Montserrat Domínguez: «El periodismo con malas intenciones desvirtúa por completo nuestra profesión»

ESTEFANÍA CHAMORRO / Imagen: MARCELA JURJIU / Vídeo: RUBÉN

Monserrat Domínguez (Madrid, 1963) ha visitado el Salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras e InformaUva ha tenido el placer de charlar con ella. Es la actual directora de la edición en España del gigante norteamericano The Huffington Post, pero en su carrera ha cosechado más méritos, como trabajar en el de Carles Francino o colaborar en la tertulia política de El programa de Ana Rosa. Cursó estudios de Ciencias de la Información en la Complutense además de un máster en Periodismo en la Universidad de Columbia. Comenzó su andadura en 1987, en Radio España, aunque también ha sido muy fiel a la Cadena SER. De su trabajo en la pequeña pantalla también podemos destacar haber presentado los informativos de fin de semana y de la edición de noche de las Noticias, presentar durante 3 años La Mirada Crítica y haber liderado Ruedo Ibérico junto con la dirección de Las Noticias de la Mañana. Está al frente de El Huffington Post desde su desembarco en España en 2012, tarea que en palabras de la periodista “permite combinar toda la experiencia audiovisual adquirida en televisión y en radio”.

¿Cómo es el día a día en la redacción del Huffington Post?

Tenemos una agenda política y social concreta que es lo que trabajan nuestros periodistas. Además, tenemos los blogs de nuestros colaboradores, tenemos que editarlos y también echar un vistazo a lo que publican las demás ediciones de Huff en los otros 15 países. Nos resulta muy interesante, si encontramos algo que nos gusta, lo traducimos. Ir buscando nuevas narrativas que ayuden a contar lo que está pasando de forma diferente.

¿Cuál es el mayor reto al que ha tenido que enfrentarse a lo largo de su carrera?

 A mí me gusta pensar que cada etapa es un reto diferente. Lo fue asumir la radio, en «A vivir que son dos días», lo fue en su momento hacer los programas de debate y las tertulias críticas en televisión, «La Mirada crítica» o «Ruedo Ibérico», pero, hace 4 años, cuando decidí dar el paso de televisión y radio a un medio online, fue un paso un poquito arriesgado. Al fin y al cabo, me metía en un mundo que no era el que yo conocía tanto, y sin embargo, estoy disfrutando y estoy aprendiendo, creo que eso es un privilegio para un periodista.

 Ha trabajado en radio, prensa y televisión, si tuviera que escoger un sector, ¿Con cuál se quedaría?

Lo bueno del periodismo online es que te permite ejercitar todo lo que yo había hecho en medios audiovisuales. Cada vez hay más vídeo, hay más imagen, hay más infografía en el Huffington Post, eso me permite combinar toda la experiencia audiovisual en televisión y en radio y juntar distinto géneros para hacer el medio que tenemos.

¿Cree que los estudiantes de periodismo están bien preparados?

Depende mucho de la actitud de cada uno. Más allá de la preparación que tengas en las universidades, que siempre depende mucho de la calidad del profesorado, estamos en un momento en el que no solo se aprende en clase. Se aprende en las redes, haciendo videos. No se si están mejor preparados, si sé que nunca habían tenido tantas herramientas a su alcance para empezar a practicar, a escribir o publicar antes de meterse en los medios tradicionales. Los que aprovechan esto tienen un plus a la hora de incorporarse al mundo real.

Desde su experiencia, ¿Qué es lo mejor del periodismo?

El periodismo te da la oportunidad de profundizar en lo que ocurre a tu alrededor. No solo eso, sino contarlo para que tus conciudadanos sepan interpretar mejor. Esa inmensa responsabilidad le da mucho sentido al trabajo que hacemos; es contar las noticias, es interpretarlas, es dar claves para evaluar su importancia y a mí eso me parece un trabajo bonito, duro, que requiere mucho trabajo y mucha sangre fría, pero un trabajo maravilloso.

¿Y lo peor?

A veces no estamos a la altura de las circunstancias. Nos dejamos llevar por los clichés, por la vaguería, por quedarnos por la primera idea que nos viene a la cabeza, no profundizar…   Cuando se hace el periodismo con desgana, malos hábitos y malas intenciones desvirtúa por completo nuestra profesión