GRECIA OSORIO CARLOS | Fotografía: Alba Camazón Pinilla.
Doctora en Comunicación Audiovisual y actualmente profesora en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid, Mercedes Miguel Borrás nos recibe en su despacho para contarnos un poco acerca de los seminarios que realiza para el Máster. También nos cuenta sobre su larga trayectoria profesional y sus últimos estudios sobre su gran pasión, el cine.
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‘¿Qué es el cine?‘ es el nombre del seminario que realiza para el Máster en Investigación de la Comunicación como Agente Histórico-Social. ¿Qué nos puede contar sobre esta actividad?
Este seminario viene un poco pensado para reflexionar en torno al cine. La idea de ‘¿Qué es el cine?’ viene de André Bazin, que se cuestionó este tema. Él dice que el cine es icono y es índice, es decir, que por un lado es huella de la realidad, pero por otro es símbolo porque simboliza eso que está mostrando; y ese doble juego es lo que le hace tan fascinante. Este seminario está organizado con respecto al Máster de Comunicación Contemporánea, Teoría y Análisis del Lenguaje Audiovisual, del cual soy la coordinadora del itinerario. A la vez es el principio de un congreso que habrá dentro de un año.
¿Qué podremos ver en el congreso internacional que se celebrará el próximo año?
En torno a la idea de ‘¿qué es el cine?’ vamos a ver la naturaleza ontológica del cine. Vamos a trabajar el cine en relación con otras materias como cine y periodismo, cine e historia, cine y literatura. Realmente el cine es la séptima de las artes, y esto no significa que sea el número siete. La séptima de las artes significa que engloba todas las artes. El cine es fotografía, es pintura, literatura, el cine es historia, de hecho, el cine es la memoria del siglo XX.
«Que el cine sea la séptima de las artes quiere decir que engloba todas ellas».
¿Hay alguna diferencia entre el seminario que aconteció en febrero del que habrá el 28 abril? ¿O uno es la continuación de otro?
La idea era que fuera una continuación del otro. En realidad, yo quería hacer solo un seminario, pero se hizo tan grande que al final son dos. Había muy poco tiempo y había gente que estaba muy interesada en participar y me dijo que no le daba tiempo de prepararse una ponencia para tan poco tiempo. La primera parte tuvo cinco ponentes y fue un seminario pequeño, éramos doce personas. Para el 28 de abril será en la Sala de Juntas, donde cabe más gente y va a ser todo el día. De hecho, vamos a contar con Javier Espada, director del Centro Luis Buñuel, pondremos la película ‘Él’, de Luis Buñuel, y vamos a proyectar ‘Tras Nazarín’, un documental que hizo Javier Espada sobre la película ‘Nazarín’. También habrá conferencias y mesas redondas, será una jornada más larga.
¿Cómo ha sido su experiencia en televisión?
Cuando estaba en quinto de comunicación audiovisual trabajaba de auxiliar de cámara, luego pasé de ayudante de cámara en cine y luego me metí en televisión. Yo conozco el oficio televisivo y, aunque hayan pasado 20 años desde entonces, lo sigo conociendo porque empecé desde abajo. Empecé de ayudante de montaje de negativo, que eso ya ni existe, luego pasé a montaje de cine y montaba los informativos en cine. Trabajé en el regional de Valencia durante seis meses de realizadora montadora. Luego pasé a ser realizadora de televisión en Canal NOU, trabajaba de realizadora de continuidad, eso me enseñó a conocer lo que es el oficio de televisión porque un realizador de continuidad se encarga de toda la televisión. Desde que empieza hasta que acaba la edición, encajar todo, que no te vayas de tiempos, la publicidad que hay que tener en ese momento, que tal programa entre perfectamente, etc. Luego trabajé de realizadora de un programa cultural que se llamada ‘Encuadres’ que se hacía a las doce de la noche, era un programa de cultura que me gustaba muchísimo porque era de arte, literatura, pintura y cine.
¿Cuál es el trabajo del que más se ha sentido orgullosa?
El trabajo que más orgullosa me hizo sentir fue hacer la tesis.
«El trabajo que más orgullosa me hizo sentir fue la tesis».
¿Qué le llevó a cambiar su trabajo en los medios de comunicación por las aulas?
Trabajar en televisión me gustaba mucho y aprendí muchísimo, pero yo dejé de trabajar en televisión porque no me permitía trabajar con libertad, estábamos condicionados por el tiempo, por el dinero, etc. Entonces pensé que el estudio y la enseñanza me permitía hacer lo que quería o, por lo menos, creer que había otro mundo posible. Me metí a hacer la tesis precisamente por eso, porque otro mundo es posible. De todos los trabajos que he tenido, la enseñanza me ha aportado cosas muy buenas y me sigue aportando cosas buenísimas. Enseñar a los estudiantes lo que hay detrás de las cámaras, enseñar lo que es el cine o enseñar lo que es el lenguaje audiovisual me parece perfecto, sobre todo porque los estudiantes -de primero, sobre todo- tienen una ilusión que me parece maravillosa. Y, ¿sabes lo más bonito de eso? Es que yo también la tengo. Yo es que tengo una ilusión por las cosas increíble y no comprendo cuando de pronto un alumno levanta la mano y dice si esto lo vas a preguntar o si entra en el examen. ¡Hombre! La vida no es eso.
«Me metí a hacer la tesis precisamente por eso, porque otro mundo es posible».
¿Por qué esa pasión tan grande por el cine?
