‘Lobbies’: ¿qué son y qué hacen?

MARINA LAJO TRAPOTE  |  Fotografía: Pixabay  |

La palabra lobby tiene dos significados en la actualidad según la RAE: grupo de presión o vestíbulo (sala próxima a la entrada). Fue en 1640, en el Parlamento Británico, cuando se acuñó la palabra lobbies a los colectivos con intereses comunes, que realizan acciones dirigidas a influir ante la Administración Pública, para promover decisiones favorables a los intereses de ese sector concreto de la sociedad. Se usó porque los diputados del Parlamento eran asaltados en la entrada, es decir, en el vestíbulo.

Pero, no se pueden confundir los lobbies con la representación. La siguiente tabla explica las diferencias:

Estos grupos tienen el siguiente  mecanismo de organización:

En Europa, en 2008, se abrió un registro voluntario para los lobbies y a finales de 2019 había casi 12.000 grupos inscritos. Esto es fundamental para dar transparencia, porque mueven mucho dinero. Por ejemplo, en 2018 implicó 1.500 millones de euros.

En el caso de la Unión Europea buscan ‘influir en los procesos de elaboración de políticas en sus instituciones’. En la Unión Europea encontramos tres categorías de lobbies:

• Las consultoras profesionales y despachos de abogados.
• Las empresas y asociaciones comerciales.
• Los ‘think tanks‘ (fábrica de ideas) y ONG.

La Unión Europea (UE) elogia a los lobbies porque consideran que mejoran las decisiones políticas al transmitir opiniones realistas de empresas, asociaciones o colectivos ciudadanos. Eso sí, siempre y cuando su actividad se realice con la mayor transparencia posible, para evitar el tráfico de influencias y otros delitos. Por este motivo, la ley de Liderazgo Honesto y Apertura Gubernamental, impulsada por Obama.

Los lobbies son tan amplios que la UE considera como tal a la Conferencia Episcopal española por su activismo, entre otras cosas en las regulaciones educativas. Pero tristemente, sobre todo debido a Hollywood, se sigue pensando que los lobbies son sinónimos de poder en la sombra, lo que ensucia a todas estas organizaciones. De esta forma, siempre que se oye esta palabra se piensa en una connotación negativa, pero no tiene porqué ser así. Por ejemplo, en el caso de una ONG que pide al Gobierno algo que beneficia a toda la sociedad, como una regulación de las armas (en el caso de Estados Unidos), y el gobierno por presión de la opinión pública deberá hacerles caso.

En España, los lobbies más importantes son los de los sectores de la energía, salud y la banca. Pero, donde más poder tienen, tras Washington, es en Bruselas. El valor numérico que hay es que entre 8.000 y 30.000 actúan en el Parlamento Europeo y de los cuáles hay en torno a 200 en España; cobran unos 2.500 euros al día (aproximadamente 36.000 euros al mes). Los lobbies más relevantes en España inscritos en marzo de 2016: Anfac, Aces, Acogen, Aptn-Confenat, Aeviu, Beauty Cluster, Acutel, Adigital, Asica, Asedie, AEA, AOL y BlaBlaCar.

En la cara positiva de los lobbies es que son un grupo de presión que benefician a un colectivo (empresa, organización o ciudadanía) por sus ideas y que mediante la presión que ejercen buscan beneficiarse de manera transparente. En la otra cara de la moneda, su falta de regulación y transparencia que,  aunque se haya intentado solventar, sigue habiendo lobbies que actúan desde la sombra y no están registrados. También encontramos el ideal generalizado de aspecto negativo por lo que Hollywood nos ha mostrado a través de las pantallas.

Pero ¿cómo se planea un lobby?

En esta tabla podemos ver los que más gastan en acciones de lobby en Euopa: