La actitud del fotoperiodista en situaciones de peligro

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Exposición Fotografía A CIEGAS
Estudiante de la Uva contemplando la exposición. Fotografía: Andrea Navarrete
Sara Rincón Villar | Fotografía: Andrea Navarrete

La labor de un periodista exige, ante todo, objetividad y honestidad frente a las situaciones que cubre; su fin eminente será testificar la realidad que le rodea. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando la ética o la moral interfieren en el camino del periodista? ¿Profesionalidad, dar testimonio limitándose a ser testigos o seguir los instintos personales conforme a unos valores morales e intervenir en las situaciones injustas?

Es en el caso del fotoperiodismo donde, con creces, esta pregunta se intensifica. Por lo general, sin respuesta fija. Periodistas como James Oatway o Sara Naomi Lewkowicz están entre los muchos fotoperiodistas que han sido acusados ​​de no haber intervenido para ayudar en los casos que presenciaban. Pero en los casos en los que sí se interviene, los periodistas como Sanjay Gupta de CNN, también corren el riesgo de ser catalogados como poco profesionales y carentes de objetividad.

El fotoperiodista sudafricano James Oatway, mencionado anteriormente, ha sido entrevistado por IJNet para compartir sus experiencias y pensamientos acerca de la intervención. Oatway es de la cara de la moneda donde el periodista debe quedarse detrás de la cámara, observar, captar y sacar a la luz las diferentes realidades del mundo. No estamos allí para intervenir, estamos allí para dar testimoniodeclaraba. No obstante, añadía que hay ciertas situaciones que pueden provocar una respuesta impredecible por parte del fotoperiodista, aclarando que también es humano, por lo que en ocasiones el sentimiento de impotencia frente a hechos crueles, duros e injustos supera los principios profesionales.

Sutilmente, Oatway concluía su entrevista alegando que dependiendo de con qué pie te levantes por la mañana o si se ha desayunado café, la reacción del fotoperiodista frente a las situaciones será de una u otra forma. Que el fotoperiodista, como ser humano, no puede reaccionar siempre de la misma forma ante cualquier tipo de situación. Esta no es más que una manera de dejar la pregunta en el aire. Quizá la pregunta no está bien planteada. La profesionalidad se basa en la pericia, seriedad, honradez y eficacia, pero, quién es quién para decir que alguien no es serio, honrado, hábil o eficaz por preceder el sentimiento a la razón, por tender en vez de esconder la mano tras la cámara. Y sin cámara, ¿dónde quedan las realidades paralelas que no vemos ni hacemos por ver?

Todo depende de lo que se encuentre detrás el objetivo de la cámara, observando qué cara de la moneda ha caído, con qué pie se ha levantado de la cama o quizá lo caliente que estaba la taza del café de madrugada.