Porque yo soy como los cineastas de las Nouvelle vague: yo creo en la pasión y, como para estos cineastas el cine formaba parte de sus vidas, no veían la separación entre lo que era el cine y lo que era su vida, yo no separo lo que es la profesión de lo que es la vida. Para mí es todo, quiero decir que yo no tengo un compartimiento exacto de: ahora trabajo de 8 a 3 y de tal a tal y luego a las tal me olvido de que soy tal. No, yo siempre soy amante del cine, amante de la enseñanza, amante del aprendizaje. Aprendo cuando voy paseando por la calle, aprendo cuando voy al cine, aprendo cuando estoy hablando contigo. Yo es que creo que mi pasión es mi pasión por mi pasión por la vida, por el saber y la enseñanza.
¿Qué relación cree que tiene el cine con el periodismo, tal y como lo concebimos tradicionalmente?
Tiene mucho que ver porque el periodismo es realidad y el cine se apoya en la realidad, el sustrato del cine es la realidad. La mayoría de las historias del cine toman su esencia de la realidad y el periodismo cuenta historias de la realidad. Y hay un punto en común entre ambos que es el documental. Yo he dado clase de documental y siempre le digo a mis alumnos que hagan ensayos periodísticos con la cámara, que muestren la realidad con sus ojos.
¿Cuál cree que es la situación actual del cine?
Qué pregunta más difícil. Yo creo que el cine tiene muchas vertientes. Por un lado, el cine está muy condicionado por la industria y eso le hace ser muy dependientes de las grandes productoras y perderse. Por eso, gran parte del cine americano ha perdido el norte y lo único que sabe hacer es hacer efectos especiales y utilizar los efectos digitales solamente para contar lo que ya se ha contado: historias vacías y banales. Por otro lado, ves una película como ‘Un día perfecto’, de Fernando León de Aranoa, y dices: ¡caramba, qué maravilla! Cómo se puede hacer un cine tan verdad, un cine tan poético, tan impresionante… Y es que el cine tiene eso, tiene la basura más total y lo más sublime. Una cosa muy buena que tenemos es que, gracias a las nuevas tecnologías digitales, hemos llegado a un punto en que es más fácil hacer cine por uno mismo. Con una cámara de formato pequeño, se puede hacer una película sin apenas iluminación o decorado y, a lo mejor, esa película pues puede optar a los Goya. Yo creo que el cine va muy bien, lo que pasa es que es muy caro. Creo que el cine como tal funciona y funciona muy bien, está en un buen momento. Una pena que el Ministerio de Cultura no se dé cuenta de eso porque tenían que apoyar al cine español. De hecho, se dijo que es una de las industrias más potentes de España porque las películas españolas se venden y ganan en festivales, lo que pasa es que, por lo que sea, no quieren apoyarlo.
¿Cuál es el último estudio ha hecho sobre cine?
Últimamente he publicado un estudio sobre la poética en el cine de Mario Brenta. He utilizado los diferentes estudios que tienen Mario Brenta y su concepción del cine y la realidad que me parece muy interesante. Brenta dice que el cine es una suerte de protolenguaje universal que el hombre ha tenido siempre, dice que nuestra forma de mirar es cinematográfica y, hablando del realismo, dice que el realismo no es una cuestión estética, sino que es una cuestión de orden semántico de significado. Uno pone y mueve la cámara según lo que quiera contar, no porque quiera ser más clásico o más expresionista. En realidad, el realismo es ser fiel a lo que uno quiere ser.
«El realismo es ser fiel a lo que uno quiere ser».
También he publicado una cosa sobre Ken Loach, ‘El cine como verdad rev(b)elada’. Para mí, Ken es uno de los grandes cineastas del realismo, de hecho, es deudor del free cinema. A mí me gusta mucho las relaciones entre el cine y la realidad y sobre todo la poética que tiene el cine, y esto no significa que esté haciendo cine metafórico en el sentido de que utilice simbolismo, la poesía está en la realidad, solo tengo que saber mirar. Ermanno Olmi decía: «Siéntate debajo de un árbol reposa y mira lo que tienes alrededor y luego empieza a hacer cine, pero primero observa atentamente lo que tienen delante y a partir de ahí sabrás mirar y tendrás tu punto de vista y tu verdad de las cosas».
¿Alguna vez pensó dirigir una película?
A mí sí que me gustaría, pero la universidad me absorbe tanto que es que no me da tiempo. Algunas veces he hecho documental. Hace poco hicimos un documental que se llamaba ‘Vale y qué’, sobre niños, pero no lo terminamos de rematar y está ahí pendiente. Pero bueno, está acabado. He hecho varios documentales, pero de ficción no he hecho nada.
¿De qué trataron las jornadas ‘Cine realidad’ que hizo en la Seminci?
Estas jornadas se hicieron en colaboración con la Seminci y el Campus de Segovia y duraron tres días, en los que hubo conferencias y mesas redondas. La Seminci tenía una sección que se llamaba ‘Ermanno Olmi más vivo que nunca’. Se proyectaron una serie de películas en torno a Olmi y un circulo de directores que tienen que ver con una escuela que formó Olmi hace más de 20 años que se llama Ipotesi y cinema. He escrito y hablado en muchas conferencias sobre esta escuela porque me parece interesante, tienen un método de enseñanza fantástico que se debería incentivar. Lo que hicimos fue unir el cine a la universidad. Lo conseguimos, por un lado, con las conferencias y, por otro, con las películas. Teníamos un punto común que era el Aula Mergelina, donde había mesa redondas. Hicimos dos en concreto: una sobre la situación en la que se encuentra el cine en la actualidad y la otra sobre el cine y la realidad. En estas mesas redondas intervenían profesores de la Universidad, exalumnos y cineastas. De hecho, aquí estuvo Fernando Méndez Leite, hasta hace poco director de la escuela de cine de Madrid, Lola Salvador Maldonado, Premio Nacional de Cinematografía, Mario Brenta, Rodolfo Bissatti y varios profesores. También tuve el apoyo de la Cátedra de Cine de Valladolid y del departamento.