PALOMA AGUADO CARRO | Fotografía: Paloma Aguado | Infografía: Paloma Aguado |
«Voy a empezar leyéndoos una obra y no voy a decir ni el título ni el autor hasta concluir el seminario». Últimos susurros y silencio. Modesto Escobar, sonriente, emocionado y misterioso, comenzó a leer: «Era un día luminoso y frío de abril y los relojes estaban dando las trece». Sin embargo, eran más bien las dieciséis y treinta. La sala desprendía calor y acercamiento y el frío, fuera de las páginas del enigmático libro, no era tan evidente. Varias sonrisas entre las butacas parecían haber desvelado el misterio. Se trataba de la novela 1984, Winston Smith, El Gran Hermano y George Orwell.
Sólo hizo falta un «tú mandas» de Miguel Vicente Mariño, director del Departamento de Sociología y Trabajo Social, para que Escobar se sintiese como en su casa. Nervioso, cogía la copa de agua y bebía con cuidado. Había comenzado la aventura, y era hora, de empezar por los datos.
Doctor en sociología, catedrático, escritor e investigador. Sin embargo, Escobar no es big, no es grande, ni es datista. Él mismo lo confirmaba en el comienzo de su exposición. Mientras, una primera imagen aparecía en el proyector de la sala: un elefante digitalizado, sólo compuesto de ceros y unos. ¿Qué significaba aquel gran animal, conformado únicamente por números, que aparecía en la gran pantalla? Nadie aparentaba saberlo. No se veía su rostro, ni la viveza de un ser vivo en aquella fotografía digital. No decía nada. Y es que, los datos por sí solos nada dicen. Para conocer su significado, debemos conocer la sociología, el contexto, su historia. Escobar desvelaba de esta forma a los presentes, el primer secreto del Big Date.
«Los datos por sí solos no dicen nada. A los sociólogos no nos deben asustar los datos»
Escobar señaló su lema a defender en el seminario: «Big Date aunque tengamos small date«. Muchos de los presentes sonrieron. No era necesario tener grandes conocimientos sobre la materia. El seminario ‘Big Data en Ciencias Sociales’ estaba dirigido a todos los asistentes.
La exposición comenzó con fuerza, señalando la importancia de la materia que se iba a tratar, su amplia influencia y conexión actual. «Estamos en un momento en el que generamos información en cantidades descomunales», aseguraba Escobar. Sin embargo, únicamente es el principio de un nuevo mundo envuelto en los datos y la digitalización. «En un tiempo, los relojes serán mecanismos de pago», garantizaba. Los móviles, las redes sociales e Internet acaparan gran parte del día a día de todas las personas, aunque únicamente es el principio de una nueva forma de vida y los datos no deben asustar a nadie. Tampoco a los sociólogos.
Escobar arrancó con una definición para vencer el recelo a dos palabras anglosajonas lejanas a muchos de los asistentes. El Big Date es una técnica que consiste en el uso de bases de datos interrelacionadas de gran tamaño y velocidad, construidas para el avance del conocimiento. Por lo tanto, cinco son las características de esta técnica: datos, gran tamaño, alta velocidad, interrelación y fiabilidad.
La cuestión, aseguraba el conferenciante, era transmitir la idea de instantaneidad. Escobar se reiteraba, nunca deben asustar. Sin embargo, pueden suponer un gran ataque a los psicólogos y sociólogos, acostumbrados a las encuestas y a las muestras. ¿Para qué salir a la calle a preguntar a las personas cuando podemos tener una gran cantidad de datos veraces a nuestra disposición? El Big Date, en este sentido, quizá anuncia el abandono de muchas otras técnicas de recopilación de información. Escobar relataba y explicaba, entonces, varios de sus proyectos y algunas manos atrevidas se alzaban para preguntarle características concretas.
«El lema, y lo que yo voy a defender, es saber analizar los Big Date aunque tengamos Small Date«
Sus ventajas son, en muchas ocasiones, insuperables. Las personas pueden disponer de un gran volumen de datos, con una velocidad de producción y una estructura concreta, con referencias espaciales y temporales. Las manos de Escobar se desplazaban de un lugar a otro continuamente, de alguna forma, queriendo acercar a los presentes la naturalidad y lo bonito de esta técnica de recopilación de datos.
Sin embargo, también señaló sus requerimientos y quizá, los puntos negativos. Cualquier persona no puede trabajar con grandes datos, es necesario conformar grupos interdisciplinares y expertos en las áreas estudiadas. Además, desde que en los años 50 comenzaran a surgir los primeros ordenadores, la tecnología y sus facilidades nos han ocasionado una gran dependencia.
Las personas pueden disponer de un gran volumen de datos, con una velocidad de producción y una estructura concreta
Somos datos y estamos rodeados de información. Información, que de algún modo, nos controla y nos dirige. En la novela de George Orwell, el Gran Hermano. Un hombre de unos cuarenta y cinco años con un espeso bigote. En realidad, los datos. Un gran elefante de ceros y unos, inerte y digitalizado que contiene grandes cantidades de información. Informaciones, que gracias a una correcta interpretación y un uso adecuado, adquieren una importancia inalcanzable.