HELENA BORGE UGIDOS | Fotografías: Helena Borge
Con un paralelismo a la película Amacord, del director Federico Fellini, el artista Paolo Ventura realiza un paseo por los fríos inviernos italianos aislando con bruma y niebla los personajes del entorno en sus obras. Esta exclusiva exposición se puede visitar en la Sala Municipal de Exposiciones de la Iglesia de San Benito en Valladolid hasta el próximo 11 de diciembre.
Ventura recurre al pasado para traer de vuelta los recuerdos infantiles del autor y las anécdotas oscuras de la guerra que le contaba su abuela. Por medio de un trabajo totalmente artesanal, el artista va dando vida a los instante neblinosos que alberga su memoria. Con una exquisita delicadeza y una enorme dedicación, vivifica los muñecos que él mismo crea, viste, decora y reutiliza, creando imágenes que no existen.
Mediante el tono melancólico en sus personajes extraviados y derrotados que recuerdan al Neorrealismo Italiano de Giovanni Verga o Mario Bonnard, consigue el ambiente perfecto. Los protagonistas no son los modelos a los que tan acostumbrados estamos, sino acróbatas, soldados de la Segunda Guerra Mundial, payasos, amantes… Cada serie pertenece a una temática diferente, cuidando al máximo cada detalle sin dejar nada en manos del azar. Nos encontramos ante toda una figura polivalente que tan pronto hace de carpintero como se disfraza con trajes de época.
Ventura apuesta por recrear escenas con su objetivo. “Uso la fotografía porque la gente piensa que aquello que ve es real, aunque se trata de un modelo; cuando vamos al cine a ver una película sabemos que es una puesta en escena, pero lloramos, nos entusiasmamos, nos quedamos profundamente conmovidos, porque queremos creer en lo que hemos visto”, explica. Para él, la cámara tan solo es la herramienta mediante la cual nos muestra la obra.
La periodista Enrica Viganò habla de esta exposición como “una explosión de fantasía inserta en una realidad potencialmente verdadera; se necesita siempre mirar dos veces a sus obras para darse cuenta de todas las ilusiones visuales que contienen”. Una mezcla entre lo documental y lo imaginario dotan a Ventura con un estilo único difícilmente etiquetable.
En la exposición también se puede disfrutar de un documental llamado Paolo Ventura – Vanishing Man, dirigido por Erik van Empel y con una duración de 47 minutos rodada en su mayoría en La Toscana –lugar de trabajo del artista-, en la que se muestra su proceso de creación. Además, en la exposición, disponible hasta diciembre, los asistentes también podrán encontrar algunos de los trajes que utilizó para sus obras.
Un gran artículo de una joven periodista
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