RUTH FERNÁNDEZ SECO Fotografía: Vanity Fair
En nuestra parrilla televisiva es habitual encontrarnos con realities shows. Programas como Supervivientes, La Isla de las Tentaciones o Masterchef tienen millones de espectadores cada gala. Sin embargo, estos programas pueden tener influencias negativas en los jóvenes.
¿Qué es un reality show?
El término ‘reality show’ es un anglicismo de ‘telerrealidad’, que es un género de TV que muestra situaciones supuestamente sin guion, en las que interactúa un número de personas, generalmente desconocido. En España, los realities se asentaron en el 2000, con la llegada de Gran Hermano a Telecinco. Este programa supuso una revolución televisiva, pues por primera vez, personas anónimas se convirtieron en entretenimiento. Además, abrió el camino a otros programas de telerrealidad, como Supervivientes, y a concursos de talento como OT. En EE.UU. emiten realities como The Kardashians, que muestran el día a día de la familia que lleva su nombre.
¿Por qué tienen tanta audiencia los realities shows?
Estos programas tienen tanto éxito porque, a nivel psicológico, permite al espectador desconectar de los problemas diarios. Los programas de telerrealidad sirven para evadirse porque no fomentan el razonamiento o el aprendizaje. Además, los realities provocan que el espectador empatice con los personajes.
Influencia en los jóvenes
El Publicista recoge las afirmaciones del doctor Oliveros, en las que dice que el cerebro de las personas de entra 12 y 16 años está preparado para la explotación y la innovación, pero no está preparado para evaluar el riesgo. Debido a esto, un adolescente decide que le gusta y en que quiere convertirse en cualquier parte, ya que la estructura de su cerebro se lo exige.
No todos los programas repercuten del mismo modo: uno de los programas que más influye en los jóvenes es Gran Hermano. Este programa tiene tanto éxito en audiencias porque se ve la historia del antes, durante y después de la participación de los concursantes. Junto a la fama, el éxito y la popularidad son los valores que atraen al público. Este tipo de programas promueven la cultura del ‘no esfuerzo’, pues transmiten a los jóvenes la idea de que pueden triunfar y ser admirados sin tener en cuenta el sacrificio que hay detrás. Por otro lado, Masterchef destaca la competividad y el éxito individual, lo que hace que el espectador se identifique con sus historias personales.
Son muchos los jóvenes los que idolatran a los protagonistas de estos programas, ya que muchos de ellos después de haber participado en un reality se convierten en influencers. Los psicólogos afirman que la función de educar no es de la TV, si no de las madres y los padres. Estos no pueden ser una herramienta educativa, si no de entretenimiento. Además, estos programas promueven estereotipos machistas, por lo que lo idea es que los jóvenes vean otro tipo de programas.