Ainhoa Jiménez Arranz  | Fotografía: Jessica Encinas Toribio

La sala 9 de los cines Broadway en Valladolid se convierte en el escenario del periodismo de investigación tanto en la ficción como en la realidad. Cine y periodismo unidos de nuevo en el ciclo de RTVCYL, esta vez con Zodiac y con la presencia de los periodistas Melchor Millares y Soledad Arroyo.

Las butacas están llenas a la espera de que las luces se apaguen y comience Zodiac, la primera gran cita de la noche. Durante 2 horas y 40 minutos, la audiencia vive la investigación entorno al misterioso asesino del zodiaco que entre los 60’s y los 70’s se burló de la prensa y la policía mientras cometía atroces homicidios.

Una extraña carta llega a la redacción del San Francisco Chronicle, por lo que se convoca una reunión de redacción para hablar sobre su contenido. En ella, el asesino del zodiaco ha introducido un código que pretende que la prensa publique bajo amenazas de seguir matando si no lo hacen. Y los periodistas se enfrentan al dilema de si dispone de interés periodístico, pero el resto de periodisticos van a publicar, así que deciden hacer lo mismo. Desde este momento, el asesino juega con la prensa y la policía durante años sin que nadie consiga atraparlo. Un suceso que a día de hoy no ha podido ser cerrado y que se convirtió en un hito en la historia del periodismo por la gran labor de investigación que hubo detrás.

Fotograma de la película Zodiac

Las luces se encienden y es momento de escuchar a los auténticos periodistas de investigación. Soledad Arroyo, periodista y presentadora de Antena 3, se siente en parte identificada con la película aunque, coincidiendo con su compañero, señala que la realidad es bastante distinta. ‘La investigación periodísticas las desarrollas con muchas horas de trabajo, llamadas y perdiendo vida personal’.  Una muestra de esto es el trabajo que realizó investigando el caso de los bebés robados. Según explica, todo surgió a raíz de ver a una mujer contar su historia en televisión, relato que se parecía mucho al de su propia madre. La periodista afirma que el hecho de que ella le dijera que siempre había creído que le habían robado a su hija, le cambió la vida. Desde entonces, comenzó a investigar el caso y consiguió grabar con cámara oculta a sor María, la monja que robaba niños. Una ardua labor periodística que culminó en su libro Los bebés robados de sor María.

Melchor Millares, por su parte, considera que la película no se parece en nada a la realidad. Para él, el periodismo de investigación es otra cosa. Algo que intenta ejemplificar hablando sobre su experiencia cubriendo el caso de los GAL, grupos paramilitares del Estado que llevaron a cabo al guerra sucia contra ETA. Una cobertura periodística que no fue nada sencilla, pues como señala “el director de Diario 16 fue despedido por defender mi trabajo.” Tras lo que muchos periodistas se fueron del medio y fundaron El Mundo. Sin embargo, mereció la pena porque todo lo que publicaron acabó siendo ratificado por el Tribunal Supremo. Pues, como explicó, “el tiempo acredita”.

En torno a estas experiencias, ambos periodistas coinciden en que el periodismo de investigación sirve para denunciar delitos. Idea que les lleva a la disputa de sí es lícito o no recurrir a la cámara oculta para ello. Sin embargo, lo tienen claro: mientras se use cómo se debe, esta es una herramienta periodística esencial. Pues prima el interés de la opinión pública, cosa que la justicia también ha llegado a determinar en algunos casos. “Los delitos a los que se inclina el periodismo de investigación es algo que no es fácil de demostrar y no puedes entrar con cámaras a cualquier sitio”, afirma Arroyo.  Aunque, como explican, el periodismo no siempre sale ganando en estos casos, ya que en algunas ocasiones los tribunales no se han puesto de su lado. De hecho, hay medios como Antena 3 que actualmente han prohibido a sus redactores el uso de la cámara oculta.

Rebobinando hacia la película, se plantea hasta qué punto se expone el periodista de investigación. Millares señala al respecto que existen profesiones que conllevan un riesgo y, sin duda, el periodismo de investigación es una de ellas. Ante esto pone de ejemplo su propia experiencia mientras cubría el tema de los GAL, ya que llegó a estar amenazado por ETA en dos ocasiones. Soledad Arroyo entorno a esto afirma que “si te amenazan es que lo estás haciendo bien”. Pero, matiza que el periodismo sea de la índole que sea siempre puede implicar peligro.

Avanzando un poco más en la realidad, los periodistas debaten cómo ha cambiado el periodismo. Una cuestión ante la que Melchor Millares alerta de una ‘severa crisis’ porque ya casi no se investiga. ‘El periodismo de investigación no le interesa a los grandes medios’, sentencia. Además, denuncia que en la actualidad están acostumbrados a hacer un periodismo de dossier o de interés que ejemplifica con el caso Villarejo. Es decir, un periodismo que no contrasta y que publica las cosas como se las entrega la fuente que les interesa. Un problema al que se unen los obstáculos que los gabinetes de prensa ponen sus propios compañeros de profesión como señala Soledad Arroyo. Y en el que se encuentra muy presente el paso a unas ruedas de prensa en las que se recortan o eliminan las preguntas.

Mirando hacia el futuro, los periodistas coinciden en que no se sabe exactamente cómo será el periodismo dentro de 20 años. Aunque, según Arroyo, una cosa es clara: ‘Va a ser mucho más difícil mentir. Vamos a estar mucho más vigilados’. Pero, de momento, la profesión se encuentra en un panorama de lucha constante contra las fake news y en el que el vídeo está cada vez ganando más terreno.