ISABEL CRISTÓBAL DIÉGUEZ 

Desde el bullicio de la ciudad, es fácil olvidar que el país depende en su gran mayoría del campo y del pueblo. Las zonas rurales son el núcleo y la economía de cualquier país. En estos lugares, el periodismo adquiere una importancia aun mayor, pues se convierte en mas que una mera cobertura de noticias locales. Dar voz a aquellos que trabajan las tierras, crian ganado, pescan o cazan mantiene viva la esencia del campo y se convierte en el principal sistema de visibilización para entender las necesidades y la dura realidad a la que muchas veces se enfrenta el este sector primario.

A través de los reportajes, investigaciones y testimonios, este periodismo nos muestra el papel crucial que desempeñan en la economía y la cultura del país, nos acerca a la vida cotidiana en los campos, manifiesta los desafíos a los que se enfrentan los agricultores y ganaderos y permite comprender los sistemas agroalimentarios.

Uno de los aspectos mas significativos del periodismo rural es su capacidad para mostrar los problemas y necesidades especificas de estas comunidades, desde las dificultades para acceder a servicios básicos como salud o educación, hasta los desafíos cada vez mas grandes a los que se enfrentan los agricultores. Han sido numerosos medios los que nos han mostrado durante semanas la lucha de los agricultores contra las medidas europeas, los excesivos tramites burocráticos y el aumento de las importaciones de productos. Realidades que afectan de forma directa a este sector y por consiguiente al mundo rural.

Otro aspecto clave del periodismo rural es su papel en la lucha por la preservación de tradiciones ancestrales. La divulgación de la herencia, el folclore y la historia, ayuda a promocionar y reconocer la importancia de cuidar nuestra cultura. Dar voz a los habitantes de los pueblos motiva a crear espacios de debate y reflexión sobre temas como la tenencia e tierras, la distribución de recursos y la implementación de políticas publicas que impactan de forma directa en la vida rural.