¿Es nuestro sistema electoral representativo?

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Los profesores también estaban interesados en las propuestas de Ramírez. Fuentes: propias

JAVIER SANZ GARCÍA

Foto: Rafaela de Campos Nogueira

En menos de un mes los españoles votarán en una nuevas elecciones. Se decidirán los representantes a las Cortes Generales, formadas por el Congreso de los Diputados (cámara baja) y el Senado (cámara alta), así que nunca es tarde para preguntarse si nuestro sistema es equitativo repartiendo los escaños, si su cambio implica reformar la Constitución y qué alternativas hay.

Desde el inicio del periodo democrático en nuestro país, partidos y expertos han criticado un sistema electoral que parece favorecer el bipartidismo y las formaciones nacionalistas. Los pasados días 17, 18 y 19 de noviembre, la UVa dio la oportunidad a los interesados en este tema, de analizar y entender mejor nuestro sistema de reparto de representantes de la mano de Victoriano Ramírez, catedrático de Matemática Aplicada en la Universidad de Granada. Lo hizo en el ciclo de conferencias Análisis y diseño de sistemas electorales. Representación proporcional, celebradas en las facultades de Ciencias Económicas y Empresariales y de Derecho. Según el profesor, sí que es posible mejorar el sistema electoral del Congreso de los Diputados, que es «el núcleo duro» de la Ley Electoral.

Existen varios métodos para repartir los escaños con el menor error posible. Ramírez mencionó el método de Saint-Laguë y el de Restos Mayores, pero están descartados por su margen de error y  la famosa Paradoja de Alabama. Esta problemática surge con el cociente usado en el reparto de escaños, es decir, en el sistema de Restos Mayores el reparto se hace teniendo en cuenta el resultado de esta fórmula «q = pn/m». Como el resultado no siempre sale entero, quedan escaños sin asignar, así que para ello se redondea hacia abajo y se conceden los escaños sobrantes a aquellas formaciones con un decimal mayor (resto mayor). Y he aquí el problema: dependiendo del número de escaños que se tengan que asignar, el reparto es diferente y el margen de error es bastante más elevado que en el sistema D’Hont.

Sistema D’Hondt

El Sistema D’Hondt el método que se usa actualmente en nuestro sistema electoral para elegir a los representantes al Congreso de los Diputados. Aunque no es perfecto, es el que menos margen de error proporciona según muchos expertos. Pero, ¿cómo funciona?

Una vez contados los votos, se procede del siguiente modo: primero, se eliminan a aquellas formaciones que no hay alcanzado un mínimo del 3% de los votos de cada provincia (lo que se denomina ‘barrera del 3% provincial’). Después, se divide la cantidad de votos de cada formación por el número de escaños a repartir, es decir, primero por 1, luego por 2, luego por 3… y así sucesivamente hasta llegar al número de escaños a repartir. Los resultados obtenidos se ordenan de mayor menor y los escaños se otorgan a los partidos que obtengan los mayores cocientes. Si hubiera dos cocientes iguales, el partido con mayor número de votos totales se llevaría el escaño y, si existe el caso de un empate en los votos, la elección se haría primero por sorteo y luego se repartiría alternativamente.

sistema d'hondt ejemplo

[Resultados de las pasadas elecciones generales de 2011. Ejemplo con 6 escaños. Fuente: Wikipedia]

En la imagen, los 6 cocientes más altos son los que conseguirían los escaños para el partido. Esto se hace con los votos de cada circunscripción para después repartir los votos.

Como bien señalaba Ramírez en su ponencia, «España tiene un problema de distribución». Y es que el número de votos a nivel nacional no es equiparable al número de escaños obtenidos como consecuencia del sistema de circunscripciones. «IU tendrá más votos que un partido, pero menos escaños», decía. No le falta razón.

Más votos no es igual a más escaños

El ejemplo más claro que demuestra esa desproporción se encuentra en el reparto de representantes entre UPyD y CiU. La formación liderada por Rosa Díez consiguió en las últimas elecciones generales 128.534 votos más que el partido por entonces encabezado por Duran i Lleida; no obstante, CiU consiguió 16 diputados en el Parlamento mientras que la formación rosa consiguió solamente 5.

Esto se debe a la existencia de circunscripciones de diferente tamaño y la asignación de un determinado número de escaños (con un mínimo en cada una de ellas). España cuenta actualmente con 52 circunscripciones: todas las provincias más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Ocurre que aquellas formaciones que obtengan un buen resultado en los distritos con mayor número de escaños asignados pueden acabar con mayor representación parlamentaria, a pesar de tener menor número de votos que otras formaciones a nivel nacional. Este fenómeno suele darse con los partidos nacionalistas como CiU.

Para el profesor granadino y miembro del Grupo de Investigación en Métodos Electorales (GINE), el sistema de elección de diputados tiene que ser «monótono, consistente e, incluso, que prime al ganador» porque «además de representar, hay que gobernar».  Las soluciones que plantea el GINE son varias, entre ellas, aumentar el número de diputados a 400, crear una circunscripción única, reducir las circunscripciones al número de comunidades autónomas o modificar D’Hondt para que sea más preciso. Desde su página web, se puede descargar un simulador de ese sistema electoral que plantean.

¿Por qué no se cambia entonces una ley electoral desigual?  «Quien tiene que gobernar está dentro y le ha ido bien», apuntaba Ramírez, que además añadió que nuestro sistema «no es representativo». Cuando se le preguntó acerca de si era necesario una reforma de la Constitución para llevar a cabo las reformas planteadas, el matemático afirmó rotundamente que no, apoyándose en expertos sobre el derecho consultados por la organización GINE. Añadió, asimismo, que sería partidario de reformar la Ley de Financiación de Partidos con la fórmula de «1 euro, un voto».

Habrá que esperar al día después del 20-D para observar si, nuevamente, el sistema electoral español es tan impreciso como se cree y cómo afectará al de reparto de escaños la aparición de nuevas formaciones como Podemos y C’s, que acaparan una mayor intención de voto que otras formaciones de la oposición con actual representación en el Parlamento.

[Fuentes: propias, Grupo de Investigación en Métodos Electorales, EuropaPress, Wikipedia].