José Zorrilla invade el hall de Filosofía y Letras

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SAMUEL HERNANDO ÁLVAREZ  |  Fotografía: Samuel Hernando Álvarez

«¿No es verdad, ángel de amor, que en esta apartada orilla, más pura la luna brilla y se respira mejor?» ¿Quién no escuchó nunca esta mítica frase? Por si no la conoces, se enmarca en la obra Don Juan Tenorio, escrita por José Zorrilla en 1844. Dos siglos después del nacimiento del autor vallisoletano su obra invade el vestíbulo de la Facultad de Filosofía y Letras. Este miércoles a las 12:00 horas se presentó esta exposición, donde estuvieron presentes, entre otros, Javier Castán, Decano de la Facultad de Filosofía y Letras, María Ángeles Díez, Directora de la Biblioteca de Filosofía y Letras y María Mercedes Arranz Sombría, Directora de la Biblioteca Universitaria de Valladolid. 

La exposición sobre José Zorrilla se celebra en el año que se cumple el bicentenario del nacimiento del poeta nacido en nuestra ciudad, y permanecerá en la su ubicación actual de la Facultad de Filosofía y Letras hasta el próximo 31 de mayo. En ella se pueden ver varias secciones sobre el vallisoletano como su trayectoria vital, ejemplares de sus obras con un apartado especial para su libro culmen (Don Juan Tenorio), la relación del autor y Valladolid o el mito universal de Don Juan Tenorio.

En la presentación participaron estudiantes de la facultad graduados en los diferentes idiomas que se imparten en Filosofía y Letras interpretando una de las escenas más reconocidas de Don Juan Tenorio. En dicha escena, representada sobre un sofá, aparecen Don Juan y Doña Inés y ahí es donde Don Juan expresa la frase citada anteriormente. En las representaciones han participado estudiantes de los grados de lengua inglesa, lengua alemana, lengua italiana y lengua francesa, así como dos estudiantes que recitaron los versos en su idioma original, el castellano. Cabe destacar la representación en alemán, ya que los versos fueron traducidos por una de las profesoras de la facultad ante la inexistencia de esta obra en el idioma germánico.

Esta exposición está encuadrada dentro de los actos como conmemoración del bicentenario del nacimiento de José Zorrilla y del centenario de la fundación de la Facultad de Filosofía y Letras. Todas las obras y los materiales expuestos pertenecen a la colección de la biblioteca de la facultad. 

En la presentación, María Ángeles Díez dejó claro que con estos actos la organización de la biblioteca universitaria «quiere contribuir a la distribución del patrimonio que contiene la biblioteca de la facultad». Así mismo, también quiso agradecer la oportunidad brindada y la representación de la escena de Don Juan Tenorio por los estudiantes de la propia universidad. Por su parte, María Mercedes Arranz destacó que «hay gente que desconoce la presencia de estas obras en la biblioteca de la facultad» y que estos actos les dan una relevancia oculta hasta el momento.

José Zorrilla, un icono vallisoletano

Si recurrimos a las letras en Valladolid, pocos autores hay tan conocidos como José Zorrilla. Miguel Delibes sería el único que podría hacerle sombra aunque la distancia entre ambos parece grande. Zorrilla nació el 21 de febrero de 1817 en una casa del centro de la ciudad, más concretamente en la calle Fray Luis de Granada número 1. En 1835 ingresó en la Universidad de Valladolid previo paso por la Universidad de Toledo. Su obra culmen, Don Juan Tenorio, fue escrita en 1844 y un año después se marchó a Burdeos. Tras varios cambios de aires, donde pasó por México o Roma, volvió a Madrid, donde fallecería el 23 de enero de 1893.

Pero su legado permanece en Valladolid. Uno de los hijos pródigos de la ciudad da nombre a varias de las zonas más importantes de la localidad pucelana. El Paseo Zorrilla fue la primera denominación de un lugar de la ciudad con el nombre del poeta. El Ayuntamiento puso el nombre del escritor a la antigua Acera de Sancti Spíritus el día de su fallecimiento. El estadio de fútbol también se quiso acordar de José Zorrilla otorgándole su nombre, aunque su historia es anecdótica. Su ubicación en el Paseo Zorrilla hizo que la gente llamara al Estadio Municipal el ‘Estadio del Paseo Zorrilla’. El Ayuntamiento decidió cambiar el nombre el 10 de octubre de 1951 para pasar a llamarse Estadio José Zorrilla. Con la construcción del nuevo estadio para el mundial del 82, el nombre se mantuvo pasando a llamarse Nuevo Estadio José Zorrilla.

Pero el lugar más importante que mantiene su nombre es su antiguo hogar, donde José Zorrilla nació y dio sus primeros pasos. Dicha casa fue adquirida por el Ayuntamiento el año del centenario de su fallecimiento y, tras varios años donde fue conservada y restaurada por voluntarios, abrió sus puertas al público como museo en 1988, siendo en 2006 la última remodelación.