PATRICIA FERNÁNDEZ SACRISTÁN | Fotografía: FUNGE UVa |
Hoy en día las empresas se enfrentan a un mundo globalizado marcado por la competencia y un mercado cambiante. En este aspecto, cobra gran importancia la organización y la planificación, pero también el correcto desarrollo del proyecto. La escasez de recursos deriva en la necesidad de contratar un servicio externo en márgenes de planificación, personalizado en la figura del gestor de proyectos. ¿Pero es un perfil pasajero o todo un abanico de oportunidades?
Según el último estudio sobre el estado de los proyectos Chaos Report 2020 de Standish Group, el 19% de los proyectos se cancelaron y el 50% tenían deficiencias. El porcentaje de proyectos exitosos fue del 31%. Las razones de estos resultados fallidos se explican con diferentes variables. Una de las más importantes, sin duda, es la carencia de una figura fundamental que hace posible que todas las piezas empresariales encajen para lograr el éxito del proyecto.
Un gestor de proyectos es una persona con visión estratégica que aporta a una empresa eficiencia y productividad gracias a su capacidad para gestionar y liderar un equipo de trabajo. Cualquier empresa busca la máxima eficiencia. En este sentido, el Project Manager cobra gran importancia, puesto que tiene el control de las bases sobre las que se asienta toda una empresa. Abarca desde la realización de un plan de marketing o un análisis de viralidad hasta el desarrollo de un plan de comunicación.
El FabLab (Fabrication Laboratory) de la Universidad de Valladolid ofrece la posibilidad de empezar a desarrollar tu trayectoria como gestor de proyectos como estudiante en prácticas. Al igual que en cualquier entidad, la parte de comunicación es esencial y el papel del periodista cobra gran importancia. ‘Necesitamos a una persona que le guste formar parte de un equipo, que le guste enseñar y aprender y con la que podamos compartir conocimientos’, explica Susana Núñez, miembro de la FunGe de la UVa.
Convertirse en un project manager tiene sus ventajas. En primer lugar, permite ser polivalente a cualquier sector, ya que capacita para desarrollar un modelo adaptado a la necesidad de cualquier proyecto u organización, independientemente de que no se corresponda con el área de formación. Además, no solo añadirá valor a la empresa con los cambios positivos, sino que mejorará el perfil profesional del alumno. Por ejemplo, abre a nuevas perspectivas laborales. Además, al tratarse de una labor compleja y exigente, la retribución económica es mayor y la permanencia en el área de trabajo se comporta como un gran reconocimiento.
Actualmente, son dos los proyectos europeos que se encuentran en marcha y para los que, por su innovación, se necesita esa figura fundamental de gestor de proyectos. Uno de ellos está relacionado con paliar la soledad no deseada en el sur de Francia, Portugal y España. El otro se desarrolla en el ámbito de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación).
Ambos se comportan como proyectos científicos para los que no se requiere ningún tipo de especialización. Son los científicos los que aportan la información especializada. El gestor de proyectos debe dedicarse a construir una buena estrategia de comunicación. Para ello, es imprescindible tener ganas de aprender a comunicar, expresar, manejar las redes sociales y a desarrollar una campaña de comunicación. Los estudiantes con ganas de adentrarse en esta disciplina y de aprender a llevar el timón de cualquier barco encontrarán estas prácticas en Sigma.