre se pueden salvar hasta tres vidas. Dedicar media hora de nuestro tiempo en donar sangre para poder ayudar a alguien no supone un gran esfuerzo cuando sabemos que 1 de cada 10 pacientes de un hospital la necesitará.