JAVIER LIÉBANA GIRALDO / Fotografía: CLARA GARCÍA BERMEJO
En la mañana del lunes 17 de octubre, daba comienzo el ll Congreso de la Asociación Internacional para el Estudio de Manuscritos Hispánicos (AIEMH). La conferencia empezó con una breve presentación llevada a cabo por Antonio Piedra, presidente honorífico de la asociación y miembro de la Fundación Jorge Guillén, y Javier Blasco, doctor en Filología Española por la Universidad de Salamanca y catedrático de Literatura en la Universidad de Valladolid. La AIEMH es una asociación sin ánimo de lucro dedicada al estudio de los manuscritos literarios hispánicos. Esta nace con el objetivo de profundizar en el estudio de los archivos personales de estos escritores, fundamentalmente de los siglos XIX, XX y XXI. La asociación se puso en marcha gracias a la unión de los archivos existentes de Juan Ramón Jiménez y los proporcionados por la Fundación Jorge Guillén. Los miembros de la AIEMH tienen como principal finalidad «contribuir a la revalorización de estos archivos, impulsando su estudio e investigación». Ante esto, Antonio Piedra hizo hincapié en la importancia de los jóvenes, y que estos se animasen a entrar en la AIEMH, para que de esta manera hubiese cada vez más caras nuevas con aires renovados.

Tras esta intervención, comenzaba la conferencia de Luis Alberto de Cuenca, filólogo, poeta, traductor, ensayista, columnista, crítico, editor literario e investigador español. Es también académico de número de la Real Academia Española de la Historia y académico correspondiente en Madrid de la Academia de Buenas Letras de Granada. Miembro del CSIC, su producción científica se ha concentrado, sobre todo, en la traducción y edición crítica de obras de la literatura occidental cuya cronología varía del II milenio a. C, hasta el s. XX. Ha ocupado el cargo de Director de la Biblioteca Nacional, entre los años 1996 y 2000, también fue Secretario de Estado de Cultura, en el periodo comprendido entre el 2000 y el 2004. De Cuenca también es uno de los representados en los archivos de la Fundación Jorge Guillén. Este comenzaba enfatizando sobre la preocupación existente en el tema de los archivos de autor y su incidencia. Recalca que vivimos en un mundo muy complejo en cuanto a recopilación de estatus previos de distintas actividades, sobre todo en lo literario, haciendo referencia a que es complicado encontrar hoy en día manuscritos de los poetas de última hora, ya que la gran mayoría utilizan las nuevas tecnologías y los realizan de forma digital. Por ello, cree que se deben incluir estos escritos digitales en los archivos, pese a que tienen un problema y es que no se guardarían todas las versiones de esos poemas, si no solo la última, o como él mismo hace, las dos o tres últimas, ya que las anteriores se van borrando. »Esto, no ocurría antiguamente, ya que la única forma de escribir era a mano, o bien a máquina, de la que yo no soy partidario», dijo. Aun así, queda todavía una gran labor para recopilar lo máximo posible.
Esto, no ocurría antiguamente, ya que la única forma de escribir era a mano, o bien a máquina, de la que yo no soy partidario
Otra de las formas de enriquecerse y encontrar en el archivo grandes elaboraciones es a través de la correspondencia, gracias a la cual, ha podido conocer a una gran cantidad de autores de gran importancia, como Vicente Aleixandre, y le ha permitido tratar con varios autores de la Generación del 27, con los de la llamada Generación del 36 como Celaya o José Hierro y con todos los de la Generación del 50. También trabajó otros géneros literarios como la narrativa, momento, en el cual, una de las editoriales más importantes que trataba de hacerse con una gran parte del mercado literario le ofrece un «suculento contrato» de un millón de pesetas de anticipo para la realización de una novela de la movida madrileña, de los años 80, esta editorial era Espasa Calpe. Pero no fue capaz de realizarla, debido a que tenía un taco de ocho folios que día a día revisaba y perfeccionaba, como si fuese un poema y no una novela. Finalmente, estos ocho folios le sirvieron para formar parte de un pequeño libro de una editorial logroñesa. En este aparecían dos historias, una de ellas la suya, y la otra realizada por el cineasta Alex de la Iglesia. Pero recalca, que tanto a él como a a la gran mayoría, no les importan los contratos. Defiende la importancia de comenzar desde abajo, para así aprender e ir escalando poco a poco. Considera que »nuestro lenguaje está copado de anglicismos sin sentido, no entiendo por qué se adoptan determinado términos ingleses pudiéndolos decir en castellano».
Nuestro lenguaje está copado de anglicismos sin sentido, no entiendo por qué se adoptan determinado términos ingleses pudiéndolos decir en castellano
Por último, preguntado sobre si considera que los medios de comunicación dan la suficiente cobertura a este tipo de asociaciones (por ejemplo, la Fundación Jorge Guillén o la AIEMH), respondió que «siempre se puede hacer algo más» pero que también hay «una atención sostenida de los medios de comunicación a la Fundación Jorge Guillén». «Desde luego, siempre se puede hacer más. Cualquier cosa que sirva para que se conozca la labor impresionante que está haciendo la fundación me parece siempre pequeña, pero creo que ya tiene una suficiente cobertura que debe ir ampliándose aún más.