El Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra cada 3 de mayo desde que fue proclamado como tal por Naciones Unidas en 1993, es una fecha señalada en el calendario periodístico. Los periodistas han luchado durante mucho tiempo para dignificar este oficio que, contrariamente a lo que se piensa, siempre ha estado en crisis… Crisis de valores, crisis de la independencia, crisis del papel, ‘CRISIS’.
Sin embargo, parte del encanto del periodismo consiste en saber resistir la adversidad y abrazar el caos de una profesión contraria al miedo. Por eso: enhorabuena a los valientes que combaten la desinformación con la vista puesta en la actualidad.
A todos ellos, periodistas, facilitamos desde Inform@UVa la lectura del ‘Libro negro del periodismo en España’, escrito por Bernardo Díaz Nosty. El autor vallisoletano ha querido ceder la libre descarga de su obra para rendir su particular homenaje a la libertad de prensa. El prólogo (firmado por el que fuera presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Fernando González Urbaneja), es solo el comienzo de un alegato sin punto final. La segunda parte la escribirá el tiempo…
ALEGATO CON RAZONABLE INDIGNACIÓN (F. González Urbaneja)
«Últimamente, entre los periodistas-periodistas abunda la indignación, muchas veces sorda, con muy distintas y sobradas causas y con pretensiones confusas. El denominador común es un estado de irritación, de hartazgo por lo que ocurre y por cómo se percibe el futuro.
Muchos periodistas, la mayoría, quieren hacer periodismo, pero no el periodismo que les proponen y al que les empujan sus medios.
Estos son tiempos de desasosiego, de decepción, de un cierto fatalismo. Tiempos de muy poco debate y demasiado silencio en las redacciones. ¿Qué hemos hecho para merecer, para conseguir, lo que tenemos? El profesor Díaz Nosty se ha preocupado por el periodismo y los periodistas desde hace muchos años; recuerdo algún trabajo suyo, a mediados de los setenta, cuando era un periodista recién titulado, en alguna revista ya desaparecida en la que indagaba la vida de los medios, cuando todavía no se dedicaba a la Universidad. Luego ha sido un pionero y un artesano de los estudios sobre el sector, tanto en su dimensión empresarial como en la profesional.
El texto que sigue, con título provocador, “libro negro”, pero bastante ajustado a una realidad oscura, tiene carácter de alegato, como el autor sostiene en los primeros párrafos. Estamos ante un texto tenso, seguramente escrito de corrido, aunque con reflexión previa, documentación y discusión. El alegato resume casi telegráficamente el “estado de la cuestión” y pincha unos cuantos globos, algunas falacias que se han ido montando como excusas para evadir los problemas.
Utilizar la imagen de CNN+ como portada de este texto tiene mucho de alegórico, la liquidación de ese proyecto informativo fallido fue como un mazazo profesional, el reconocimiento de un fracaso mayúsculo. El azar, o la necesidad, quiso que por razones de oportunidad o de urgencia el dial que ocupaba CNN+ se llenara como telerrealidad, con esas banalidades que escandalizan tanto como captan a una multitud de curiosos de la intimidad ajena.
Unos años antes, la reestructuración de RTVE fue también un acontecimiento decepcionante que descapitalizó esa casa, y que puso de manifiesto la debilidad de la resistencia profesional. Nos pasaron por encima como una apisonadora y ni siquiera protestamos. Es cierto que la situación era insostenible por un déficit crónico y una deuda insoportable, pero había otras opciones y, sobre todo, cabía una defensa profesional más contundente. No fuimos capaces de materializarla y perdimos todos. Quizá los males venían muy de atrás.
El alegato del profesor Díaz Nosty hurga en las tumultuosas y concupiscentes relaciones entre política y periodismo, entre los aparatos de los partidos y del gobierno y los medios de comunicación. Un desastre, una catástrofe para la credibilidad. Forma parte decisiva del problema, mucho más que la crisis económica o el desafío tecnológico. La política, la mala política, clientelar y manipuladora ha ocupado la agenda, domina la agenda de los medios y los aleja de sus verdaderos clientes, los ciudadanos.
Este libro negro debe servir para la movilización, más allá de la toma de conciencia, porque los periodistas saben lo que les pasa, aunque no el camino para salir del negro laberinto.»
Texto entrecomillado de F. González Urbaneja / Viñeta del dibujante ‘Garzon’