ALEJANDRA ABAD GARCÍA | Fotografía: Inés Modrón
La protección, la seguridad y el respaldo para los reporteros es necesaria. Se debe abogar por la responsabilidad y la contextualización del momento para no arriesgar la propia vida ni la de los compañeros.
La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid acogía este lunes 13 de marzo a reporteros sin fronteras con los invitados D. Alfonso Bauluz, Dª Rosaura Romero y D. Luis Ángel Reglero.
Claridad y concisión a la hora de definir esta organización. Reporteros sin fronteras se trata de una organización a nivel internacional, nacida en Francia, que defiende la libertad de expresión y protege a los periodistas de las amenazas. Trabaja en casos como el de México, una dictadura donde se producen muertes y se encarcelan a periodistas. Por otro lado, está presente el ciberacoso. Este es menor en periodistas hombres que en periodistas mujeres. Con el uso masivo de móviles han aumentado las cifras de casos en los que se han producido ciberespionaje para espiar a periodistas. La organización participa con la guardia civil y hay un trabajo de denuncia pública cuando se producen atropellos o abusos. Son como una ONG y tienen el mismo apoyo de medios, entre otros, que ellas. La gran parte de sus socios son periodistas y esto facilita el trabajo en la organización. El objetivo es que la libertad de expresión continúe siendo lo que ha sido porque sin ella no hay debate público y este es muy necesario.
El trabajo que desempeñan los reporteros de guerra no es fácil. Los periodistas llegan hasta donde pueden ya que el contexto no es fácil. No es lo mismo estar en el lugar de los hechos viendo lo que está ocurriendo que verlo desde otro país. Las cosas se ven de manera diferente y no hay ni buenos ni malos. Los reporteros tienen que ser conscientes de que hay que medir las situaciones para evitar excesivos riesgos. Hay muchas ocasiones en las que no se obtendrá información útil y hay que tener especial cuidado para no poner en peligro ni la vida propia ni la del equipo. La guerra de Ucrania es un contexto difícil, pero lo es aún más la de Siria o Afganistán. En España, el tema de Ucrania afecta de manera muy especial debido a que estamos mandando financiación y armamento, existe relación.
En relación con los futuros periodistas que se quieran dedicar a esto, muchos de ellos preguntan a la asociación si les pueden brindar apoyo y seguridad. El problema de esto es que los jóvenes asumen más riesgo y tienen menos respaldo. Es lógico que estos jóvenes quieran cubrir una guerra actual como es la de Ucrania. Una clara muestra de que el periodismo sigue vivo.
Las imágenes en esta rama del periodismo deben ser tratadas con cautela. Son ellas las que sugieren lo relevante, pero las descarnadas son para los forenses. Los planos que se aporten en las noticias son muy útiles. Un caso de esto fue la fotografía de la niña de Vietnam que aportaba mucha información dentro de la noticia. El periodismo determina en cada situación desde una aproximación ética lo que aporta y lo que no aporta información. España, por su parte, ha evitado enviar fotógrafos y estos han ganado y tienen actualmente mucho prestigio en otros medios internacionales realizando el trabajo para ellos.
En ocasiones, existen vacíos que provocan que muchos ciudadanos sean periodistas y no lo sepan. Estas fuentes abiertas no sustituyen a los periodistas, sino que complementan sus informaciones. Es el periodista el que ve la realidad en el propio terreno donde ocurren los hechos. Un periodista no debe caer en la presión de un director, sino se tiene la información bien contrastada, no se la ofrece al director hasta que se produzca esta contrastación. La inmediatez de muchas fuentes, no puede quemar al ejercicio del periodismo en profundidad.
Muchos de estos reporteros se exponen sin seguros, sin equipos de seguridad y sin formación. Diversos han sido los casos de personas que exponían sus vidas por cuenta propia e iban a la guerra de Ucrania. Es muy importante tener el respaldo de los medios de comunicación y que estos asuman su responsabilidad.
Para estos periodistas que se desplazan a otros territorios es muy importante el sentido común y la cabeza fría. El hecho de que exista alto riesgo no significa que se deje de hacer el trabajo, pero ese trabajo hay que hacerlo consciente de que se está poniendo la vida en riesgo y la del equipo.
Hay una diferencia entre los medios anglosajones que ponen medidas y ayudan a los periodistas con los posibles riesgos y los medios españoles que no lo hacen. Debería ser obligatorio. En estas zonas, no solo existen intereses políticos, sino también económicos. Por ello, es muy importante elegir bien las personas con las que se toma contacto e ir con aquellas que conozcan el territorio con la finalidad de obtener ayuda y protección.
Esto desencadena en la figura del fixer. En ocasiones, esta persona es periodista y en otra no lo es. Está conectado con el territorio y las personas del lugar de las que el periodista quiere obtener información. Se trata de una parte importante que ayuda a trabajar con personas de la zona y garantiza la seguridad del periodista ya que tiene una gran red de contactos.
La relación entre corresponsales es buena y sin esta relación muchas coberturas no serían posibles. Incluso, en muchas ocasiones el fixer lo comparten ya que la competencia entre corresponsales no está en la obtención de información sino en la capacidad de transmitir esta información al público. Incluso, no existe competencia entre corresponsales que trabajan para medios de comunicación del mismo país.
La noticia hay que darla siempre, el sensacionalismo es una cuestión aparte. Hay que ofrecer tanto las informaciones como las fotografías con respeto, sin recrearse en el cuerpo de la víctima. En la memoria están las imágenes que ayudan a las personas a recordar la información, por ello, son necesarias pero siempre con respeto.